miércoles, 24 de agosto de 2016

SENTIMIENTO DEL PUEBLO DESDE LA DISTANCIA

Atrio y torre de San Juan, al fondo la torre de Santa Eulalia 
ADMONICIÓN:

De lo propio nativo aprendiendo lo propio ajeno,
esto es, lo propio de todos. 
                                                          
Homenaje al pueblo de
Paredes de Nava
en sus ferias y fiestas 2016

El viejo pueblo de la infancia
fantasma en llanura adormitado
con soledad de cielo.

Hunde en la nava la cigüeña sus zancas;
desde el humedal su vitualla al aire que gira
su vuelo al ventanario anidado;
torre de San Juan, sin espadaña, eminente;
espía el plano caballero.

Corros, calles, la plaza, y las piedras
edificadas en atrios y torres, veletas
al viento de los siglos.

Concentración de ensimismada memoria
deambula sin otra cosa a esperar que réplicas
en obras de envío, anfitrionas para la comensalidad
de sentimientos que al pueblo propongan
como existencia matricial.

Cuántas cosas aprendí con el leve fondo
herencia de reemplazo, siembra en mi afán
gratuita: como vagan los grandes ríos señores
de cuencas ofrecidas en edénicas cornucopias,
sus dones repartidos luego
con cósmica generosidad.

Apenas compensación de bajo tenor acumula
el recuerdo para alimentar la alta carga
de la memoria que el espectral desgaste del tiempo
concede al pueblo vetusto.

Ahí la historia de quienes le van y le vienen,
de los que de lejos y en su lejanía resiembran
sin calles, ni plazas,
sin corros, ni atrios o torres,
testimonios-mundo, con alma totémica
de lo primordial nativo.

Cuando vaya algún día al pueblo veré
si aprendí
desde mi recuerdo reducido
a reciclarme
en la de los demás memoria extensiva.


Los Teques, 15 de agosto de 2016.
Día de Nuestra Señora de la Asunción.
A publicarse en Imágenes de Villorido,
16 de septiembre de 2016.

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nava: (voz prerromana) Tierra baja y llana, situada entre montañas, dicen los diccionarios. Lo que yo he rastreado con crítico literario que analiza conjuntamente el pensamiento de los poetas, Jorge Guillén (Valladolid) y Jorge Manrique (Paredes de Nava), y que he re-visionado para Tierra de Campos (sin montañas): la nava es una tierra baja (campo abajo, como se dice en Paredes de Nava) por oposición a la tierra alta del páramo, y al mismo tiempo es una tierra llana o plana que se encharca y se torna humediza y umbrosa. Bajura y llanura (planicie) originan el humedal posible.  

ESTUPIDEZ Y PROMESAS POLÍTICAS



ADMONICIÓN (=advirtiendo):

En su lucha de agonía contra la sociedad (venezolana)
el socialismo del siglo XXI (de inspiración comunista)
ha terminado por desprestigiar la revolución
porque la hizo estúpida.
Alguien la direccionó así; y otros, los muchos,
le siguieron como a un iluminado alcanzando para
su haber y tener una condensada ración de estupidez.

Javier Caraballo. En su columna MATACÁN de El Mundo.
Andalucía, 17 de agosto de 2006, redacta un pensamiento
sobre la ESTUPIDEZ, término que José Antonio Marina
evita proferir y en ese caso preferir el término de fracaso
para reflexionar los resultados de la estupidez en sus libros
 La Inteligencia Fracasada y Las Culturas Fracasadas,
editorial Anagrama.

(Atención al fragmento grande del texto de J. Caraballo):

ESTUPIDEZ

El periódico sensacionalista Bild publicó hace unos días una noticia de auténtico impacto. Por lo visto, un científico alemán ha estado probando en su laboratorio, con resultados excelentes hasta el momento, con una pastilla ‘anti-estupidez’. ¿Se imaginan? Si se llega a comercializar, seguro que tiene más éxito que el viagra….

De todas formas, el mercado mayor que se le abriría al comercio de estas pastillas sería el político. Y no porque en la política el porcentaje de estupidez por metro cuadrado sea mayor que en el resto de la sociedad, que este sería otro debate interesante, sino por los efectos inmediatos. El científico Hans-Hilger Ropers, director del instituto Max-Planck de Genética Molecular de Berlín e inventor de la revolucionaria píldora, sostiene que ya está probado que “en ratones y moscas de la fruta somos capaces de eliminar la pérdida de memoria a corto plazo”.

Si en los ratones y en las moscas de la fruta que deben andar más o menos igual de genes que los humanos, ha funcionado el invento, por qué no iba a ser eficaz en este personal tan desmemoriado. ¿Acaso el mayor mal de la política no es el olvido sistemático de las promesas electorales? Pues ya está, solucionado. Pero, ¿qué decir de la cantinela asfixiante que lleva a los partidos políticos a exigir cuando están en la oposición aquello que nunca aplicaron cuando estaban en el gobierno? ¿Cómo afectaría a los nacionalistas, fundamentalistas, a los imbéciles sin más? Pero es que, sin ir tan lejos, ¿cuántas estupideces se oyen a diario en el circo político?

Ya hay dos cosas que deberían figurar en la puerta de entrada de todos los parlamentos. En mármol, la frase aquella de Ortega y Gasset, en su primera intervención como diputado en el Congreso: “Señorías, es de plena evidencia que hay sobre todo tres cosas que no podemos venir a hacer aquí, ni el payaso, ni el tenor, ni el jabalí”. Y junto a la cita sublime de Ortega, un ujier con una mesilla repleta de cajas de esas pastillas.


Hans-Hilger Ropers puede revolucionarlo todo con su imprescindible invento, sí señor. En el diario Bild se ha bautizado el descubrimiento como “la primera pastilla del mundo contra la estupidez”, y por aquí la estamos esperando ya ansiosos.