martes, 26 de julio de 2011

ELOGIOS Y MISERIAS

Este es uno de esos libros, de los míos, de los que de tanto ser un viandante con ellos, me trae la sensación de El Otro Veredicto que dictamina el gran poeta venezolano, Rafael Cadenas:


Cuanto más suyo
más extranjero

Cuanto más me ha penetrado haciéndome suyo el país vital, más siento lo forastero.
Ya lo único que me queda es lo esencial venezolano como premio de Veredicto. Para llegar a estar en todos los sitios el camino se hace a costa de no estar en ninguno.

El otro veredicto

Tu patria, la vida
no concede premios.

Sólo
te sostiene.

Cuanto más suyo
más extranjero.

Así te afianzas
y dices: hay algo
en lo que no puedo equivocarme
sobre mi país de origen.

Rafael Cadenas: Texto inédito
El Nacional. Siete Días, 30/01/2011.


Indice


Presentación

Capítulo 1. La crónica de un tema tabú.

-El pregón del estudio de la familia

-La familia de los pobres.

-La familia popular.

-La familia afro-descendiente.

-Un pensamiento alternativo.

Capítulo 2. Los marcos del cuadro familiar.

-La casa de la madre.

-La calle para el hombre, la casa para la mujer.

-Marido y mujer se prestan mutuamente.

-La familia unida.

Capítulo 3. ¿Cómo se vive una madre en Venezuela?

-La diferencia cultural de la madre.

-La madre engendradora.

-La madre virgen.

-La madre mártir.

Capítulo 4. ¿Para qué un marido?

Capítulo 5. ¿Cuántos sexos hay en Venezuela?

Capítulo 6. La suegra o el tercero que rompe el plato.

Capítulo 7. Salirse con la suya o hacer las cosas juntos.

Coda o Cambiar de caballo al final de la carrera.

Referencias.





viernes, 15 de julio de 2011

LA ORACIÓN DE MI JORNADA

A la bella Concetta


Extrañamiento


Mis piernas flaquean
Mi corazón arde
Mi sacralidad me mata
Oh Dios
¿cuál será mi camino?

Escucho voces
Pero ¿cuál es para mí?

¿qué puedo decir ante tanto extrañamiento?


Voces, voces, escucha amor mío,

como sólo lo escucharon los santos.


Hanni Ossott: Poemas selectos,
Bid & co. editor, Caracas 2004.
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Misericordias Domini
In aeternum cantabo

(Salmo 89)

Pordiosero de mis días
te ví caminar cansado
y esperar junto a la senda
por si oyeras mis pasos.
Has ido, señor, nieve
en mi camino sembrando
para recoger mis huellas
en el cendal de tu mano.
Señor de estas montañas
Pastor de aquellos rebaños.
Cae la lóbrega noche,
¿habrá mañana y ocaso?

Para mi espíritu errante
que no quiso tu descanso,
en su loco desvarío
no oyó tu voz en su llanto.
Pordiosero de mis días
que buscas loco mis pasos,
la noche inunda mi alma
¿habrá mañana y ocaso?

Quise herirte con mi grito:
“eh, ya salió el sol dorado”
tras ti corrí en mi gozo,
pasé el valle, pero en vano.

Detente río sonoro
que recuerdas mis reparos,
escucha tú, cierzo mudo
de mi soledad arcano,
tú que ruges en la noche
¿habrá mañana y ocaso?

Acedo como anochece
pasó mi desdén por alto,
dulce como la mañana
marchitase mi regalo
y entre luces y sombras
entre victoria y fracaso,
soñé contigo, Señor,
en mi noche de reparos;
tras ti anduve a obscuras,
¿habrá mañana y ocaso?

Creo que al fin mi pena
se ha roto en descalabro
porque en mis noches, Señor,
te he amado cantando.
En mi sendero de estrellas
habrá mañana y ocaso.

Publicado en Imágenes de Villorido
Hortaleza (Madrid) 6 de Julio de 1961.

CHORTAL Y CIPRÉS. MIS PENSAMIENTOS ANTROPOLOGICOS







A Veneranda
admirabilis






Como una lagunilla formada por un manantial que brota en el fondo, tal es un chortal, se originó mi pensamiento antropológico en el fondo de mi historia de vida formando una visión del mundo. Luego tomó la senda del arroyuelo en la estética de la estilística poética, y después se hizo río en los estudios superiores de Salamanca, para luego ensancharse en otros estudios superiores de Caracas. Y comenzó a correr largo trecho por valles y llanuras (de temas, problemas y explicaciones venezolanos), sin llegar aún al mar definitivo. Todo ya brotaba en el fondo de mi lagunilla de inquietudes juveniles bajo la torre de San Juan, cobijo de inmensidades para mis sueños, en mi pueblo natal.
Desde esas riberas, miro hacia atrás, de la mano y ojos de Gerardo Diego, poeta, que, aunque ultraísta, produce poemas descriptivos de suave serenidad parnasiana. Diviso y me imagino con el potente visor poético del soneto, cómo brotaron mis pensamientos antropológicos al contemplar diseñado el nacimiento del Duero en el macizo del Urbión:

“Pero, algo, Urbión, no duerme en tu venero
que entre pañales de tu virgen nieve,
sin cesar nace y llora el río Duero”.

Ya en el valle, crecido, se va alojando el río bajo ensueños del ciprés de Silos, que señala la dirección de hundir su firme filo persistente, ya no en el mar, sino en el cielo, como un surtidor en descampado.

