miércoles, 14 de diciembre de 2011

CIERRE POR INVENTARIO DE MI SALVACIÓN

















Voy a cerrar por inventario
retiro del mostrador
la mercancía quedada.
A nadie le gustó
nadie leyó
nadie sintió.

Perdí todos los amigos,
eran malos pagadores
huyeron todos de mí.

Perdí tiempo. Perdí todo (bis).
Pero donde perdí me salvé (bis).

Antonio Miranda: Tu País está Feliz.
Cante con guitarra: Xulio Formoso.
Teatro del Ateneo de Caracas, Febrero/Marzo 1971.


Por si quedara alguna duda de mi salvación en el cierre de un fin de año epocal en un diciembre de mucha lluvia de 2011 en Caracas, y bajo advocación navideña:


Rorate coeli désuper/ et nubes pluant justum:
Aperiatur terra/ et germinet salvatorem
(Dejad caer el rocío, cielos de arriba/
y las nubes lluevan al justo:
ábrase la tierra/ y germine el salvador)

Introito de Adviento IV,
con música gregoriana,
He aquí la lluvia del inventario y los gérmenes de salvación mediante el trabajo sobre la tierra, representado como tutor de tesis de Universidad:

  • Ofelia Pérez: "Impacto del Metro de Caracas en el Desempeño de Usos y Actividades cotidianas". UCAB, mayo 1986. Pregrado.


  • Claudia E. Peña: "El Comportamiento del Fondo de Crédito Agropecuario y su impacto socioeconómico en los productores agropecuarios". UCAB, 1987,


  • Pregrado.Ginette González y Vivian M. Morey: “Menores y Economía Informal. Las lógicas de subsistencia de la familia popular-urbana”. UCAB, Caracas, 1993. Pregrado.


  • Carmen Josefina Reyes y F. Rojas: "Las Dificultades del Docente en la Implementación de los Programas de Educación Religiosa". Universidad de Santa Rosa, mayo de 1994. Pregrado.


  • Miguel Ángel González: "La Promoción Turística en Paria (Venezuela). Enclave o Articulación entre la Cultura y la Sociedad". UCV, septiembre 2000 Pregrado.


  • Guillermo Méndez: “Asociación de la Comunidad del Gran San Blas. Hacia el movimiento social de la vivienda en barrios de Caracas”, UCV, abril 2003 Pregrado.


  • Hernán Porras: “Representaciones Culturales y Conflicto Social. Las Plazas Bolívar y Altamira en Caracas”, UCV, 6 de junio de 2003, Pregrado.


  • Franklin Matute: “Oritapo. Migración Rural e Invención de la Comunidad", UCV, 10 de octubre de 2003, Pregrado.


  • Eduardo Salas: “Los Dardos del Yo. Aproximación etnopsiquiátrica a la violencia urbana”. UCV, 14 de octubre de 2003, Pregrado.


  • Carolina Uzcátegui: “Cultura y Proyecto de Género en Venezuela”, UCV, 15 de octubre de 2003, Pregrado.


  • Marysabel Ramos: “Patrones de Crianza y Negativismo Social”, UCV, 32 de abril de 2004, Pregrado.


  • María Carolina Hidalgo: “Liderazgo Femenino y Convocación Comunitaria en el Barrio El Pedregal (Caracas)”, UCV, 18 de mayo de 2004, Pregrado.


  • Ramón Novo: “Quiebre Cultural y Angustia Social. Un caso de inmigración sirio-musulmana en Caracas”, UCV, abril de 2005, Pregrado.


  • Frank Bayola: “Duelo en la Morgue”. UCV, 28 de octubre de 2005, Pregrado.


  • Karilda León: “Dactilograma y Sociedad. Cultura de la Desidia en Venezuela”. UCV, 01 de noviembre de 2005, Pregrado.


  • Gabriel Oliveros: “Estructura Mítica y Transformación Etnocultural. El mito matrisocial”, UCV, 02 de noviembre de 2005, Pregrado.


  • Dayana Rivas: “Sabana Grande: la Ansiedad Urbana de Caracas”. UCV, 03 de noviembre de 2005, Pregrado.


  • Liliana Murillo: “Sociedad Ansiosa, Sociedad Adicta. Estudio etno-psicoanalítico de la droga en S. Antonio de los Altos”, UCV, 07 de noviembre de 2005, Pregrado.


  • Vanessa Vargas y Rafael Fayad. “La Amistad entre los Jóvenes Varones en Venezuela”, UCAB, 17 de Mayo de 2006, Pregrado.


  • Alfredo Alberto Lengert: “Exploración en el Desarrollo Moral del Infectado VIH/SIDA en Venezuela”, UCV, 29 de Mayo de 2007, Postgrado.


