jueves, 23 de febrero de 2017

EDIPO: SEGUNDO YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DEL PAÍS VENEZOLANO



 Lo que imaginan humoristas, pintores, poetas, novelistas y cineastas venezolanos como fabulación de lo que nos acontece y se revela hoy en 2017, como dura crisis de nuestra realidad social, nos lleva a expresar con sorpresa aquella frase que se escucha con frecuencia en calles y medios de comunicación del país:

¿Qué nos está pasando?

Desde nuestra perspectiva antropológica, no tenemos sino la réplica explicativa:

Que nos salió nuestra caverna.

Dicho en términos etnopsicoanalíticos: nos salió nuestra madre mala, el pecho malo, en un momento de nuestra historia. No es la primera vez. Porque el mito, lo más profundo de nosotros mismos, lo portamos como sentido de vida, bueno o malo, según nos apliquemos a hacer nuestra historia. Ese mito se incrusta en el inconsciente colectivo y actúa de un modo inmisericorde, agazapado en nuestra cueva inconsciente.

Tuve que navegar durante muchas lunas para dar con la cueva del inconsciente venezolano. Fue arduo el viaje. Su tiempo acumuló 28 años. Sus resultados se publicaron en 1995. Había llegado, al fin, pero me faltaba remendar las velas de mi barca, un tanto maltrecha por el tiempo pero vibrante con el sol de frente y las velas hinchadas. El falucho tuvo que resistir muchas nieblas y algunas tormentas a babor, con contravientos a estribor.

Como el viaje a Ítaca de Kavafis, tenía siempre delante de mí aquella promesa incandescente, aquella que sí hice que se cumpliera como una esperanza. 

¿Por qué había atravesado el océano Atlántico? ¿Para qué me había internado en las selvas venezolanas, aquellas donde mora el pueblo, donde se hacen conucos y se gritan las guacharacas?

¿Para qué acudí al Pastor de Nubes y me recibí bajo las Nubes de Calder, allí donde el arquitecto Carlos Raúl Villanueva soñó con una universidad dentro de un bosque de ensueños?

Tropecé con mi pensamiento, y lo retorcí cada vez que llegaba a un peñasco irreversible. Tengo en mi cartografía mental aquellos trabajos de promoción social, investigaciones etnográficas recorriendo el país, teorías y concepto que me impulsaban hacia adelante en el entendimiento del país, libros, artículos científicos, ensayos de trayectorias, poemas sensibles de pensamiento, para llegar adentro del pensamiento mismo. Toda esa cartografía tenía un diseño a lo largo de playas, a veces de descanso, otras veces de refugio frente a los temporales.

Playas conceptuales para el avance de la comprensión, pero aún de búsqueda mayor, la de la explicación ¿Por qué esto y desde donde arranca, cuál es su base o raíz en tierra? Playas que tenían por nombre conceptos como el de Articulación Social, Proyecto Nacional, Gerencias Campesinas, Tortura del Parentesco, Cultura Popular, MATRISOCIALIDAD, La Sociedad tomada por la Familia, La Idea del Rico Honrado, Tierra nuestra que estás en el Cielo (siempre mirando al cielo: nuestra magia), Proyecto de Modernidad (¡ay, de nuestra élite!), Etnología para Divagantes, El conuco (la playa del conuquero), Reconversión Cultural, Innovación Cultural, Agresividad Escolar, Belleza Femenina  en Venezuela, El Animal Urbano (la ciudad de Caracas en la mira). 

Siempre con los inconvenientes de la llegada a las playas y encontrarme con Contratiempos entre Cultura y Sociedad  y Los Elogios y Miserias de la Familia Venezolana. Pero uno salía tomándole la delantera a los inconvenientes que se producían en los encontronazos con los naturales de aquellas islas.

Al fin había llegado a una playa segura, señera de sí misma, dibujada en simbólico concepto: MATRISOCIALIDAD, como lugar e instrumento del trabajo, guía conceptual que me iba a llevar a la cueva, y describir su diseño posible. Era el año 1992, defensa de la tesis doctoral: la familia, la cultura, la sociedad. 

Con ello le puse una sordina a mi concepto a lo afirmativo de pueblo en Venezuela mediante la implosión etnopsicoanalítica de 1995 que me dió la entrada al diseño del Edipo. Era la implosión matrisocial. 

¿Cómo era, de fondo, el ser familiar, el ser cultural, el ser societal en Venezuela?

Con camino forzado fui desprendiendo los repuestos que iba a llevar a la cadena de montaje. Armé todo el escenario en aquella década de 1990. Era el año 1998 cuando terminé de armarlo, es decir, de comprender el problema venezoano. El resultado se publica en el 2000: Élite Venezolana y Proyecto de Modernidad: ¿qué pasa con el otro polo de pueblo, que es la élite?

