jueves, 9 de julio de 2020

RECUPERAR VISIÓN DE PAÍS

Torres del Silencio (ícono de Caracas)                                                                                                                                       



En honor a Luis Zambrano
nuestro querido reflexólogo 
en la celebración de su cumpleaños



En el baldío, no lejos de las casas
hay un diario lleno de hechos olvidado hace meses.
Se envejece a través de las noches y días a la lluvia y al sol,
va volviéndose planta, una col, va uniéndose al suelo.
Así como, lentamente, un recuerdo se transforma en ti mismo.

Tomas Tranströmer. “Sobre la historia”,
Poemas selectos y Visión de la memoria.
Caracas: bid & co. editor, 2009, V, p. 61.

Con ocasión del sufrimiento que nos previene de la destrucción del país, quise tematizar el dictado de la clase con esta preocupación. Somos 6 en el grupo: 5 alumnos doctorando conmigo; el grupo está agobiado por tal sufrimiento, y al mismo tiempo por el temor a tratar una temática tan seria como torturante. La atmósfera es silente pero de desconsuelo, cuando no con expresión de rabia y de lamento. Ya no sabemos qué hacer ¿Por dónde vendrá la ayuda para resolver?

Hemos hecho lo imposible por espolvorear el tema en conversaciones cotidianas y hasta en conferencias. Hoy nos proponemos que Dios nos diera el poder de diseñar un país exactamente como el que deseamos que deba ser, y en él sentirnos como antes de su destrucción (Cf. Foester, 113). Como “recordar es vivir (y revivir)”, traemos a la memoria lo felices que éramos antes, la libertad de que disfrutábamos, los paseos a la playa, la comida de mangos en mayo y junio hasta hartarnos, tomar un marroncito (café) en las panaderías de las esquinas cuando caminábamos en Caracas, lo distinguido con que nos trataban a los venezolanos en el extranjero, la moneda del bolívar era fuerte y el nombre de Venezuela era reputado…

No podíamos distinguir éste país creado con el deseo, del país que existía antes de su destrucción ¿Les gustaría que del aula saliera la propuesta de crearlo?

El contenido de la clase resultó un monólogo de mi parte. Los alumnos guardaron un silencio estremecedor por un momento; luego se levantaron y se ausentaron dando por terminada la clase. El último en salir se volvió al vano del salón: ¡No, todo muy bien!

Cuando conté a un profesor colega lo que hice, quedó sorprendido ? ¿La generación de jóvenes no quieren echar para adelante? No comprendoDesde mi punto de vista le respondí: Ocurre que la gente siente y ve al país a través de los sentimientos que nos deja su historia: de que todo se arregla con la marcha de los acontecimientos, como todo lo que se da gratuito, pero estos jóvenes al ver destruido el país han quedado vacíos, sin sentimiento de país, han quedado ciegos… pero al imaginar su falta de sentimientos y su ceguera han entrado en shock sentimental y han despejado su visión...¡recuperaron el sentimiento y la visión!

La destrucción del país no fue una cosa simple, de eso que se dice que ocurren cosas, como dijo una autoridad de la Universidad Central de Venezuela al referirse al derrumbe del techo de un pasillo en dicha universidad. Ese apotegma esconde una irresponsabilidad. La destrucción del país tiene de fondo unos responsables, justificados o no por una ideología, al tiempo que las ideologías expresan una falta de eticidad, cuyo núcleo se define por una irresponsabilidad histórica.

Si nos descuidamos (irresponsablemente), con el desconsuelo y la calma después de la explosión de la rabia o el lamento, enterramos (aceptamos profundamente) al país en situación de destruido: son cosas que pasan, todos los países han pasado por eso mismo, y hasta traemos ejemplos para el consuelo a costa de otros: Alemania, Chile, Cuba, Corea…   Toda excusa traída o inventada a costa de lo ajeno para no reaccionar frente a la depresión y la muerte de lo propio. En consecuencia, nos autoenterramos con el país dentro de nosotros, porque con él nos hemos autodestruido (Canetti, 385-388; Sennett, 113-118, 141-144).

