sábado, 8 de mayo de 2021

PROYECTO A LO VALIENTE

 

Undécimo Aniversario del Blog: Pensamientos Antropológicos

Homenaje con aplausos al

Antropólogo MIGUEL ÁNGEL PALAU JAIMES

porque tiene proyecto de vida y ciencia.

 

Proyecto a lo valiente

 

Este es un homenaje a la intrepidez. Del miedo se pueden oír cosas a favor y también muchos aullidos de lobos en contra. Ambos ritmos nos aventuran días felices y días desgraciados; el miedo siempre se viene adelante, es preveniente: si se le piensa como positivo nos regula la forma de conducirnos en la vida para el bien, pero si se revolotea como dañino nos encajona hacia días desventurados. La encrucijada la decide si el pensamiento lleva consigo un proyecto activado; a pesar y en medio de días con aullidos del miedo, el proyecto también nos desafía como empuje a vivir a lo valiente.  

 

El proyecto puede alimentarse con el miedo honesto, si la intrepidez no nos distrae de lo que hemos de hacer. Aún el miedo como desconfianza de nosotros mismos puede sin embargo infundir valor, si conectamos con el punto de apoyo indispensable para  despegar con ventura mirando a nuestros quehaceres: es el deber. El miedo tiene unos poderes desmedidos si aprendemos de él. En este caso, el miedo nos desafía a vencerle hasta en su propio terreno. Tal es así que la derrota del miedo tiene como consecuencia el triunfo del propio miedo al transfigurarse éste como superación en la valentía en cuanto contenido de valores superiores.

 

--¿El procedimiento?

 

Lanzarse a lo valiente, a lo que se tiene en juego en la vida ejercitándose con la intrepidez requerida. Esto significa echarse el miedo a la espada para que luego suba transformado a los hombros en las alas del pensamiento avizor en solución de problemas. Nos confesamos en Venezuela que somos unos flojos que aspiramos a ser esforzados. Yendo por delante de la vida logramos colocar a ésta a nuestras órdenes. El maravillamiento se nos vendrá encima ante el espectáculo de que el esfuerzo, fruto de la intrepidez, se ha convertido en gracia, como la admiración de lo mejor y la dignidad de lo ético óptimo.

 

--¿Quién o qué nos garantiza la cosecha buena de la intrepidez?

 

Simón Rodríguez, el prócer de la educación venezolana en su Defensa de Bolívar argumenta la res-puesta, indicando la res-ponsabilidad ética. Bolívar no fue grande por su solo empeño como “hombre de las dificultades”, así él mismo se calificó. Porque el empeño podría haber derivado en demagogia, en seductor de las gentes con promesas para no cumplir. Hubiera sido la deriva del anti-valor para su causa. El libertador fue grande porque tuvo proyecto que legitima las grandes obras.

 

Proponte un proyecto y haz lo que quieras. El proyecto invita, guía, legitima las ideas, las acciones y las posibilidades que ofrece la encrucijada entre los miedos como emoción y las ansiedades y depresiones como estados de ánimo. El pro-yecto va por delante de nosotros porque tiene como reactivo la intrepidez, que le hemos colocado en su cerebro simbólico. Se condensan en la intrepidez las acreencias que nos hemos dado a nosotros mismos, las que nos tomarán cuenta sobre el cumplimiento de las metas pro-puestas.

 

El proyecto se convierte en una realidad más grande que nosotros, tanto, que es el que nos procura la salvación en los estados de desánimo sumamente catastróficos como es la depresión causada por el miedo descontrolado que nos propina la sindemia.

 

La dinámica del proyecto es la de ir (por delante) y venir hacia atrás para luego volver a marchar; adopta el comportamiento de centrífuga con carácter recursivo. Nos da ánimo y nos mantiene el ánimo para seguir desarrollando la intrepidez y cosechar contenidos de valentía.

