miércoles, 2 de mayo de 2012

LA FELICIDAD SUMA DE DOS PAÍSES: VENEZUELA Y DINAMARCA

Tu país está feliz

Para ti no existen problemas.

Tu país está feliz

Dos fuerzas te presionan,
dos mundos te dividen,
dos voces te acorralan
y tú te niegas,
tú te omites,
los problemas de este mundo no son tuyos.

Tú protestas
o no puedes.

Las guerras lejos de aquí
ni se oyen los tiros.

Tu país está feliz

Lo peor es que no estás seguro de nada

Tu país está feliz,
tú estás feliz,
todos estamos felices,
completamente felices.

Antonio Miranda: Tu País está Feliz.
1º Festival Universitario de la Poesía de Protesta
(Universidad Central de Venezuela, 1969)
Happening en el Teatro del Ateneo de Caracas, febrero-marzo, 1971.
Dirección: Carlos Giménez/Música: Xulio Formoso

Hace ya varios años, un poco antes de 2007, pregonaron la noticia en la radio venezolana. La escuché dos veces, por lo menos: Venezuela era calificado del país más feliz de América Latina, ¿y el más infeliz)…¡Chile!

He escuchado también, no me consta aún, que la encuestadora Gallup tiene los datos en cifras de semejante noticia.

¿Qué ocurre? Mientras Venezuela se va deteriorando como sociedad (susinstituciones), la inflación única que viene persistente de 25 a 30% todos los años queactualmente vienen corriendo en el siglo XXI, muy superior a cualquier país deAmérica Latina (excepto Haití), y lo mismo acontece con el desempleo que remonta a una cifra superior al 50%, además de ser uno de los colectivos sociales más violentos con una inseguridad de las más altas del mundo, Chile se desarrolla en sus instituciones económicas, políticas y culturales. Sigue siendo el país punta en el desarrollo y en persistente permanencia del mismo, hoy día se le acerca Brasil, comparable a los países llamados desarrollados del primer mundo.

Para colmo de la información, la repetición de la noticia hecha por el presidente de la República Bolivarianade Venezuela, ahora en 2012, pretende formar eco de la propaganda del régimen político que preside como jefe del estado y gobierno.

¿Cómo es que un país en proceso de destrucción sea feliz y mantenga aún el talante dela felicidad, mientras que el otro país en proceso de reconstrucción, exprese un grado de insatisfacción e infelicidad? ¿Cuál es el criterio último de la evaluación?

Cuando el 18 de abril de 2007 subí a un avión de Iberia, con vuelo a España, me encuentro con el periódico de IberiaUniversal de ese día. Mi sorpresa es que dos columnitas del periódico estaban encabezadas con el título: “Los Daneses son los europeos más felices y satisfechos”. El subtítulo consignaba: “España ocupa el décimo lugar, y Portugal e Italia cierran la lista”.

El estudio fue elaborado por la Universidad británica de Cambrigde. La encuesta se diseñó teniendo en cuenta 180 regiones de la Unión Europea, en las que alcanzaron a preguntar a más de 20.000 ciudadanos. Los países de la Unión para ese momento eran 15, antes de ampliarse hacia el Este. Los resultados del sondeo fueron combinados con otra investigación más a fondo por parte de psicólogos de la misma universidad.

Luisa Corrado, directora del estudio concluye que los europeos: “son relativamente felices y en ninguna región encuestada se ha registrado un grado de felicidad por debajo de cinco” sobre diez.

“La confianza en la sociedad es muy grande. Los países que han registrado algunos grados de felicidad también han presentado los niveles más elevados de confianza hacia sus gobiernos, leyes y hacia ellos mismos” concluye Corrado.

Iberia Universal ha recogido la información del rotativo inglés The DailyTelegraph.

La clave de interpretación se refiere a la confianza social, base del ordensocial fundamental para el funcionamiento, primero, y, después, para la constitución de un orden instituido del colectivo social: ¡Las instituciones! funcionando y conformando la posibilidad de un proyecto de sociedad. Es lo que experimentanlos europeos, y de primero en la lista, los daneses.

¿Con este criterio de sociedad es con que se evalúa la felicidad de los países latinoamericanos? Absolutamente no, por el contrario con el criterio de la cultura, es decir, de cómo somos. Desplegando nuestra trayectoria que se inicia en firme en 1981, y que ha venido analizando e interpretando las relaciones sociales en Venezuela con la clave de la cultura antropológica, nos permite decir que no es ninguna sorpresa para nosotros el resultado en Venezuela, como un país al tope de la felicidad. Ya en 2001 titulamos un artículo sobre la pobreza y la cultura como “Felices aunque Pobres”. El subtítulo es:”La culturadel abandono en Venezuela”. Fue publicado en la Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura de la FACES, UCV. Lo que indica que la cultura venezolana que venimos conceptualizando como matrisocial, se presenta con un fuerte negativismo social, es antisocial, y en lucha agónica contra la posibilidad de que el colectivo venezolano se constituya una sociedad para sí mismo

Así el criterio social de felicidad europeo es denegado por el criterio cultural (antisocial) de la felicidad venezolana. La matrisocialidad no es una cultura que trabaje la realidad, sino que se abandona al placer y lo reelabora viviéndolo en sus cosas. La venezolana es una felicidad natural de lo placentero que somos, no de la realidad que han instituido empeñadamente los daneses. La nuestra es del criterio “como vaya viniendo vamos viendo” (la improvisación), que nos coloca en una realidad tan elemental que nuestra felicidad se resuelve culturalmente como placer (no importa que nada funcione pero, en este país, de que se goza, se goza, sentencia el humor venezolano de Claudio Nazoa), siendo el resultado social el de constituirnos como pobres. Sin confianza en nuestra sociedad, en el gobierno, en las leyes y hasta en nosotros mismos, las condiciones óptimas están dadas para que seamos también económicamente pobres.

Caracas, 01 de mayo de 2012.
-------------
Una versión periodística de este artículo se ha publicado en el periódico de ÚLTIMAS NOTICIAS, columna: Acuerdo Social, Domingo 06 de mayo de 2012, pág. 30.


No hay comentarios:

Publicar un comentario