  • Enoé Texier Reyes: “Re-Encuentro con el Mito y el Ritual. Una Antropología del Auto-desarrollo”. Trabajo de Ascenso defendido junto a la Lección Pública para optar a la categoría de Profesor ASISTENTE, UCV, 14 de Junio de 2007.


  • Angelith Castillo Pérez: El Complejo de Suegra y el desentendimiento Social en Venezuela”, UCV, 09 de noviembre de 2007, Pregrado.


  • Beatriz Adriana Juárez Rodríguez: “El Policaracas y la Dedicación Urbana”. UCV, 14 de noviembre de 2007, Pregrado.


  • Ángemi Rosceli Jiménez Fuentes: “Educación Básica y Diferencia de Género. Estudio en cuatro escuela en la población de Cagua (Edo Aragua)". UCV, 12 de febrero, 2008. Pregrado.


  • Viviana Cuberos Betancourt: “La Etnoplástica del Cuerpo y las Cirugías Estéticas en Venezuela. La mamoplastia”, UCV, 10 de marzo, 2008, Pregrado.


  • Fátima I. Tavares De Abreu: “Cartografía de la Saudade y Extrañeza Social. Exploración en el desamparo y la valoración del emigrante portugués en Venezuela”.UCV, 07 de mayo, 2008, Pregrado.


  • Daniel José Rodríguez Díaz: “Desorden Urbano: Caso de la Transgresión Urbana en La Bandera (Caracas)”, UCV, 31 de octubre de 2008, Pregrado.


  • Madelaine Quintero Peña: “La Novela de Terror, el Complejo de Inferioridad y la Dependencia Social”, (UCV), 03 de noviembre de 2009. Pregrado.


  • Carlos Gómez: “Legalidad y Legitimidad. La policía en Ciudad Bolívar. Venezuela”, UCV, 10 de noviembre de 2009, Pregrado.


  • Ana Felicia Aveledo Álvarez: “Ética de la Investigación en Objetos Etnográficos: El caso de la Fundación de Etnomusicología y Folklor (FUNDEF)”, UCV, 26 de febrero de 2010. Pregrado.


  • Jorge Humberto Montero Valera: “El Desorden Mítico. La transgresión de las normas del tránsito en la ciudad de Caracas”. UCV, 18 de octubre de 2010. Pregrado.


  • Concetta Brillante Guevara: “Autoridad Eclesial y Obediencia Agonizante. La primera comunión en la iglesia de Nª Sª de Fátima de las Minas de Baruta (Caracas)”. UCV, 20 de octubre de 2010. Pregrado.


  • Ramón Novo López: “Enfermedad Cultural de Aldeanos en la Ciudad”. UCV, 05 de abril de 2011. Proyecto de Tesis Doctoral.


  • Yesery Juárez Torrealba: “Relaciones de Parejas y Abandono del Amor. Estudio en la población de Charallave, Edo. Miranda”, UCV, 13 de mayo de 2011, Pregrado.


  • Wendy Guillén Flores: “Rituales de Fratrías Urbanas. Los Car-Tunning de la bomba Texaco, Las Mercedes (Caracas)”, UCV, 17 de mayo de 2011, Pregrado.


  • Ana Thaís Bravo y Fiorella Casanova: “La Estereotipia Social. Figura ideal corporal y modelaje alimentario”. UCV, 26 de octubre de 2011, Pregrado.


  • Henry José Moncrieff Zabaleta: “La Experiencia Individualista en una Cultura Matrisocial. El individualismo como una posibilidad cultural en Caracas”. UCV, 27 de octubre de 2011, Pregrado.


  • Lía Febres-Cordero Meneses: "La Bailarina Stripper y el Desprecio de la Mirada del Otro. Estudio en pornología en casos de strippers en Caracas”. UCV, 09 de mayo de 2012, Pregrado.


  • Noliany Pastora Manvel Hernández: “Socialización del Varón Adolescente y Narcisismo Social. Dos casos venezolanos de familia extensa”. UCV, 24 de abril de 2012, Pregrado.


  • Michelle Cona: "Aglomeración Urbana y Espacio Alterado. Estaciones de Plaza Venezuela y Petare del metro de Caracas". UCV, Pregrado, presentación en febrero de 2012.


  • Noelia Depaoli: "Iconografía Homosexual y Entretenimiento Social o el Aburrimiento como problema. Los casos de la telenovela Cristal y la telecomedia de Charly Mata en Venezuela", UCV, Pregrado, presentación en marzo de 2012.

TEORÍA DEL CONSTRUCTO 2: LA GARANTÍA DE AUTENTICIDAD EN EL PROYECTO DE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA


















Alfarero a tus cacharros.


Haz tu copa y no te importe


si no puedes hacer barro.




¿Dices que nada se crea?
No te importe, con el barro


de la tierra, haz una copa


para que beba tu hermano.