“Enhiesto surtidor de sombra y sueño,
que acongojas el cielo con tu lanza.
Chorro que a las estrellas casi alcanza,
devanado a sí mismo en loco empeño.
Mástil de soledad, prodigio isleño,
flecha de fe, saeta de esperanza.
Hoy llegó a ti, riberas del Arlanza,
peregrino al azar, mi alma sin dueño.
Cuando te ví señero, dulce, firme,
qué ansiedades sentí de diluirme
y ascender, como tú, vuelto cristales,
como tú, negra torre de arduos filos,
ejemplo de delirios verticales,
mudo ciprés en el fervor de Silos”.

La imagen de mis pensamientos, como el ciprés en el claustro del monasterio de Silos, ha ascendido en el regazo de las sabidurías historizadas. La Universidad Central de Venezuela como un templo con su monasterio se ha configurado y se proyecta aún como un retiro académico para mis pensamientos, donde se arrullan en la mecedora de la cultura y el decir del pueblo, hasta arribar con su empeño consumado al trabajo del pensamiento poético en las ciencias sociales. Lugar propicio en que se esculpe la metáfora conceptual según el taller de la teoría social, orientada por el horizonte a su vez de otro pensamiento, el ético. En ese ascenso de ciprés mis pensamientos antropológicos han ido también trabajando al mismo cielo de la sociedad (como metáfora del proyecto, tal como es la propia sociedad), para elaborar respuestas últimas a los problemas que se retuercen con significados inéditos en su tejido de relaciones sociales. Siempre escalando, no por lo mágico de la montaña, sino desde el valle cultivado empinándome por el ciprés y su verticalidad imperdible, como la del ciprés de Silos en tierras del joven río Arlanza en busca de su padre Duero.
Así hacía el poeta de Santander que fantaseara con mis pensamientos curtidos por necesidades sensibles, pero dirigidos con desvelo por la libertad creativa del concepto, eterno responsable de la investigación científica y señero en soluciones que la realidad demanda.
La libertad conceptual preside las correrías de mis proyectos de investigación, una de cuyas últimas avanzadillas es el artículo titulado: Teoría del Constructo. Pensamiento y Ética en Investigación Social, expuesto en las VI Jornadas de Investigación de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, de la Universidad Central de Venezuela.
Se exponen aquí por ahora, para su atisbo, contenido y resumen, y como un abreboca un par de párrafos.

Contenido:



A. Investigación y Ciencias
B. Investigación Científica y Narrativa Conceptual
C. Tejido de la Metáfora Conceptual
D. Principio Metafórico del Modelo Conceptual
E. Ética y Estética del Constructo Ideado
F.Referencias Bibliográficas.



Resumen



Quienquiera que se haya introducido en el quehacer científico, sabe que con sólo investigar no se hace ciencia, y quienquiera que haya sabido reconocer en el concepto generativo (constructo) el concepto clave de toda investigación, conoce que posee el “Sésamo ábrete” de toda investigación, ahora sí, científica. El problema focal consiste en obtener un problema y llegar a su solución explicativa, expresada en el constructo. El constructo encabeza y concentra la narrativa conceptual de la investigación; tal operación debe estar orientada por la ética que al configurar su objetivación en un proyecto de sociedad, señala el lugar ontológico de la episteme. Se muestra cómo se construye un constructo como metáfora conceptual; en segundo lugar, se identifica lo metafórico como un principio autónomo en su actividad dentro del constructo; al fin, la estética presenta el contenido semántico del constructo donde el sujeto-autor tiene la función decisiva en la investigación científica, como obra ética al servicio de soluciones sociales.
Palabras claves: investigación científica, metáfora conceptual, pensamiento ético, semántica estética.

Párrafos




“En este punto de carácter etno-psico-social, oportunidad de que el mito se abra a su sociologización (Devereux, 1989ª, p. 13), es posible describir cómo la potencialidad de la imagen metafórica se combina con el trabajo de la conceptualización. El constructo, dotado de un principio constituido por la metáfora, que es como decir, de pensamiento creador, opera como un mito. Resulta ser un principio productor del sentido. “Por mi parte, preferiría decir, con Ricoeur, que es como “un detector de sentido”, como un operador lógico del cual ya no podemos prescindir” (Laplantine, 1979, p. 26) y como tal oculto al tiempo y al espacio históricos, pero que su actividad volcánica de significaciones exige una manifestación o epifanía que la logrará si se sociologiza tanto en una cultura como en una historia. No sólo como encarnación existencial, sino también como utilidad de rendimientos metodológicos en la producción del conocimiento, el concepto necesita dotarse esencialmente de unas circunstancias semánticas donde puede inscribirse también el poder de lo mágico, junto con circunstancias de experiencia. En la práctica científica, lo conceptual tiene que afectarse emotivamente, tocar impurezas y mancharse, codearse con formalidades de ansiedad metódica, colocarse en riesgo y peligro de errar, ser mal aplicado, y volver a comenzar, a recuperar sus fuerzas teóricas, o a abastecerse energéticamente de lo teórico. “Sin pasión no podemos conseguir nada…La expresión “amar a la verdad” no es una mera metáfora” (Popper, 1995, p.103)”.

“La elaboración del constructo consiste en una invención donde el motivo ocurrente permite el despegue humano del pensamiento y su aventura de acción creadora. Es una invención donde la inspiración, deseo, espera u ocurrencia son sumamente trabajados. Igual que un poeta creador, como debe ser, el investigador trabaja las creencias, las comprensiones, ansiedades, evaluaciones, y lo hace como exigencia constituyente del pensamiento, hasta que creencias, comprensiones, ansiedades, evaluaciones sean realizadas en su explicación científica. El pensamiento, al crear la estrategia de explicación conceptual, realiza también la explicación del problema vivido y lo hace concentrándolo en una formulación superior, esto es, en una poética de la acción con base en una racionalidad poética que ofrece una realidad del mundo más atractiva y con una dilección acogedora”.