Para entendernos, será necesario procurar el milagro de la resurrección de Lázaro para que salgamos de la tumba que nos han fabricado, y sobre todo que hemos aceptado entrar en ella. Es preciso sacarse el país de dentro para revivirlo en nuestras proposiciones, sensibilidades y sueños, y sacarlo (¡Lázaro sal fuera!) de su tumba en nosotros, y ponerlo a caminar, aún con todas las vendas y mortaja. ¡Hay que comenzar de nuevo! (Buber, 31)[1].

Y que se comience por sacarse de nuestra propia autotumba para ver que aún la destrucción de aquél país que desapareció a martillazos ideológico-políticos resultó positiva, porque ahora la ventaja es que todo puede ser nuevo en el país recuperado. Como Alemania que destruida, no necesitó la reconversión industrial, por lo que se ahorró inmenso costo económico; simplemente tuvo la ventaja que aprovechó (carpe diem), de comenzar de nuevo e incorporar los adelantos tecnológicos y organizativos en las empresas. Hay que preparar a los jóvenes para que sepan aprovechar sus ventajas, las personales conjuntas con las del país.

La realidad es irreversible, y la fecundidad de este tiempo irreversible también, sería coherente con el poder constructivo que empleemos en la recuperación del país, si sabemos que se necesita una correlación de suficiente largo alcance, porque en este trayecto nos topamos con lo inestable y lo caótico, con óbices y dificultades, del momento histórico (Prigogini, 395). Si ya la recuperación aprovechando las nuevas oportunidades del hacer histórico es complicada, también se encarga nuestra cultura matrisocial, con su negativismo social, de hacer que nos enterremos con el viejo país destruido.

Para cambiar las suertes, no sólo es preciso saber llegar con el sufrimiento debajo del brazo, sino también, como recurso transcendente, con el conocimiento. Sin conocimiento, el sufrimiento puede derivar fácilmente al resentimiento (cultural en Venezuela) y al escarmiento con su ambigüedad de aprendizaje, como suele ser su cercanía con las quejas.

Por otra parte, se ofrece la violencia para las soluciones, pero esa violencia no puede estar al servicio del poder para dar motivo al poder de degenerar en opresión; y este de modo progresivo puede devenir en una violencia que urja a nuestra sensibilización, y este de modo progresivo ayude a nuestra responsabilidad. Si no asumimos esta responsabilidad seremos colonizados por la violencia a través de nuestro propio lavado de cerebro. Así como los síntomas y los rótulos colonizan, la violencia va colonizando a través de zonas ciegas que se expanden progresivamente. De hecho, la violencia existe a nuestro alrededor y en nuestras prácticas cotidianas, y nuestra responsabilidad social no se limita a trabajar en el campo de los derechos o posiciones feministas responsables, sino a una posición constante en nuestro quehacer cotidiano” (Sluzki: 374). Si ya la violencia que nos ciega bajo nuestro descuido, se halla a nivel de las prácticas cotidianas, la situación tan mistificante en el planteamiento de la creación (recuperadora) de un país para una innovación, encuentra sentidos contradictorios que opacan nuestro entendimiento y compromiso.

Comenzar de nuevo, y especialmente en la situación mistificadora (en trance) de un país, nos coloca en el límite tanto del país como de nosotros mismos. No es tan simple eso de “vivir y dejar vivir” ¿Cómo no se te ocurrió marcharte del país al observar su deterioro? ¡Deberías haberte percatado con las señales que daban el tránsito (en trance) de la política y ese asunto de la revolución! Estamos ante una calidad traumatizante de la violencia política, donde el que se dice tu protector resulta un victimario cargado de violencia que te vuelve ciego a la clave del reconocer el poder de consentir o disentir, pero que pretende sobre todo facilitar el resentir, que siempre es una salida negativista, especialmente en su sobredesarrollo edípico en Venezuela (Cecchin en Sluzki, 371; Canetti, 361-362; Hurtado, 2019: 74-75; 2020: 96-97).