Antonio Machado
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Contenido



A. Balance crítico.


B. El locus ontológico de la estética creadora.


C. La garantía como creación metafórica.


D. La ética como dedicación.


E. La autorización personal creadora compromete la garantía de autenticación del proyecto.


Como ciencia se propone la positividad, como proyecto se propone la rentabilidad, como narrativa se propone ideas atractivas. Si la combinación no hace agua, resultará una investigación de autenticidad garantizada, porque será una poesía del pensamiento.



A. Balance Crítico.



Remedando esforzadamente la entrada a Los Sueños de la Razón de J. A. Marina (2003), aspiramos a asentar dónde se funda la garantía de autenticidad que debe ostentar y con que debe ofrecerse la investigación científica. El asunto de autenticidad nos coloca en la exposición de un estado subjetivo; pero no será subjetivista porque se observará desde una ética y verificará una verdad existente en el mundo real. Tres presupuestos encabezan nuestra argumentación ab initio: 1) el carácter de la investigación; 2) el papel creador del pensamiento; 3) El principio de creación estética.



1) El carácter de la investigación apunta al estudio de una lógica o episteme. Es decir, el estudio de un modo de pensar o de una fuente del conocimiento. Tal estudio se organiza a partir de un rigor en el control de las variables; puede hacerse el control por introspección (sociología comprensiva) o por el lenguaje (cotidiano) como institución o plasmación de lo humano. La teoría es la que tiene la capacidad del control de las variables en una investigación científica, la cual termina siendo un proceso fenomenológico controlado.



De acuerdo a esta referencia conceptual, la senda, que tomamos en este primer presupuesto, se orienta según el modelo analítico en el cual se diferencian la actividad de ocuparse en investigar y la actividad de dedicarse a investigar, atendiendo a que las garantías de autenticidad del estudio de una episteme no o sí vengan otorgadas por la creación de la teoría.


Ocuparse en la realización de una cosa muestra la ejecución de unas tareas de tipo artesanal, informativo, técnico, sin consecuencias en la trascendencia del conocimiento, es decir, que no comunica, orientaciones, ideas, posibilidades, proyectos. En cambio, dedicarse a la realización de una cosa supone una concepción de las tareas de carácter artístico, conceptual, de formación de ideas y su propulsión transcendente con consecuencias en la transformación de la realidad. La concepción o diseño de ideas para organizar la realidad contiene la intención de orientar la realidad misma, inspirar proyectos, proponer una referencia moral y ética.



2) En la senda, signada para el logro de la garantía de la autenticidad, se indica un punto inicial donde se asigna al pensamiento el papel de una fuente de creación de ideas y conceptos. Las cosas comienzan a aparecer con significados, y en éstos se expresa un reto como destino de su existencia; se obtienen así las ideas de las cosas. La irrealidad que representa la actividad de la concepción de las cosas, toma la delantera del futuro a la realidad que está representada por las cosas del presente.


La obra o proyecto de investigación aún no existe, pero ya está en proceso de existencia en el pensamiento creador del sujeto pensante, el autorizando. Sin esta inicial de irrealidad como inquietud, y como tal deslumbrante unas veces, pero otras veces tímidamente pobre, ofuscadamente incierta, indigente buscando oropeles entre barahúnda de apuntes, papeles, libros, videos, poemas, novelas, estadísticas, filosofías, crónicas periodísticas, etc. Sin esta inicial que pretende una inspiración creativa, no se marca el ritmo a la investigación. Como creación, supone que el pensamiento se sobreponga a sí mismo, venciéndose en su propia función creadora. Esta creación demiúrgica no puede ser sino una poiesis, es decir, una poesía del pensamiento.



3) La mezcla que debe lograr una combinatoria dosificada de cientificidad, proyecto y narrativa, se origina a su vez en un principio de creación estética. La estética como motivación tiene ya una historia en nuestra intención personal. En la travesía por el CIPOST (Centro de Investigaciones Postdoctorales) 1993-1998, donde afloró tal motivación para la reflexión filosófica, humanística, literaria, pretendimos también pensar la asociación de la estética con la actividad científica. Pero no hubo ocasión para lograr también su diferenciación y autonomía, ya con respecto a la retórica, ya con respecto al juicio o sensibilidad filosófica.


Antes en 1985, comenzando los cursos de Antropología de la magia y la religión y Etnopsiquiatría dictados por el profesor Gustavo Martín en el Doctorado en Ciencias Sociales, se apuntaba a la sensibilidad como un acceso al conocimiento. El estructuralismo levi-straussiano, así como el estructuro-marxismo presidían aquel intento de orientación, como un magma de sentimentalismo sin sujeto.