Con mis ayudantes ocasionales para la etnografía fui puliendo las piezas del rompecabezas edípico.  Ya tenía el taller: la etnopsiquiatría; tenía la herramienta especializada: el concepto de matrisocialidad. Era cuestión de desarrollar ese concepto como epistémico para que me ayudara a ir explicándome todo el entramado de la cueva venezolana. Los tiempos del siglo XXI han sido dedicados a demostrar la utilidad del concepto de matrisocialidad para explicar a Venezuela, similar al tono que le dio Kant al concepto de razón para explicar la modernidad.

¡La matrisocialidad!:

-En la estructura familiar se refiere a un profundo complejo  de dependencia que ocurre en la relación mutua de madre y niño. El consentimiento materno para con el hijo constituye el despegue de la psicodinámica libidinal que cruzará el ámbito de las relaciones familiares.

-En la dinámica de la cultura se refiere a la producción de significados de realidad en clave del placer. El mito de la sobreprotección materna no dejará al hijo ver bien la realidad. El consentimiento al nieto por parte de la madre virginal colocará dicha visión en un camino regresivo de la realidad. El rechazo o aborrecimiento al varón por la madre mártir llevará a una fatalidad trágica a la relación maternal que afectará a toda la estructura machista de la cultura.

-En la construcción de la sociedad la matrisocialidad se fabrica como la metáfora conceptual explicativa del problema contenido en la fenomenología contradictoria de la “sociedad familiar” en que vive el venezolano. La sociedad no puede nunca, por lógica, comportarse con relaciones cálidas, emotivas, como una familia; a su vez, la familia (una madre en Venezuela), tampoco puede nunca, por lógica, comportarse fríamente, con relaciones impersonales como una sociedad. Pero cómo explicar eso que no puede ser por lógica que pero que existe como tal en el sentir cultural venezolano de una “sociedad familiar” en la quela gente venezolana vive, disfruta, sufre, donde luchan sus discursos minotáuricos, sus complejos culturales esquizoparanoicos, anarcoides, de bravilabia, puerilidad, de doble código moral, etc.

La breve presentación del modelo conceptual de Matrisocialidad debe servir para entender y descifrar la esencia del edipo venezolano, expuesto en los trazos fuertes, inmisericordes, que se imponen desde el taller de la etnopsiquiatría. Con este motivo se presenta también el segundo título de este día, referido al programa de la asignatura doctoral: la segunda Introducción a la Etnopsiquiatría que dictamos en la Universidad Central de Venezuela.  

He aquí cómo trabajé la obra del edipo: el psíquico (consentimiento) y el cultural (autoritarismo caciquil). Es la cueva del inconsciente que recorre al aire libre el Bulevar de Sabana Grande, se explaya en la Redoma de Petare, se sienta en el Paseo de Los Ilustres. Todo entre escenario y bastidores, de Caracas.


EL EDIPO EN DOS SOCIEDADES: ATENAS Y CARACAS.
                  PATRILINEAL Y MATRISOCIAL.

Carácter       ATENAS (Sófocles)  CARACAS

Clave            -Significación        -Destino
    Social
Función         -Prevista por        -Imprevista
completa        la cultura               por la cultura

Metáfora       -Padre/Tirano     -Amante (marido)/
                                                    Aborrecido
Estructura     -Amor/Odio        -Consentimiento/
simbólica                                      Resentimiento

Acción           -Parricidio/            -Amanticidio/
estructural       Tiranicidio          Autoritarismo
    caciquil
Retórica         -Drama                   -Farsa
social               trágico                     burlesca

Transfor-       -Resurrección          -Sumersión
mación             del Padre                  del Padre
simbólica           como ley                    como ley

Reacciones  -Temor (castigo)    -Descaro (impunidad)
sociales        -Internalización    -Externalidad
a la Ley:       -Cumplimiento     -Infracción (desacato)
al Contrato   -Institución           -Ocasión eventual     
  Social           de la sociedad           de la sociedad.

Democracia   - la ley y autoridad -i-legal y autoritaria
Resultados     1. anti-tiránica       - pro-tiránica tribalesca
estructurales   (héroes de mamá)     (hijos de mamá)      
                      2. ciudadanos de    -la Polis
                             la Polis                sin ciudadanos

Lógica del      -Afirmación            -Negativismo
Orden étnico    social                         social      

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[Tomado de Hurtado: Cultura Matrisocial y Sociedad
Popular en América Latina, Trópikos, Caracas, 1995, 187,
con algunas correcciones precisas en 2013 y 2016]                             

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