¿Acaso uno se merece esa situación de violencia cuando se propone impulsar la energía gratuita para salvar un país? El compromiso es el que hace salvadora a la gratuidad; pero su manejo es importante porque, estando en las fronteras de lo divinal o en lo mistificante, se mezcla con la cotidianidad de la violencia que adquiere la cualidad de banalidad, como el mal. Entonces tenemos que ir abriendo camino dándole la claridad objetiva de apuntarnos a la recuperación del país innovado, e ir apartando, a veces a manotazo limpio, esa basura o monte que se presenta y con la que tropezamos en el camino que no nos deja recuperar la visión, esa basura o monte como metáfora de la violencia cotidiana.

¿Cómo apartarla para mantener limpia nuestra visión del camino? Mediante un poder o capacidad de sensibilización, que presida nuestra responsabilidad social en las relaciones políticas. Sensibilización que necesita sostenerse en lo cotidiano, para que los valores de nuestra acción sean redefinidos por los objetivos últimos de crear un nuevo país como el que queremos, con  realidad original (no originario como regresión) que nos haga nuevos (de futuro) a toda la gente que habite ese país. Es la forma de comenzar a constituir o generar una lógica de la reciprocidad libre, por oposición a las otras reciprocidades como la aprovechada recolectora, la igualista apetente, la prescriptiva obligada, y la impuesta tributaria, las cuales generan soluciones cortas, insuficientes o falsas para el momento de producir un proyecto de sociedad[2].  

En la redistribución con lógica de reciprocidad libre se mantienen las centralidades de los recíprocos, pero de acuerdo a su sustancia de ser, y, por lo tanto, con su autonomía de ser de uno frente al otro. La devolución no se remata prescriptivamente, sino queda suelta para ser trabajada con los méritos y la libertad que se construye a su vez. El único don verdadero es aquél que se da y recibe sin esperar devolución alguna. Pero cundirá como el saneamiento superior gratuito a realizar como lo sagrado aún sin dioses. Es la lógica latréutica o de adoración: es la plegaria que no espera respuesta [interesada o unilateral (mágica)]. Es la lógica suprema del Ser. Es nuestra Salvación (la Fe). ¡Ojalá! Dios nos ayude a diseñar un nuevo país después de haber trabajado nosotros tanto con nuestro compromiso para la recuperación de la visión de país. Falta nos hace, para sanear nuestro traumatismo mental casi ya sin defensas para obviar su daño.   

Bibliografía
  
Bolívar, Simón (1993) [1815]. “Carta de Jamaica”. Escritos fundamentales.
Caracas: Monte Ávila editores, 76-104.
Buber, Martin (1993) [1952]. Eclipse de Dios. México: Fondo de Cultura
Económica, Breviario 520.
Canetti, Elias (2007) ([983]. Masa y poder. Madrid: Alianza.
Foester, Heinz von (1995). “Visión y conocimiento: Disfunciones de
segundo orden”. En Dora Fried Schnitman (comp.), Nuevos
paradigmas, cultura y subjetividad. Buenos Aires: Paidós, 91-113.
Hurtado, Samuel (1999). La sociedad tomada por la familia. Caracas:
Ediciones de La Biblioteca, Universidad Central de Venezuela (EBUC).
Hurtado, Samuel (2019) [1992]. “El complejo de edipo matrisocial”. En
Matrisocialidad. Exploración en la estructura psicodinámica
básica de la familia venezolana. Saarbrücken (Alemania).
Editorial Académica Española. 2ª edición, 272-276.
Hurtado, Samuel (2020). “El complejo de edipo y democracia matrisocial”. En
Opúsculo de la ‘sociedad popular’ y el poder. Caracas: Doctorado en
Ciencias Sociales, UCV, 94-103.
Mijares, Augusto (s/f.). La interpretación pesimista de la sociología
hispanoamericana. Caracas: Revista Bohemia.
O’Leary (s/f.). Cartas del Libertador, recopiladas por Vicente Lecuna, Tomo I.
Prigogini, Ilya (1995). “De los relojes a las nubes”. En Dora Fried Schnitman (comp.),
Nuevos paradigmas, cultura y subjetividad. Buenos Aires: Paidós, 395-419.
Rodríguez, Simón (1916). Defensa de Bolívar. Caracas: Imprenta Bolívar. 
Sennett, Richard (1982). La autoridad. Madrid: Alianza.
Sluzki, Carlos E. (1995). “Violencia familiar y violencia política”. En Dora Fried
Schnitman (comp.), Nuevos paradigmas, cultura y subjetividad. Buenos
Aires: Paidós, 351-375.
Tranströmer, Tomás (2009). Poemas selectos y Visión de la memoria. Caracas:
bid & co. editor.