Aquella motivación nunca fue elevada a ser pensada como principio. Las cosas y sus problemas quedaban a un lado haciendo guiños de objetivación, negada pero no disuelta. El desalojante subjetivismo tapaba las ansiedades de los investigadores de cara a los problemas objetivantes. Además se avanzaba hacia una criminalización de la ciencia, donde la disciplina y el trabajo disciplinario eran condenados sin conmiseración, la academia era vituperada como academicismo, así como marginalizado el profesionalismo y al fin destruido reflexivamente, como de bajo estatus.



En la investigación debía concurrir una mezcla inteligente, tanto de los hechos que hay que describir con claridad, como de las explicaciones que tienen que venir de los debates de las corrientes de pensamiento y el conocimiento. Es decir, concurrir fenomenología y ciencia explicativa, análisis e interpretaciones. También concurrir las sensibilidades estéticas, pero ahora como principio esencial de la elaboración conceptual.



En suma, ocuparse en investigar no es suficiente para garantizar la autenticidad de la obra o proyecto de investigación; es necesaria, como función moduladora de las cosas, la invención de ideas, de suerte que el pensamiento demuestre que antes de que la obra exista como realidad, con sus conocimientos y técnicas, logre una existencia creada como concepción de irrealidad. Ni el retoricismo esteticista, ni el subjetivismo sensibilizante, alcanzan a establecer un proyecto de positividad y rentabilidad, capaz de dar cuenta de la actividad creadora del pensamiento, es decir, de la poética de éste.


B. El locus ontológico de la estética creadora.



El lugar epistemológico donde coloquemos la estética o sensibilidad creadora va a señalar la comprensión conceptual de su operatividad, y, con ello, de su pensamiento y existencia pro-activa. No se pretende que fundamente la intelección de las cosas como postura psico-estética, según la ideología postmodernista del CIPOST. Tampoco se aspira a una sentimentaloide ampliación dentro de la ideología de la muerte del sujeto, para acceder desde un estructuralismo trasnochado a las estructuras etnoculturales, según una lingüística humanística de uno de los curso del doctorado.



Ambas vías, con motivo de una ampliación emocional del sujeto, o para alentar al sujeto, resultan ser un callejón sin salida:



a) lo estético como perceptivo no avanza más allá de una sensibilidad del gusto de carácter retoricista, como criterio post-modernista.



b) Lo estético en cuanto la subjetivación particular del gusto para alcanzar experiencias individualistas, termina en una opacidad y confusión con el prejuicio de lo creativo del subjetivismo sofístico del hecho científico a costa de la objetividad. Tal subjetivación relativista terminará arropándose con las medidas del culturalismo post-modernista de la antropología norte-americana.



Nuestra posición vira hacia lo ontológico, como criterio de un saber estar en el mundo de las cosas. Se sensibilizan las cosas desde la dinámica de la acción en la medida que la acción misma está orientada por la ética en su originaria racionalidad poética. Si la estética es un producto del pensamiento ético, es porque la función misma de creación estética moldea el ser del pensamiento mismo. Éste, al vencer su primer impulso de ser, no puede sino inventar su propio modo de pensarse a sí mismo y al mundo de las cosas; modo de pensamiento que juega también el papel de fondo de reemplazo de los conocimientos y técnicas, de los proyectos y métodos, de los problemas y los conceptos explicativos, de los principios y las condiciones de realización de la acción según situaciones y conductas.


Tejiendo con esta madeja de hilos elementales, el pensamiento (inteligente) crea la ética en el tiempo histórico e impulsa su autonomía productora de su definitiva objetivación en el proyecto de sociedad. De este modo se diseña el lugar desde donde se debe pensar. La estética ya no es un impulso sentimentalizado, ni un motivo decorativo, ni un despegue de simple inspiración, tampoco una condición marginal de la realización de la acción, sino un principio del pensamiento con el que se trabaja a sí mismo el pensamiento, y éste trabaja al mundo.



La estética resulta ser una idea ontológica, turgente de la sensibilización de la acción y de las experiencias colectivas. En el juicio, como gusto de las cosas, anida también el juicio de la creación de las cosas. La estética o sensibilidad se transforma en acción creadora, después de ser evaluada desde las teorías de las relaciones sociales en proceso permanente de innovación. La innovación indicada se evalúa en las relaciones de la conducta real que debe tener o por la que debe optar un sujeto pensador, esto es, un diseñador de realidades.



En definitiva, como principio del pensamiento, la estética es entendida como una operación creadora, objetiva, de sentimiento que cristaliza información y remodela cosas que se tienen entre manos. La estética es consumación de libertad, hija no del deseo, sino del proyecto del pensamiento. Un proyecto permanente que el pensamiento impulsa como invención de posibilidades, lo promulga y lo realiza con más o menos éxito (Marina, 2004, 246). Es un proyecto (todos y cada uno) que como tal diseña acciones, que no logran fabricar ni el deseo, ni el gusto. Porque se configura como un diseño cargado de criticidad y dirigido a la solución de los problemas sociales reales.



