jueves, 23 de febrero de 2012

BOCETO MENOR DE LA SOCIOLOGÍA DE A. TOURAINE


"La sociedad y la cultura son dos caras
de una misma hoja de papel carbón"

(Kroeber)

El tema 1. El Objeto de la Sociología. En Introducción a la Sociología.

Ariel, Barcelona 1978

La sociedad se produce a sí misma y por sí misma. Lo hace creando prácticas y por las prácticas, que tienen la capacidad de producirse, de acuerdo a su historicidad.

¿Cómo lleva a cabo dicha creación práctica? Mediante un concepto que trata de explicar las prácticas sociales originadas con ocasión de las problemáticas sociales.

El concepto explicativo constituye una construcción sociológica, como es el modelo generativo de la práctica, que justifica la disciplina de la sociología y su trabajo conceptual subsecuente. Dicho concepto es obra de un sujeto, el sociólogo.

Por su parte, las “prácticas sociales” identifican los fenómenos, indiferentes a los sujetos y su ciencia, pero como ocasión de las problemáticas de la realidad, son los objetos empíricos que demandan del sujeto el encargo de su explicación y por lo tanto constituyen el motivo de su trabajo científico conceptual. Si son ocasión y motivo fenomenológicos, no resultan ni pueden ser origen de problemas sociológicos, únicamente originados por la actividad y el esfuerzo conceptual del sujeto científico.

El sociólogo no conoce la realidad social, sino unas prácticas sociales, es decir, fenómenos sociales en la medida que sonsaca de ellos problemas que trae a la luz y los explica (soluciona) mediante su asociación con un concepto sociológico, es decir, el de la práctica sociológica, construido y constituido como objeto conceptual paradigmático de la disciplina sociológica.

Las prácticas sociales son negadas por el concepto sociológico de la práctica, con el fin de no distraerse en lo fenomenológico, sino más bien de despegar con base en la actividad científica, cuya meta es desarrollar conocimiento en la distancia de aquéllas.

En la construcción de la práctica (praxis) se constituyen y se desarrollan también las relaciones sociales, en la medida de la intervención sociológica. Se trata de la invención del concepto de las relaciones sociales, cuya función consiste en prolongar el objeto conceptual de la praxis en cuanto que representan conexiones de producción del conocimiento con respecto al problema traído a luz. Problema que termina siendo un haz o condensación de relaciones sociales específicas. Metodológicamente, el objeto conceptual de las relaciones sociales, permite diseñar las pluri-dimensiones del constructo sociológico de la praxis.

La intervención (sociológica) la realiza un sujeto, el sociólogo, que no puede ser un actor, sino un analista que no tiene la función de actuar. Pero sí la capacidad de aplicarse a descubrir su objeto cuando interviene directamente para lograr que aparezca. Si el sociólogo jugara o se dejara llevar por la función de actuar, anularía su análisis, pues destruiría su objeto sociológico. El análisis comporta un mantenerse a distancia de los fenómenos, y sólo obrar con función de explicación conceptual desde fuera para no perder el sentido total de la acción. Esta doble función, del actor y del analista, no coincide con el de la alternancia de posiciones de análisis con respecto a la observación del objeto, ya se lleve a cabo en quietud, estática, o en movimiento, dinámica, posiciones de observación que proporciona la matemática cuántica, de Heisenberg, y que incorpora el etnopsicoanálisis de Devereux.

El planteamiento de Touraine se orienta en el análisis del fenómeno en situación y en actividad, no pudiéndose separar una posición de la otra. Porque una y otra posición dan origen a los dos principios de la praxis, en la medida que éste concepto se dispone a “inventariar” sus dimensiones de las relaciones sociales. De la fenomenología de las situaciones emerge el concepto sociológico de sistema, y de la fenomenología de las conductas, el concepto sociológico de la acción. Emerge el concepto de sistema en la medida que las situaciones son concebidas como conjuntos de acción, y el concepto de acción, en la medida que las conductas son pensadas como conjunto de situaciones.

La dialéctica planteada entre sistema y acción, entre una sincronía y una diacronía, no tiene sentido sino en la medida de la solución de su mismo contrasentido, es decir, haciendo posible que el análisis no sea destruido en su mero comienzo por establecerse desde un solo lado o parcialmente. Como el análisis debe ser completo desde el inicio, la solución es la constitución de un constructo operativo analítico que permita desencadenar la operación de la praxis. Este constructo no es otro sino el que establece la solución que propone el pensamiento, es decir, el que permite la confluencia de sistema y de acción, formulado como sistema de acción. Surge así la posibilidad conceptual de que funcione el sistema total de las relaciones. El objeto de la sociología no es una cosa (sustancia), sino una operación conceptual que hace que aparezcan las relaciones sociales detrás de las situaciones y de las conductas. Los hechos no tienen peso, sino no las relaciones que son lo que conoce el sociólogo.