[1] Recuperar indica en este tratado volver a empezar, es decir, empezar de nuevo como una cosa originaria y original, en cuanto cuestión auténtica en su  verdad de ser. Empezar implica ese esfuerzo de  innovación primera referida a un invento o creación del ser. Es lo que queremos indicar aquí con el sentido de recuperar; más allá de repetir simplemente, se trata de repetir, si hay que hacerlo, es repetir con competencia, es decir, sub specie creatrice o regeneradora. Es lo que interpretamos de la colación que nos trae Buber en su encuentro con el anciano pensador o sabio. “Durante los últimos años, años de guerra, la realidad se le había aproximado tanto que todo lo veía con nuevos ojos y debía pensarlo todo en una nueva forma. Ser viejo es cosa gloriosa cuando no se ha olvidado el significado de comenzar; este anciano quizá lo había aprendido a fondo por vez primera en su vejez. No era de ninguna manera joven, mas era viejo de una manera joven, pues sabía como comenzar” (Buber, 31, subraya Buber).
En Venezuela han cambiado tanto las cosas (la realidad): años de guerra sin terminar, con ambiente de tiempo como de postguerra, donde se ha destruido todo y todo está en la carraplana (deteriorado como en el olvido, dejado de la mano de Dios, se suele decir), que debemos de una vez por todas pensar el país, y para ello adquirir una teoría o visión de país. Ahí es donde comenzará a ser visto como un país viejo en sus usos civiles, como decía Simón Bolívar (1993) [1815] en su Carta de Jamaica, pero con la necesidad de tratarlo de una manera nueva, joven, como lo propugnaba su maestro, Simón Rodríguez, con proyecto (Rodríguez, 1916). He ahí el sentido que queremos darle al vocablo recuperar. Tenemos, pues, esa ventaja aprovechando la circunstancia de la destrucción (del país). Me parece excelente la preocupación de Mijares (s/f.: 64) de rescatar en Bolívar el derecho de Castilla (España) que tenía a su favor, y en sentido táctico, la cuestión era de reparar y no de crear (Mijares, 64, subraya M.), pero en nuestro caso no hemos tenido orden anterior que reparar para recuperar, ni derecho a crear para recuperar innovando: nos han destruido como país tanto la etnocultura que lo deniega socialmente (Hurtado, 1999), como la práctica política que lo tiraniza como gendarme necesario, y en esto estamos dentro de u orden militar denunciado por el mismo Libertador Simón Bolívar: “El sistema militar es el de la fuerza y la fuerza no es Gobierno” (Bolívar en O’Leary, 87).
[2] Sanear el país mediante la gracia negativa como la condonación de la deuda, es decir, mediante el perdón de una fechoría, es como decir se fueron sin pagar el consumo. En la sociedad (que no es una religión, y menos barata), la gracia o gratuidad social conduce al populismo, a la redistribuccionismo recolector.  Los tipos de redistribución con lógica o marco de reciprocidad puede tipificarse los siguientes, la clave o criterio de evaluación se encuentra en la devolución: 
a) la aprovechada recolectora: “agarra lo que te den, y luego verás lo que haces”. La lógica consiste en la obligación (cultural) de recibir, pero el devolver queda en vilo con una libertad de tipo primario, por lo tanto sin obligación de devolver, aunque se promueve para esto como añagaza. “Aunque sea fallo agarra como sea”… “Agarra a como haya lugar, y si no hago el lugar”
b) La igualista apetente: la lógica de dar y recibir, apréstate a ello, después veremos como devolvemos. Ocurrirá la devolución pero dentro de una estructura simple del intercambio, obtenido en sociedades primitivas o simples, donde el deseo está en el nivel del compromiso de la gana.
c) La prescriptiva obligada: en la lógica del dar y recibir ocurren una estructura donde se rebaja o liquida la centralidad de los actores porque la reciprocidad se maneja a nivel de la simple igualdad de entrada pero después el fuerte se sobrepone y domina al débil y lo somete a deuda como recurso de su dominación. La devolución es de baja calidad por parte del débil (endeudado) y de alta calidad política por parte del acreedor. Se fuerza a mantener la obligación de devolver, en este caso el bien del poder de base.
d) La impuesta tributaria: en la lógica del dar y recibir, ocurre una centralidad de poder a costa de una periferia impotente. El centro de poder impone un orden de impuestos o tributos a su favor a la población periférica. La redistribución con lógica de igualdad acontece siempre desigualmente a favor del centro del poder. Las condiciones son la de una sociedad con estado. La obligación de devolver se impone bajo la ley.