En suma, el pensamiento se sobre-impone a su propio ser, adviniendo como principio creador de sí mismo y de las cosas. Es el pensamiento poético. Como estética pro-activa se asocia con una poética, y como instancia primigenia del pensamiento (inteligente) signa la garantía de autenticidad de toda obra o proyecto. Tal como éstos, puede ser también obra o proyecto de investigación científica.



B. La garantía como creación metafórica.



La garantía suele ser solicitada, demandada, para inquirir sobre la autenticidad de una cosa, sea un vino, un carro, un servicio de taller, un poema, un cuadro. Suele corresponder con la responsabilidad, la autoría, el origen natural o social producido. Se asocia con la marca de los zapatos o la corbata, la denominación de origen del vino o de la casa productora del ron.


La autenticidad se refiere a la autoridad que con título propio sobre el asunto en cuestión, asegura el origen y calidad de una obra o cosa. El autor de una obra, su diseñador, es el que representa el verdadero autenticador o testigo con relación a la positividad y rentabilidad operadas. Su propia subjetividad, objetivada u objetivándose en los procesos de trabajo de las obras, identifica la operación previa que como obra a su vez operante signa la veracidad que garantiza la autenticidad de la obra operada como resultado. En breve, la ejecución diseñada como operación subjetiva tiene consecuencias en cuanto que se convierte en el principio constitutivo del ser de una obra ejecutada, objetiva.



Una realidad auténtica o lo auténtico como realidad, originado en la psico-dinamia de su creador, transfigura a éste en artífice de mundos. Ya no es un simple actor ejecutante (fautor o factor), sino un autor que, al diseñar ideas, detenta una autoridad y puede signar la autorización de una obra.


En la génesis o punto focal se encuentra un pensamiento creador, poético. Esta clase de pensamiento no procede de los medios utilizados, sino de los fines, no de las tecnologías, sino de los valores éticos, de la inteligencia. La inspiración de la idea es ontológica: qué necesito hacer para mi mundo, mi sociedad, es la ubicación esencial para hacer el análisis de la acción y que ésta se explique de un modo preciso y atractivo, es decir, que se comunique con buen juicio.



Cuando Engels en El Banquete de Dijón dice que “la máquina de vapor y el ferrocarril valían por muchas ideas” ya está mostrando que la máquina de vapor y el ferrocarril eran una verdad objetiva que transcendía la especulación reflexiva, pues ya en su misma invención eran, en verdad, ideas comprobándose, y, en consecuencia, ostentaban en su comprobación la visibilidad de la garantía de su autenticidad como grandes ideas del siglo XIX. Como tales, pertenecían a las ideas promotoras de imaginación, que, como un relieve de creatividad, impulsaron ideas de innovación y hechos de innovación que tendrán resultados favorables en la transformación de las sociedades (Véase Hurtado, 1990).



La gran idea dice relación con la existencia personal y social, que a su vez la autentica. Más allá de poetas dignos, inteligentes, sensibles y valiosos, Gamoneda se coloca en el desafío de identificar a los poquísimos poetas españoles que proporcionan una realidad existencial, es decir, lo que es auténticamente una creación.


Más allá de la escasez de esos poetas (como siete en la historia de la literatura de España) interesa saber cuál es el criterio de esas obras de creación con autenticidad. No se trata de la versificación, para la cual Cervantes no tuvo la gracia que otorga el cielo para elevarla a una poética, sino de una poética que incorpora a la secuencia narrativa un núcleo de realidad existencial conjuntamente de sí y de su sociedad.



Así el Quijote constituye una gran obra poética (Leonardo Padrón (2010: “Antonio Gamoneda, el rayo de la poesía”, El Nacional). Para Gamoneda, la poesía en su autenticidad no pertenece a ningún género literario, ni siquiera a la lírica. La poesía tiene que ver con la invención de existencias, y no con recursos como los representados por los géneros literarios: novela, épica, lírica, dramaturgia, etc. “El pensamiento poético que no es ficción….es en mí, lo quiera o no, una forma de existir; no puede falsificar la realidad biográfica: es parte de ella” (Antonio Gamoneda, 2009, 236).



La poesía es ante todo investigación de la realidad, es propulsión del sentido del ser, principio del ser mismo en cuanto pensamiento de mundos existenciales. Toda gran novela (que es representación de un mundo) para ser tal, debe tener en sus entrañas aliento poético. Leer El Quijote o La Celestina es leer un enorme poema narrativo (Gamoneda en Padrón, 2010, 3).


