viernes, 19 de febrero de 2016

INOCENCIA Y MUERTE ADMINISTRADA



Eran días atravesados por los símbolos. Tuve un
cordero negro. He olvidado su mirada y su nombre.

Al confluir cerca de mi casa, las sebes definían sendas
que, entrecruzándose sin conducir a ninguna parte,
cerraban minúsculos praderíos a los que yo
acudía con mi cordero. Jugaba a extraviarme
en el pequeño laberinto, pero sólo hasta que el silencio
hacía brotar el temor como una gusanera dentro de
mi vientre. Sucedía una y otra vez; yo sabía que el
miedo iba a entrar en mí, pero yo iba a las praderas.

Finalmente, el cordero fue enviado a la carnicería, y
yo aprendí que quienes me amaban también podían
decidir sobre la administración de la muerte.

Antonio GAMONEDA: De “Lápidas”. Antología poética, Alianza Editorial,
Madrid,

No hay comentarios:

Publicar un comentario