LA BIBLIOTECA Y EL AUTOR (S. HURTADO)

Claustro del Monasterio de Silos
A Maribel, mi querida hermana
en su cumpleaños




Monición: Conseguir un ícono que señale la identificación del sentido del pensamiento es harto difícil, y ha sido, sigue siendo, complicado para nuestra tarea en este blog de pensamientos antropológicos. En octubre de 2014, seleccioné el Palacio del Condestable, de Pamplona, con el papel actual de biblioteca de la Ciudad. En esta actualización de Biblioteca y el Autor cuando ya el pensamiento se encuentra plenamente macerado, hemos seleccionado el claustro del Monasterio de Silos. La novela de talante policial de El Nombre de la Rosa de Umberto Eco inspiró el motivo y nosotros conseguimos la justificación. 

El pensamiento se había convertido en problema, hasta de conciencia, en aquellas calendas, porque se movía hacia la explicación de las cosas por su nombre. Emergía el lenguaje como dueño de la realidad, que implicaba una revolución en el choque de poderes políticos y económicos. Había que buscar el lugar como causa del problema, para la solución del mismo. Al final la investigación policial encontró ese lugar en el camino de Santiago, que a su vez representaba un lugar marginal para Europa y al mismo tiempo era central con la oportunidad de encrucijadas para el intercambio del pensamiento en aquella Europa medieval que hacía frontera con el mundo musulmán en  la retirada España. Ese lugar insospechado para acción policial, resultó ser el Monasterio de Silos, y específicamente su biblioteca. Así se supo que la pretensión de explicar lo que era la rosa, ello se refería al conocimiento de su nombre. 

¿Por qué en Silos y su monasterio? En este retiro monacal se ejercitaba el pensamiento que venía de la Escuela de Traductores de Toledo, cuya función consistía en la transmisión, a través de los árabes, de la sabiduría antigua: de Egipto, Grecia y Roma. Por eso el pensamiento europeo giraba del aristotelismo al nominalismo. Comenzó el origen y  causa del cambio de pensamiento en la baja Edad Media europea y con ello los debates políticos e ideológicos que iban a desembocar en el pensamiento moderno.

Con ese ícono del claustro y su ciprés, tan querido por nosotros transmigrados de la cuenca del Duero, a un país ulterior, como es Venezuela, pretendemos identificar nuestra trayectoria de pensamiento en obras que indiquen no sólo su producción venezolana, sino que también son obras donde se consigue un pensamiento bien macerado que expone en profundidad el relato etnográfico y conceptual de lugares densos de la vivencia cultural como es la realidad de pueblo y de familia, de trabajo y de fiesta. No es necesaria una novela policíaca para que se venga a averiguar a la Universidad Central de Venezuela, nuestro remedo del ‘Monasterio de Silos’ en la América Hispana, y conseguir en nuestra biblioteca el curriculum de las obras que guardan ese secreto de pensamiento que analiza e interpreta el ser como destino de Venezuela y al mismo tiempo su significación para cambiar su suerte como país.