En breve, la solución del problema proviene del supuesto axiomático de que en la unión de los contrarios se explican éstos. Como resultado, el sistema de acción le pertenece a la praxis como su primer diseño de operación analítica conceptual.

Al no poder separar situación y conducta, porque sino se estrangularía la lógica de la relación social e inutilizaría el análisis, es preciso pensar que cada gran categoría de relaciones sociales define un dominio de análisis sociológico, de suerte que la relación social no puede ser aislada de un conjunto o sistema de la que forma parte. La relación de padre/hijo pasa por el conjunto del sistema de familia, la de maestro/alumno por el de escuela, el de patrón/asalariado, por la empresa. Es necesario que inmediatamente se rebase tales constataciones, como referencias de sustancia metafísica, para considerar a las relaciones como conjuntos de referencia entre papeles o funciones, o como conjuntos de relaciones de influencia, o como conjuntos de relaciones de historicidad.

Los conjuntos de acción se realizan de acuerdo a tres circunstancias o dispositivos de análisis de realidad:

1) Los sistemas de funcionamiento o de organización social. Se trata de la función de la autoridad que permite la necesidad de la existencia de un orden de acción, como condición de la existencia de un colectivo social. El cumplimiento de las normas establecidas establece la orientación y objetivos de la organización formal, donde a falta de su eficacia, surgen relaciones de informalidad para hacer posible el cumplimiento. Surgen aquí los sistemas reivindicativos contra las normas jerárquicas y autoridades ineficientes e incapaces.

2) Los sistemas de influencia o políticos. Las relaciones de influencia pueden abarcar desde la competencia entre actores hasta la hegemonía en un conjunto de jerarquías. Aquí ya no hay normas establecidas, sino el tiempo histórico de la política. En este espacio acontecen las negociaciones y las transacciones en los sistemas de intercambio económico y político. Todo desorden o desequilibrio se decide en términos de competencia y poder, de recursos disponibles de fuerza y capacidades de los actores y sus relaciones de influencia. Se trata de los sistemas de acción históricos.

3) Los sistemas de relaciones de historicidad. En ellos se juega el sistema de clases sociales y sus luchas por la orientación de proyectos sociales. Es tiempo de las impugnaciones que avalan o rechazan los proyectos, lucha vital para autenticar las orientaciones totales de un colectivo social. El choque de relaciones sociales opuestas diseña una creación crítica en el sistema de acción. En esta condición de realización –sistema de clases- maduran plenamente las relaciones sociales, y como tal justifica plenamente la existencia de la sociología. Tal como ocurre la maduración del sistema de la economía con el capitalismo, y surge la economía política, una de cuyas críticas le conciernen al materialismo histórico de Marx, y como la maduración del sistema de las culturas (del descubrimiento de América y la mundialización a la ilustración o cultura civilizada plena) justifica la existencia la antropología.

Brevemente, en este sistema se revela la capacidad que tiene la sociedad como conjunto de relaciones para producirse a sí misma y por sí misma, y justificar plenamente el proceso sociológico que debe asegurar el tránsito de lo social a lo sociológico, y asentar que la tarea del sociólogo es “hacer” sociología. La historicidad tiene que ver con la criticidad social, mientras que la historia se refiere a la acción histórica y su tiempo historiográfico.

Diagrama nuestro de ordenamiento metodológico del siguiente modo:

Constructo generativo: Praxis.

Dimensión constitutiva: Relaciones Sociales.

Principios: 1) sistema 2) acción.

Constructo operativo analítico: Sistemas de acción.

Dispositivos de realización: a) funcionamiento b) influencia c) clases.

Resultados: a') organización b') decisiones c') proyecto social


Conclusión breve. Si hemos dicho como propuesta inicial en el tema II que

-La cultura es un modo de producción semántica, otorgado graciosamente al colectivo.

Ahora en el tema III, Touraine propone que

-La sociedad es un conjunto de relaciones sociales, que se producen en sí mismas y por sí mismas, como creación crítica de la praxis como trabajo de un proyecto social.


Papel de Trabajo, Dictado en el Seminario de Investigación en la Línea de Investigación: Antropología, Cultura y Sociedad, del Doctorado en Ciencias Sociales, Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, Universidad Central de Venezuela. Parte I, Tema 3. Véase el Dossier en este blog, día 3 de Junio de 2011.

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