jueves, 29 de enero de 2015

SALVACIÓN DOLOROSA


Después del cañonazo y el abrazo a la mamá, comenzó el año nuevo feliz pero doloroso con la preocupación de la salvación de Venezuela. La inseguridad, las colas en los supermercados, el cerco al país con la mengua de las divisas, y el ciudadano convertido en súbdito del estado, hace de él una víctima del poder dominador. Prosiguen, pues, los deseos de una Salvación Dolorosa con que titulamos el soneto de Gamoneda, sigue el Corifeo proclamando La Víctima y La Compasión Salvadora, y concluye la investigación con La Cultura no se Coloniza, es decir, no podrá ser dominada el ser social en su particularidad y ello representa una reserva salvadora para el pueblo venezolano.

SALVACIÓN DOLOROSA

Propongo mi cabeza atormentada
por la sed y la tumba. Yo quería
despedir un sonido de alegría;
quizá suena a materia desollada.

Me justifico en el dolor. No hay nada;
yo no encuentro en mis huesos cobardía.
En mi canto se invierte la agonía;
es un caso de luz incorporada.

Propongo mi cabeza por si hubiera
necesidad de soportar un rayo.
No hablo por mí solo. Digo, juro

que la belleza es necesaria. Muera
lo que deba morir; lo que me callo.
No toques, Dios, mi corazón impuro.

Antonio GAMONEDA: De “Sublevación inmóvil”. Antología poética
Alianza, Madrid, 2008, 71.

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