He aquí su presentación de títulos, con el aderezo literario de otros autores, las obras editadas hasta 2014, un total de 15;  y sin ese aderezo, las obras editadas hasta el día de hoy, un total de 10. En suma son 25, a las que se añaden 9 opúsculos, serie de obritas, que como temáticas dentro de la trayectoria de la publicación, se encuentra en pleno desarrollo de colección.            
A) Libros
Toma como dechado de escritura,
oh joven,
un río bien revuelto.
¿Monólogo interior? Sin fin el chorro
de una charla con chispa de borracho
que no ha bebido, lúcido,
y componiendo páginas compactas
acumula un tropel de intensa boza.
Sea profundo el fárrago.
(Ser genial convendría)                               

   Jorge GUILLÉN: Aire Nuestro y otros poemas,
    Barral Editores, Barcelona 1979, 209.

-Ferrocarriles y Proyecto Nacional en Venezuela,
1870-1925, Ediciones de la Facultad de Ciencias
Económicas y Sociales, Universidad Central de
Venezuela, Caracas, 1990, 386 pp. (incunable).
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Durante muchos años, yo creí haberme criado
en un suburbio de Buenos Aires, un suburbio de
calles aventuradas y ocasos visibles. Lo cierto es
que me crié en un jardín, detrás de un largo muro,
y en una biblioteca de ilimitados libros ingleses…
suelo pensar que, esencialmente, nunca he salido
de esa biblioteca y de ese jardín.   
      
     Jorge Luis BORGES, Revista Sur, N° 129.

-Dinámicas Comunales y Procesos de Articulación
Social: las organizaciones populares, ed. Trópikos,
Caracas, 1991, 190 pp. (incunable).
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Se han declarado en huelga las palabras
de los libros y escupen al lingüista.
buscan analfabetos sentenciosos.
¿Todo es palabrería en las palabras? 
  
Jorge GUILLÉN: Aire Nuestro y otros poemas,
   Barral Editores, Barcelona 1979, 210.

-Gerencias Campesinas en Venezuela, ediciones
del Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico,
Universidad Central de Venezuela, Caracas, 1993,
333 pp., coautor, Alberto Gruson.
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Las aventuras de nuestro autor realmente son
las de sus libros. El libro en Borges ha sido la
espada del caballero o el antifaz del villano, su
posibilidad de ser un hombre de acción, un
héroe o un cuchillero de arrabal. “Yo sigo jugando
a no ser ciego, yo sigo comprando libros, yo sigo
llenando mi casa de libros”. Se interesó, desde
luego, el conseguir el origen de la veneración al
libro; ese objeto que se lee para la memoria y no
para el olvido, que nos transforma y asimila en
cada página.
               
     Stefanía Mosca: Jorge Luis Borges: Utopía y
     Realidad, Monte Ávila Editores, Caracas 1983,
     147-148.

-Cultura Matrisocial y Sociedad Popular en América
Latina, Editorial Trópikos, Caracas, 1995, 217 pp.
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Sabe mi lengua. Sabe mi tiempo.
Hizo algunos estudios. Es sensible
con alma abierta al convivir humano.
Es un lector bien hecho. -¡Tanto gusto!
               
   Jorge GUILLÉN: Aires Nuestro y otros poemas,
   Barral Editores, Barcelona 1979, 210.

-Trabajo Femenino, Fecundidad y Sociedad
Popular-Urbana, Consejo de Desarrollo
Científico y Humanístico, Universidad Central
de Venezuela, Caracas 1995, 213 pp. (incunable).
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Los libros de los anaqueles de la biblioteca, su
universo, y los libros de Jorge Luis Borges están
hechos de palabras. Las lenguas resultan
incompetentes para expresar la totalidad de
ciertas experiencias…Pero paradójicamente, el
lenguaje es el único instrumento que traduce
y dispone el orden de las cosas. Su estructura
implica, a la vez, la estructura del pensamiento
que da forma y separa y mide el mundo.

    Stefanía Mosca: Jorge Luis Borges, Utopía y
    Realidad, Monte Ávila Editores, Caracas 1983,
     148.

-La Tele- Radio- Foto-Novela o La Tortura del
Parentesco, Ediciones de la Facultad de Ciencias
Económicas y Sociales, Universidad Central de
Venezuela, Caracas 1995, 123 pp. (incunable).
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Cuando Borges crea su utopía no la consigue
en una isla o por el azar de un naufragio o
emprendiendo el desafío de un viaje: consigue
a Tlön en un libro, entre los símbolos que le
rodean a su literatura: los espejos, la noche,
los amigos…, allí descubre un tomo que refleja
por oposición, no a una inteligencia divina sino
a una obra formulada por una dinastía, por el
conocimiento de propagados sujetos.
               
