martes, 30 de enero de 2018

FOCO DE ATENCIÓN DE LA AUSENCIA

Oteando de lado al hombre-macho-alfa



COREGAS DE VARIACIONES SOCIOCULTURALES.
Temas de ida y vuelta a las condiciones de los proyectos sociales en América Latina[1]

Se exponen los textos de lo motivos emblemáticos del libro a partir de reflexiones de tres autores, y se completan con el texto de los párrafos terminales del planteamiento de la presentación del libro.

A.   Textos Motivacionales.

Y aquí, en Venezuela, me gustó Cantaclaro, para mí, la mejor obra de Gallegos, porque muestra un llanero cuyo problema fundamental no es un hurto de ganado, sino un Edipo no resuelto (menudo paso de la sabana llanera al diván de los psicoanalistas) (Oswaldo Barreto en Notas a Lapas, novela de Doménico Chiappe, S&D, Lecturas, 22 /06/2001).

Porque también hay una América Latina iletrada, la que no conoce la ficción sino sólo la dura realidad del hambre, esporádicamente quebrada por algún signo de esperanza, puntualmente aprovechado por el político populista (María Fernanda Guevara, El Nacional, 24/11/2002)

Era un mundo que yo conocía, que tenía mucha relación con mi propia historia, mi memoria, con lo que yo he vivido…Gracias a la novela de Teresa de la Parra me di cuenta de cómo esa inconformidad, esa rebeldía, esa montonera que vemos afuera, en la calle, en la Historia nuestra, dentro de la casa, en el ámbito íntimo, se expresa como quejadera y como sacrificio…
Quiero decir que no son ámbitos contradictorios, sino los dos polos de un mismo complejo: lo virginal alimentando una incapacidad para cargar con la vida…Y los que se identifican con eso piensan que esto contradice y excluye el otro ámbito, el de esa cosa desalmada el país, la política, los héroes, lo maluco. Pero, mientras más leía a Ifigenia, más claro me hacía el horror que le espera a César Leal (el denigrado novio de la protagonista) cuando después de vencer y casarse, se encuentre en su casa con una mujer sacrificada y resentida, casada con un hombre a quien desprecia…detrás de lo cual hay algo tremendamente desalmado, donde se ve la parte más oscura y cruel de lo femenino (María Fernanda Palacios, El Universal (Verbigracia), Caracas, 23/02/2002, entrevista con M. Socorro).

B.      Texto de presentación (párrafos terminales).

Los problemas expuestos en los temas se refieren a diagnósticos sobre las dificultades de la tarea de generar y seguir proyectos porque impiden perforar el cerco del poder que ostenta el imaginario popular: la cultura matrisocial atenta contra el surgimiento de instituciones sociales, le sigue que una sociedad sin el símbolo paterno aparece dominada por el símbolo absoluto y regresivo de la madre, allí puede haber mucha patria pero a costa de no tener país ni futuro, y, por lo tanto, ni la patria, ni el pasado, ni las instituciones están garantizadas debido a las arbitrariedades del ser cultural sin medidas.

Resaltan dos problemas: el político y el etnopsiquiátrico, el de un pueblo debilitado políticamente y el de la madre mártir junto a un edipo no desarrollado. Los dos problemas se conjugan mutuamente y se explican en la noción de una sociedad familiar (J. Ignacio Cabrujas)[2], noción conceptuada por nosotros como matrisocial. En la sociedad venezolana todo queda en familia. El pueblo venezolano porta una sociedad (natural), pero no la ejecuta socialmente, porque no la ha pensado, elaborado y argumentado como un acuerdo instituido. Por eso es un pueblo difícil de dirigir, pero fácil de dominar. Sin resolver esto, el pueblo venezolano aparece como un pueblo desamparado. Así la revolución bolivariana sigue repitiendo el esquema populista, y lo profundiza: no gobierna (administra), sino que domina y lo hace con facilidad pese a la rebeldía con que choca el plan chavista.

¿Por qué? Por el abandono de sí mismo que carga con fatalidad etnopsiquiátrica el pueblo venezolano. María Fernanda Palacios ofrece el texto sobre la madre mártir (otro texto lo tenemos en Rómulo Gallegos, el autor de Doña Bárbara). Ese texto está colocado en la entrada de este libro. Lo que avanza de circunstancia etnográfica el texto María Fernanda es el de una experiencia propia vivida en el estudio de otra novela, Ifigenia, escrita por otra mujer venezolana, Teresa de la Parra. Las dos novelas son ya clásicas en la literatura venezolana. ¿De qué se trata? Del desprecio (Gallegos dice aborrecimiento) del varón en Venezuela por parte de la mujer, desprecio conjugado con el supuesto sacrificio que ésta vive como una carga que debe soportar (un marido) o una madre sacrificada o mártir ante un hijo, no por hijo sino por varón; desprecio que remata con resentimiento de hembra, no por mujer encantadora (Ver corega del edipo).

Esta fatalidad de ser un abandonado en el mundo, pesa profundamente dentro del ser varón para que no entorpezca sustancialmente el hacer sociedad en Venezuela. El conglomerado social en este país es el de una sociedad femenina, que esconde en su raíz “algo tremendamente desalmado, donde se ve la parte más oscura y cruel de lo femenino” (Palacios). Lo novelístico enmascara con ficción la realidad, tarea que asume Rómulo Gallegos, pero que la ensayística devela en María Fernanda Palacios. Empero, ambos, novelista y ensayista, aportan una tremenda verdad a la etnografía venezolana: que el abandono matrisocial de la realidad proporciona un blindaje ideológico-cultural que dificulta la perforación del poder del imaginario popular, opuesto regresivamente a admitir algo nuevo o extraño en su ser, como suele ser el argumento de proyectos de sociedad en política y economía.

Los coregas muestran algo de lo ya desarrollado en el pensamiento antropológico venezolano. Lo han seleccionado en los temas de la biblioteca de autor y otros temas asociados como el de la tarea de la ciencia, del plusvalor en los motivos del transitar como el exilio, y de la buena nueva de animación de la fe y la reconciliación latinoamericana.   




[1] Se trata del título de un libro a publicar de Samuel Hurtado.
[2] Véase la interpretación de Tulio Hernández sobre José Ignacio Cabrujas y su desazón de relamido con el pueblo venezolano, así como la solución que se dio cuando constató su modelo de análisis, el de una cultura cerrada, y por tanto, destructiva del sí mismo: “La ciudad (y el país) según Cabrujas”. T. Hernández (comp.) Ciudad, espacio público y cultura urbana. Caracas: Fundación para la Cultura Urbana, 2010, 361-378.

3 comentarios:

  1. Hola Dr. Hurtado, mi admiración por su persona y trabajo.
    ¿Como puedo ser seguidor del Blog?
    gonzalog3@gmail.com

    gracias
    Gonzalo González Giráldez
    Prof: Facultad de Farmacia , UCV

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    1. Disculpe ya vi el vinculo para seguir el Blog.

      saludos
      Gonzalo Gonzalez G

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    2. Me alegro que al fin consiguieras el vínculo. Feliz día de la amistad

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