La creación de una escritura constituye una función estética como expresión de un esfuerzo creador. En el origen se encuentra la concepción de una obra, su diseño. La estética debe estar incorporada al diseño, porque en la estética es donde va a insertarse, a tomar carne, el impulso creador, la poética. El lenguaje humano ha venido convirtiéndose en un instrumento con capacidad de sensibilidad existencial: es representación, y también un existencial del yo mediante la operación sensibilizadora.



La metáfora tiene un poder pluri-sígnico para instrumentalizar el objeto que pretenda el sujeto portador del lenguaje, ya idiomático, ya poético, esto es, el que identifica rasgos de un objeto y el que recrea el objeto. “Considera Ortega que la metáfora es una especie de matriz generativa de objetos estéticos, operación identificable si examinamos con cuidado al mecanismo de transposiciones verbales que efectúa” (Serrano, 1974, 146).


La metáfora siempre convierte en punto de partida la representación de la imagen (punto de llegada de la cosa a la conciencia) para la segunda operación de la recreación del objeto como algo mío en cuanto representación, es decir, como un estado de conciencia del sujeto. La metáfora deja de ser un elemento decorativo que se aparece al sujeto, para que su epifanía se convierta en principio de revelación del pensamiento. Como principio está cargado de intencionalidad emocional o sentimiento estético, que analiza e interpreta problemas y trae a la existencia nuevas cosas.


El lenguaje lógico (científico, filosófico) que tiende a rehuir este temple emocional, no siempre lo consigue, y no podrá conseguirlo. Es una dicha que no lo consiga porque queda pendiente que el objetivo supremo, el más objetivante, es que lo incorpore como es: principio del pensar del concepto explicativo. El constituye el mejor esfuerzo creador de un autor que garantizará la autenticidad del concepto (a construir) y de su explicación (a desarrollar).


El psicólogo político Richard Sennett concibe los vínculos metafóricos como un instrumento del pensamiento (Sennett, 1982, 79), pero cuando muestra y explica el mecanismo de elaboración de la metáfora conceptual, lo hace con el tratamiento de un mecanismo del pensamiento explicativo, con aspiración de principio. La metáfora amplía los sentidos del ser en el encuentro con otro ser: se amplía el sentido de jefe al jugar el papel de un padre en la metáfora del paternalismo.


Al concurrir dos seres con disonancias de sentido: el jefe no puede ser un padre (contradictio in términis), la metáfora crea un significado mayor que la sumatoria de sus partes, lo que implicará una modificación de los sentidos concurrentes con orientación disímil, por lo menos oblicua. Estos sentidos al relacionarse entre sí hacen que la metáfora ya en sus segmentos conceptuales pueda establecer relaciones sociales: clases sociales, roles, funciones, etc.


El vínculo metafórico fuerza a que conviva en su fusión metafórica lo que conceptualmente no puede suceder, pero que sucede en la realidad vitalmente social. Así la metáfora explica ya en su construcción conceptual las posibilidades de la convivencia de los seres, pues plantea y soluciona en sí misma las problemáticas de una sociedad al dar coherencia a las contradicciones que anidan en la relación de sus seres (Sennett, 1982, 79-81).


En conclusión, hay un afán de los autores por llegar a la cúspide al entendimiento de la esencia y el papel de la metáfora en la vida social. Cada uno tiene una plataforma de interés reflexivo. Se trata de una gran idea con el fin de incidir en lo existencial. Engels lo entrevió con la idea de la máquina de vapor y del ferrocarril.



El poeta Gamoneda lo desentraña como su problema en cuanto principio creador, extra-literario, de realidades existenciales, como lo es la poesía. Serrano llega también por la imaginación simbólica a la coyuntura donde separa la metáfora idiomática de la metáfora poética, siendo ésta un principio de recreación del objeto.


Sennett proyecta el prejuicio científico del instrumentalismo psicológico y como respondiendo para qué sirve la metáfora al quehacer de la ciencia, no tiene otra fórmula que la del vínculo de los elementos políticos con el fin de explicar las contradicciones de los seres sociales con las que sin remedio tienen que convivir. El modelo de la metáfora literaria le sirve para justificar la metáfora conceptual como instrumento del pensamiento científico: ésta sigue siendo un útil de retoricismo aunque para la dinámica constructiva de la explicación conceptual.


En nuestro problema planteado, el poeta Gamoneda da más en el objetivo que estamos proponiendo según el cual la metáfora poética signa mejor la garantía de autenticidad de una obra, porque expresa o soluciona directamente el compromiso existencial del autor-creador con el testimonio de su obra para la investigación del quehacer existencial.