     Stefanía Mosca: Jorge Luis Borges, Utopia y
     ealidad, Monte Ávila Editores, Caracas 1983,
     148.

-MATRISOCIALIDAD. Exploración en la estructura
básica de la familia venezolana, Ediciones de la
Facultad de Ciencias Económicas y Sociales,
Universidad Central de Venezuela, Caracas 1998,
338 pp. (agotada 1a edición).
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La 2ª edición está corregida y aumentada. Se publica en
Saarbrücken (Alemania): Editorial Académica Española,
Mayo de 2019.
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Muere el autor. Cadáver evidente.
Se inicia la matanza del cadáver.
Y mientras, el autor –jovial- sonríe
por entre los renglones de su obra
a los ya muy simpáticos necrófilos.
               
   Jorge GUILLÉN: Aire Nuestro y otros poemas
   Barral Editores, Barcelona 1979, 213.

-La Sociedad tomada por la Familia, Ediciones de
La Biblioteca, Universidad Central de Venezuela,
Caracas 1999, 334.
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Palabra en concierto,
Copla, ritmo, rima.
Nada estará muerto
Si el lector lo anima.
Del lector depende:
Decisivo duende.
Siempre tan modesto,
Nada es el autor
Sin el buen lector,
¡Supremo es su puesto!
               
  Jorge Guillén: Aire Nuestro y otros poemas
   Barral Editores, Barcelona 1979, 212.

-Tierra Nuestra que estás en el Cielo,
Consejo de Desarrollo Científico y
Humanístico, Universidad Central de
Venezuela, Caracas, 1999, 238 pp.
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2° edición digitalizada, corregida con precisiones de
Modelos de análisis, conceptuales e información.
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La sociedad, la sociedad danzante…
No adivino las nuevas estructuras
En tan múltiple cambio novedoso.
              …………..
¿Sólo televisión, sólo cartel?
Bibliotecas, museos:
Bosques, más bosques siempre son más libros.
Variedad, variedad civilizada.

 Jorge GUILLÉN: Aire Nuestro y otros poemas,
  Barral Editores, Barcelona 1979, 549.

-Élite Venezolana y Proyecto de Modernidad,
Ediciones del Rectorado y Vice-Rectorado
Administrativo, Universidad Central de
Venezuela, Caracas 2000, 359 pp.
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“Autor de calidad escribe poco”,
dijo el maestro, insigne con la obra
más finamente breve de su tiempo.
“El hombre es la medida de las cosas”
¡Nuestra escasez como categoría!
               
  Jorge GUILLÉN: Aire Nuestro y otros poemas
    Barral Editores, Barcelona 1979, 211.

-Etnología para Divagantes, Ediciones de la
Facultad de Ciencias Económicas y Sociales (FACES)
y Dirección de Cooperación y Relaciones
Interinstitucionales, Universidad Central de
Venezuela, Caracas 2006, 199 pp. (agotada la 1ª edición)
------------
 edición en CD. Caracas: Ediciones de la FACES, UCV, 2012.
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Dice: “Yo escribo poco.
Más me habría gustado escribir menos”.
        Se lo sugiere el coco,
que de noche le asusta con sus truenos.
               
   Jorge GUILLÉN: Aire Nuestro y otros poemas
   Barral Editores, Barcelona 1979, 211.

-Ecología, Agricultura y Comunidad,
Caracas: Ediciones de La Biblioteca (EBUC), Universidad
Central de Venezuela, 2008, 160 pp.
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El autor se relee
textos mal recordados.
Sí, funcionan exentos,
libres. No maravillas;
Criaturas. ¡Existen!
               
  Jorge GUILLÉN: Aire Nuestro y otros poemas,
  Barral Editores, Barcelona 1979, 204.

-Elogios y Miserias de la Familia en Venezuela,
editorial La Espada Rota, Caracas 2011, 152 pp.
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Dices que demasiado bien escribo,
        Según actuales modas.
Grata objeción que guardaré en mi archivo.
        ¡Ahí me las den todas!
               