 

El miedo de la valentía sigue a la espalda escuchando sobre las estrategias de la intrepidez en que se erige el pensamiento para auparnos de la depresión a que nos llevaron los miedos de la cobardía. La atención de la escucha detecta cómo el intrépido se va macerando al ambiente y a las medidas del proyecto que se ha inventado.

 

Nuestro proceso muestra que hemos tenido miedo y tenemos, sobre-ceñidamente miedo, a decir cosas sobre la Venezuela medrosamente cobarde y llena de miedo. Hay autores de la ética que nos han ayuda en la intrepidez, pero también alumnos que vienen compartiendo la valentía de oír y decir las cosas que aparecen como a disgusto del país. Entre ellos resalta Miguel Ángel Palau Jaimes.

 

Este homenaje es una demostración en que la intrepidez con que MiGUEL ÁNGEL nos invita a modular nuestra trayectoria de investigación y cómo propalarla urbi et orbi, se combina con la celebración del UNDÉCIMO ANIVERSARIO del presente blog. La sala de exposiciones en que aparece ‘Mi Biblioteca de Autor’ en la minitienda on line, nos convoca al presente aniversario en el mismo blog, para festejar la intrepidez de nuestro pensamiento sobre Venezuela y la crítica transcendental sobre el concepto de ‘matrisocialidad’.

 

Miguel Ángel sabe bien vindicar este concepto como bandera de nuestro proyecto en advenir desde el futuro del país: sus raíces en el mito y su memoria batiente que nos arrojan a la compasión por la que se acepta la fragilidad del país pero también a la admiración por los actos con los que debe superarse dicha fragilidad: el de vencer a los miedos a lo valiente, base del despegue de la intrepidez que convoque a Venezuela a ser país de verdad.

 

En este aniversario del blog dedicamos una atención precisa al estado de ánimo de la depresión bajo el sentimiento del miedo, como posible enemigo que, en vez de ser vencido, venza nuestra aspiración a ser país. La depresión logra cambiar su suerte y advenir un giro salvífico si hay proyecto de país que permita aprender de ella; porque ya el proyecto, como estado de ánimo activado está constituido como un anti-depresivo.

 

--¿Qué hacemos con el miedo

 

Echarlo a las espaldas: tal es el procedimiento de acompañarse con amigos que comulguen con la idea y  se pueda redistribuir el trauma producido o preocupación por producirse. Suelen venir de parte de alumnos crecidos en dicha meta. Tal es la función de Miguel Ángel, que se unió a mitad de camino. En avanzada con él hemos culminado El Pensamiento Viandante, y nos está acompañando en la culminación del proyecto, consistente en que las obras (libros, opúsculos) han logrado autonomizarse del autor, han prevenido con valentía su autoevaluación y han enfrentado con competencia su propio ser científico.

 

Ya no se contentan con la minoría de edad, propia del intercambio de la reciprocidad graciosa y el regalo, sino que han entrado en la mayoría de edad, a remar en alta mar, vinculadas al intercambio de la competencia mercantil[1].

 

En su undécimo aniversario (mayo 2010 – 2021) este blog es un testigo último de dicho proyecto referido a su etapa de publicidad de las obras construidas en favor de Venezuela. Testigo como compensación y defensa ante la claudicación al miedo, y punto de despegue de un proceso de resistencia al estado de desánimo de la depresión nacional.

 

Honor a Miguel Ángel Palau y a la actividad del blog cual mérito a la constancia, con lo que invocamos al Libertador Simón Bolívar, como cierre del homenaje. Gracias.   

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El homenaje continúa escuchando bajo la carpa de mayo el ensayo de --Caídos en Depresión ¿Nos vencerá el Miedo? y hojeando a la luz del amanecer el programa dictándose en el Doctorado en Ciencias Sociales --Depresión y Cultura Social en Venezuela.      

 



[1] La dirección de las obras expuestas se encuentra en: d3li.me/samuelhurtadosalazar

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