D. La ética como dedicación.


El locus ontológico de la metáfora se sitúa más allá de ocurrencias (poéticas versificantes), que no implican ni significan pensamiento (poético) alguno. Las ocurrencias pudieran ser movilizadoras de pensamiento, pero no son pensamiento. Esto sucede también en la investigación científica. Las ocurrencias se localizan a niveles de las proyecciones fantásticas, deseos, depresiones, ansiedades, pero no de los conceptos. El desarrollo de los conceptos debe contener un pensamiento que los impulsa, soporta y mueve en el estudio de su propia lógica, pero es necesario no detenerse, ni caer en las tentaciones ocurrentes, aunque las ocurrencias como las inspiraciones pueden motivar construcciones de pensamiento conceptual.


Al confeccionar narrativas seductoras con conceptos o conceptualizar con motivos seductores con base estética, se corren riesgos de diseñar epistemología clausurando el atractivo del relato o hacer retórica literaria a costa de la conceptualización (opacidad en la luminaria o ambigüedad en la explicación). El principio del pensamiento poético se presenta desactivado y con ello no luce con su luminaria seductora la narrativa científica. El resultado es la pérdida del brillo en el pensamiento científico conceptual.


En la investigación científico-social, el pensamiento poético es el que decide el buen juicio, y, por lo tanto, constituye la fuente de la garantía de autenticidad de la acción investigadora, no los recursos de la investigación como son el conocimiento, las técnicas y las condiciones sociales de la realización. Sin pensamiento poético el investigador se reduce a ser un ocupante o un ocupado o un mero pre-ocupado en investigar. La actitud ética es la que otorga la lógica de la dedicación a investigar, la que hace un dedicado a la investigación con compromiso de oficio y vida.


Entonces el dedicado en su demostración procura primero construir su modelo o metáfora conceptual que encontrará en el fontanal de su pensamiento poético, y segundo permanecer en dicho nivel creador mientras desarrolla el proyecto de investigación, es decir, procede con su representatividad basal que consiste en mantenerse en la actitud del rigor de control de las variables: debe ser coherentemente conceptual en el estudio de la lógica o episteme en estado de construcción explicativa. Si su investigación es sobre el ser, su óptica de observación será siempre desde el deber ser (ideal ético).


El ser se obtiene en la cultura o en la estructura social, aterrizando en él mediante los recursos estadísticos, psicológicos o etnológicos. El ser etnográfico siempre juega el papel de un hecho bandera que como tal asienta la fenomenología de una investigación, pero la garantía de autenticidad no procede del ser fenomenológico, sino del deber ser conceptual explicativo.



Es importante detectar que la experiencia o repertorio etnográfico como relato seductor de fenómenos desafía a la dedicación investigadora a proseguir en el empeño de la demostración explicativa y a estar al frente de la decisión del conocimiento. La claridad en la luminaria poética emerge en el pensamiento teórico del investigador dedicado, que al fin y al cabo es el que tiene por el mango la herramienta conceptual, expresada en el modelo explicativo (Devereux, 1989).



E. La autorización personal creadora compromete


la garantía de autenticidad del proyecto.



Para poder ver etnográficamente, el autor debe llenarse de sentido de realidad, de sensibilidad de las cosas y sus problemas, que es la manera conversiva de decir que el autor es el que genera, y, por lo tanto, otorga dicho sentido y sensibilidad a las cosas mediante su entrenamiento ontoló-gico del buen gusto.

Sin embargo, llegan tiempos de oscuridad en las sociedades y también en lo personal. No son los tiempos representados por las monstruosidades. No son nuevos, ni una rareza en la historia y en la experiencia personal. Pero aún en estos tiempos tenemos el derecho a esperar cierta iluminación, una luz que pueda provenir menos de la teoría y conceptos, y más del pensamiento.

El pensamiento es el que tiene la facultad de inventar las teorías y los conceptos para las explicaciones que tenemos entre manos y son difíciles de resolver. Hay que pensar, ejercitarse en pensar. Para ello hay que reconfigurar la inteligencia humana: se trata de buscar la racionalidad poética que cambie el régimen del pensamiento concreto del di-vagante y lo haga vi-andante.


A la hora de emprender la formulación de un proyecto, el investigador en ciencias sociales debe incursionar en una poética de la acción, como requisito que haga posible una reforma del sentimiento a incorporar en su subjetividad creanda (que debe ser creada y creadora), y de aquí a su plasmación objetiva en el proyecto de la investigación. ¿Qué es lo que puede y tiene que caracterizar a una poética de la vida normal, y a su entrenamiento que amplíe el campo de su acción investigadora? En el origen de esta poética totalizadora siempre hay un proyecto propulsor. Los planes que guían los entrenamientos consisten en irrealidades que facilitarán, con su eficacia simbólica, la realización de las posibilidades pergeñadas.