   Jorge GUILLÉN: Aire Nuestro y otros poemas
   Barral Editores, Barcelona 1979, 209.

-Contratiempos entre Cultura y Sociedad,
Ediciones de la Facultad de Ciencias Económicas
y Sociales, Universidad Central de Venezuela,
Caracas 2013, 270 pp.
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En sus relatos se presentan con frecuencia
personajes que buscan el principio regulador
de la totalidad. Como en La Biblioteca de Babel,
donde la solución es encontrar al “hombre libro”
poseedor de la clave del universo, y obtener
mediante esa revelación la plenitud, la verdad,
para apartar definitivamente la incertidumbre
de la vida, con sus días, sus indefiniciones,
su inefable misterio, su desarreglo y este
obstinado devenir.

    Stefanía Mosca: Jorge Luis Borges, Utopía y
     Realidad, Monte Ávila Editores, Caracas
     1983, 145.

-Agresividad Escolar e Instalación del Edipo
Cultural en Venezuela, Consejo de Desarrollo
Científico y Humanístico y Ediciones de La
Biblioteca, Universidad Central de Venezuela,
Caracas 2014, 393 pp.
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-El ANIMAL URBANO: Espacio y proyecto de sociedad
en la ciudad de Caracas. Saarbrücken: Editorial Académica
Española, 2017, 338 pp.

-EL PENSAMIENTO VIANDANTE. De la idea de investigar al
proyecto de investigación. Saarbrücken: Editorial Académica
Española, julio de 2019.

-LA CIUDAD CONSOLADA. Poemario super flúmina de la
esperanza venezolana. Caracas: Ediciones de la Facultad de
Ciencias Económicas y Sociales, Universidad Central de Venezuela,
2019.

-IDENTIDAD A CONTRALUZ. Complejo matrisocial, juego de
los sexos y política, acogida y violencia, magia y ética en
Venezuela. Caracas: Universidad Central de Venezuela, 2017.

-CONTRADANZA A LA EMBESTIDA POLÍTICA. Corifeos de
pensamiento cultural en Venezuela. Caracas: Universidad Central
de Venezuela, 2018.

-VARIACIONES CON TEMA MATRISOCIAL. Coregas sensibles
al proyecto social en América Latina. Caracas: Ediciones de la Facultad
de Ciencias Económicas y Sociales, Universidad Central de Venezuela,
2019.

-TOMAVISTAS DEL PAÍS DE DON NINGUNO. Venezuela en contraseñas
matrisociales. Caracas: Ediciones de la Facultad de Ciencias Económicas
Y Sociales, UCV, 2019.

-PAÍS ULTERIOR. Más allá de las fronteras del conocimiento las cumbres
del pensar trashumante. Caracas: Ediciones de la Facultad de Ciencias
Económicas y Sociales, UCV, 2020.

-LA FIESTA INTERMINABLE. Crítica inmanente y trascendental al
concepto de matrisocialidad. Caracas: Ediciones de la Facultad de Ciencias
Económicas y Sociales, UCV, 2020.

-DIVULGACIÓN RELIGIOSA-POPULAR Y RETÓRICA DE LA IMAGEN.  Debate
semiótico entre el lenguaje y el simbolismo icónico en la publicidad. Caracas:
Ediciones de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, UCV, 2020 [1978].
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B) Opúsculos
Opúsculo del Trabajo  …………………………………………………………Opúsculo/1
Opúsculo de la Magia…………………………………………………………..Opúsculo/2
Opúsculo de la Educación…………………………………….……………….Opúsculo/3
Opúsculo del Compadrazgo y la Amistad…………………….………………Opúsculo/4
Opúsculo de la ‘Sociedad Popular’ y el Poder………………....……………..Opúsculo/5
Opúsculo del Populismo………………………………………………………..Opúsculo/6
Opúsculo de la Estrategia Gerencial…………………………….…………….Opúsculo/7
Opúsculo del Proyecto Societal…..………………………………...…………..Opúsculo/8
Opúsculo de la Estética Social Popular….…………………………………….Opúsculo/9