lunes, 23 de septiembre de 2019

¿ES POSIBLE LA REVOLUCIÓN SIN DESTRUCCIÓN?

El río Guaire a su paso por Caracas
Admonición: Entresacamos unos párrafos del Ensayo: "Dos tipos de caos (desorden) Y dos tipos de orden" del filósofo hispanovenezolano, cuya alma mater fue la Universidad Central de Venezuela: Juán David García Bacca, posiblemente escrito en los años de 1970, en el ambiente normalmente izquierdoso de dicha universidad, y de la atmósfera socialistera venezolana. Ahora se me ocurre que el ejemplo de la Universidad Central de Venezuela viene bien al caso, para los acontecimentos de destrucción a que está sometida, y que se arreciarán más aún. Vaya esta refleción del gran filósofo de dicha casa de estudios como aliciente para su defensa, material y cultural.


Si los añicos los reducimos a cisco, será difícil reconocer que son cisco de chocolatera, y reconstruirla por ellos. Pero al llegar a átomos; los átomos ya no son de nada concreto. Hemos hecho imposible su restauración. Hemos llegado al caos de Hesíodo.

¿Desorden, hasta el dominio atómico? ¿O sabremos dónde nos detenemos? 

¿Qué cosas vamos a considerar como 'chocolateras', que no vale la pena conservar, sino destruir a ver si del caos surge algo nuevo y mejor?

Oigamos la suma sabiduría de Machado:

¿Dices que nada se pierde?
Si esta copa de cristal
se me rompe, nunca en ella
beberé, nunca jamás.

¿Qué cosas materiales o culturales, vamos a considerar cual 'copas de cristal', cuáles como 'chocolateras'?

No emprendamos dar palos de ciego indiscriminadamente a todo, lo material y lo cultural... A palos de ciego se vuelve al caos de Hesíodo, y se abre la probabilidad de una evolución, de un orden, llegar al cual exige miles de millones de años. ¿Quién los puede vivir, y quién tiene derecho a condenar a semejante espera a la humanidad, a los hermanos?

Escuchemos de nuevo a Machado:

¿Dices que nada se crea?
Alfarero a tus cacharros.
Haz tu copa y no te importe
si no puedes hacer barro.
¿Dices que nada se crea?
No te importe, con el barro
de la tierra, haz una copa
para que beba tu hermano.

He aquí el límite de destrucción, y el fin de la recreación o reforma del universo: la sociedad. Destruir, cual a vulgares chocolateras, lo que no sirva a una sociedad de hermanos --sean los objetos a machacar, chocolateras materiales o culturales. Para mí son chocolateras, chicles y koka kolas-- y por supuesto las motos. Pero son objetos preciosos, de cristal --más que de Bohemia--, copas cual la UCV, la Universidad Central de Venezuela, para que no quede lugar a dudas de a qué me refiero. A estas copas de cristal no hay que hacerlas estúpidamente, criminalmente, añicos o cisco. En ella beben los hermanos, aunque algunos por resentidos y envidiosos, quisieran verla reducida a átomos, a partir de los cuales ya no se pudiera reconstruir:

....... nunca en ella
beberé, nunca jamás.

Es verdad que del Caos es de donde surge el mundo, y sólo desde un Caos puede surgir un mundo nuevo.
¿Por evolución? Largo me lo fiais. ¿Por palabra creadora? Hay que ser Dios, para solución tan breve y fácil. Y lo que Dios hizo una vez, no es ejemplo para que lo imitemos.

Alfarero a tus cacharros.

Hay que hacer un caos, para que surja un mundo nuevo, con una condición y un medio. Condición: el bien social de una sociedad de hermanos. Medio: el trabajo.
Con estos dos criterios reconoceremos a los auténticos revoucionarios:

-Que nos traten como hermanos
-Que den el ejemplo de trabajar

Y ¡por amor de dios y de todos los dioses, caribes o no!, dejemos de hablar de revoución, renovación, reforma, en plan de antiguo Testamento: Dijo Dios: "Hágase luz" y "luz fue hecha".
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García Bacca: "Dos tipos de caos (desorden) y dos tipos de orden". Ensayos y estudios (II). Caracas: Fundación para la Cultura Urbana, 2004: 161-165.

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