El proyecto con su poder poético exige que sin salir de mí, me aleje de mí mismo a ámbitos del futuro que se entrevé. El autor se va sentir reinventándose al ir transfigurando su subjetividad conforme crea obras objetivas de investigación. Hay que elegir bien (es la ética) como lo pide la creación de un proyecto ¿Cuál es la estructura básica de la creatividad, como poética de la autenticidad a partir de una autor-ización vital?:


a. La conciencia de ser autor de la propia programación de su misma vida y de su orientación de las ideas que vienen a veces en tropel y otras en narrativa ordenada y razonable. Aquí no vale la diferencia que hace Karl Krispin (2011) entre autor y narrador. Todo el torrente de vida va envuelto en una institución total de conciencia poética: lo cotidiano y lo extraordinario. Lo importante aquí no son las ocurrencias, ni las inspiraciones, sino los entrenamientos y las prácticas que suponen un ejercicio de la libertad sin cortapisas. El autor, con su operación creadora, es el testigo veraz de la autenticidad de su obra.


b. La adquisición de una actitud poética que se enfila siempre hacia la invención de significaciones. “Busca modos de realizar su proyecto creador, que puede identificarse con el proyecto de su vida cotidiana. La relación activa con la realidad abre dos zonas de libertad: una, la zona de los significados, y otra, la zona de las acciones. Podemos, en dosis mayores o menores, cambiar el significado de las cosas, o cambiar las cosas mismas” (Marina, 2001, 164). Las significaciones inventadas se garantizan si la actitud poética coincide con las problemáticas del mundo actual y sintoniza con las inquietudes de la sociedad, a la cual dirige sus obras para solucionar las necesidades de ese su mundo y sociedad.


c. El compromiso personal con su obra o proyecto que es la operación poética por excelencia. Como la creación artística, también la científica, la económica, la deportiva, terminan siendo actividades fragmentarias, y, por lo tanto, pueden producir desviaciones, es necesaria la vigilancia ética para prevenirse de no caer en la indignidad y el utilitarismo. Aquí sí vale la diferencia de la investigación burocrática y la investigación con pensamiento creador. La burocrática no compromete sino parcialmente al investigador con su obra, de suerte que puede negarse, en sus objetivos esenciales, a reconocerse en ella o que se le reconozca en ella: se la declara utilitaria para alcanzar un objetivo parcial en su vida. En la investigación creadora el compromiso es total, de suerte que lo cotidiano u ordinario puede devenir extraordinario como vivencia de vida, y viceversa; el investigador ama y se reconoce en su obra o proyecto. El llamado es a dignificar la realidad operada para hacerla colaboradora de nuestra libertad. La actitud poética igual que la actitud amorosa “son utilitarias por elevación, utilizan lo que hay para construir una hermosa posibilidad” (Marina, 2001, 167).


Tal estructura básica se encuentra diseñada por J. A. Marina en “El Horizonte de la Felicidad”, un capítulo de Ética para Náufragos (2001), es decir, en medio del naufragio societario. Podemos sensibilizar cómo al final del trabajo productivo creador, basta una ritualización (aunque sea cuasi festiva) expresada en una leve conmensalidad o degustación, se llega a experimentar la libertad del ser, de lo que uno es en su profundidad. Tal acontecimiento en la libertad prefigura, con eficacia poética, el reencantamiento del mundo, imaginado desde un proyecto societario en maduración (Gruson, 2010).



Referencias



Devereux, Georges (1989): De la ansiedad al método en lasciencias del comportamiento, Siglo XXI, México.


Gamoneda, Antonio (2009): Un armario lleno de sombra, Galaxia Gutenberg, Barcelona.


(Biografía infantil y adolescente).


Gruson, Alberto (1910): Asociación y sociedad, Papel de trabajo, Centro de Investigaciones Sociales (CISOR), julio.


Hurtado, Samuel (1990): Ferrocarriles y proyecto nacional en Venezuela, 1870-1925, Ediciones de la Biblioteca de la Universidad Central, Caracas.


Krispin, Karl (2011): “Librería Sónica”. Entrevista en RadioCaracas, 16 de abril.


Marina, José Antonio (2001): Ética para náufragos, Anagrama, Barcelona.


Marina, José Antonio (2003): Los sueños de la razón, Anagrama, Barcelona.



Marina, José Antonio (2004):El laberinto sentimental, Anagrama, Barcelona.



Padrón, Leonardo (2010): “Antonio Gamoneda: el rayo de la poesía”. El Nacional, Papel Literario, Caracas, 16 octubre, 3.



Sennett, Richard (1982): La autoridad, Alianza, Madrid.



Serrano, Segundo (1974): Formas simbólicas de la imaginación, Ediciones de la Universidad Simón Bolívar, Caracas.



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Papel de Trabajo, Dictado en el Seminario de Investigación en la Línea de Investigación: Antropología, Cultura y Sociedad, del Doctorado en Ciencias Sociales, Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, Universidad Central de Venezuela. Parte II, Punto 4. (Véase el Dossier en este blog día 3 de junio 2011).