domingo, 26 de enero de 2025

EL TRABAJO BUSCA UN LUGAR CUTURAL DONDE VIVIR

 

Con gran holganza inauguramos esta sección de opúsculos temáticos, organizados cada uno con su tema en el sentido histórico de su creación, sentido histórico que adopta a su vez distintas formas de elaboración disciplinaria. La idea es reunir en una obra menor (opúsculum) el desarrollo de un tema encontrado por su tratamiento en nuestra trayectoria de investigación y que se objetiva en la publicación de nuestras obras mayores (opus, opera): libros, revistas, blog. Estas obras ya cumplen con su propio objetivo temático junto con su problema y solución conceptual, que calificamos de objetivo mayor y autónomo; pero necesitan en su argumentación la función metódica de temas subalternos, como variables,  para apoyar la exposición del trabajo de investigación. Son estos temas los que se hallan dispersos en el tiempo y en el espacio de nuestras operas, y pensamos que es bueno rescatarlos en su breve autonomía y observar su historia en nuestro quehacer problemático, así como su teoría en desarrollo apenas esbozada.

No significa que acudamos a las alusiones de los temas, ni menos a cualquier alusión. Han sido, por su lado particular, trabajados exprofeso como temas completos, sea en sentido de variable de un modelo conceptual, sea en la idea de un artículo de revista el cual tiene su propia autonomía a partir del concepto con que se está trabajando, sea que se presente aupando la construcción del dato cultural en la tarea mensual del blog, o simplemente  tiene la vocación de un desarrollo mayor con miras a una investigación larga e independiente con objeto de ser aplicado como taller o programa demandado por una empresa o compañía. Cuando hablamos de variables se descarta su rol apriorístico porque resulta sin inserción en la realidad particular, en este caso, de Venezuela; pero incorporamos el rol de a posteriori porque el rodeo por la realidad hace que el tema tenga sensibilidad histórico-cultural en la realidad particular (venezolana).

Nuestra fantasía es profusa en el sentido de apertura a múltiples temas utilizados. Pero nos ceñiremos a los más socorridos, así como a los más demandados en el dictado de clase, en las conversaciones etnográficas cotidianas, en los acompañamientos de tesis de grado… Así surgen los temas de educación, ciudad, comunidad, populismo y pueblo, magia y religión, inconsciente y regresión, programas y proyectos, constructos y analogías… donde están involucradas formas de producción disciplinarias según el giro que va tomando nuestra trayectoria de investigación: antropología social, primero, después la antropología cultural, el análisis del discurso, la historia económica, el interaccionismo simbólico, la antropología estructural, la etnopsiquiatría o antropología psicoanalítica, y entre todas esas formas, siempre entreverada, se halla la sociología.

En este primer opúsculo, el tema del trabajo surge no sólo como el más demandado, sino también el más urgente a tener entre manos. Aunque lo tenemos como variable ponderada, el trabajo de la gerencia del hogar, en la obra de Gerencias Campesinas en Venezuela (1993) [1983], sin embargo, la descartamos porque se encuentra como dato apriorístico en el marco teórico, y para colmo después descriptivamente se dispersa en las diferentes gerencias del hogar, según la estructura agraria venezolana, y su exposición embrollaría todo el argumento o razón de ser del opúsculo. Tanto que su descripción no nos aporta un planteamiento problemático específico por parte de los actores sociales (agrarios).

Otra cuestión diferente, aunque paralela, ocurre con el trabajo femenino en la obra de Trabajo Femenino, Fecundidad y Familia Popular-urbana (1995) [1984]: siendo la dimensión fuerte del modelo paradigmático de la estrategia económica de la familia popular en la ciudad, y centrada como variable metódicamente crecida en el análisis de la estrategia complementaria, sin embargo, tampoco delata una problemática específica para las metas y espíritu del presente opúsculo. La meta fundamental consistía en el estudio de la estrategia económica de la familia popular-urbana, en cuya estrategia la actualidad del trabajo de la mujer es clave para jugar como complemento del trabajo masculino del marido en el desenvolvimiento social de dicha familia. Fue el estudio de la familia el foco de la atención investigadora, aunque la atención del público se dirigió hacia el motivo de femenino, y por este motivo dicho libro representó nuestra primera obra agotada en su publicación.

De un modo semejante, porque la forma de trabajo fue socio-antropológica y bajo señuelo matrifocal, ocurre también de un modo paralelo el trabajo de comunidad en la obra de Ecología, Agricultura y Comunidad. Exploración en la Península de Paria (Venezuela) para la invención de Proyectos sociales (2008) [1989]. Las tres obras se llevan a cabo en la década de 1980, cuando está sembrándose, que aún no madurando, bajo la forma de la socioantropología y cobijado en el marco de la matrifocalidad, nuestro pensamiento descriptivo y de viaje por el país venezolano. El trabajo individual en el hogar, el femenino en la familia y el del equipo comunal en los caseríos campesinos, es observado y descrito en términos etnográficos. En el ámbito del campo (ager, agrario) lo que hay, para aplicarse y volver a aplicarse sin alternativas, es el trabajo: es el destino que da u ofrece la tierra, la de los encorvados (encorvés franceses del siglo XVII); allí la tierra requiere de ocupación (respecto de ella) y aún más de dedicación para sobreponerse a ella y su problemática; tanto que el trabajador (actor social) no tiene motivos, tiempo, razones, para levantar la cabeza en son reflexivo o de pararse en su historia para avanzar sobre sus necesidades.

Tal es la costumbre a que está avezado el trabajador del campo. Se necesitaría un autor que les llegue con un planteamiento descentrado de su avezamiento, vocablo que se parece a dormición mental, para que nos diga algo sustantivo sobre el trabajo, y sobre el trabajador del campo, bueno, sobre cualquier trabajador. Es lo que hicimos en el valle del río Mocotíes en el estado Mérida, finalizando nuestros cursos de doctorado y en vísperas de nuestro giro en la producción de pensamiento (episteme) respecto de la organización social venezolana: estábamos preparando nuestro Proyecto de Investigación doctoral sobre la familia venezolana y de cambio en la forma de producción etnopsiquiátrica. Esta forma va a exigir poner a trabajar a la herramienta del concepto de Cultura, lo que nos deparará nuevos sentidos y realidades sobre el país.

Así pues, en el capítulo 1. La sociedad campesina y la idea del rico honrado, encontramos una encrucijada con diversidad de entradas y salidas. La idea nos la da Foster en su ensayo sobre la sociedad campesina y la imagen del bien limitado, pero se entrevera ya el concepto de matrisocialidad en la descripción; la inducción sociológica mediante la generalización de las características del grupo observado, termina rematando su síntesis epistemo-lógica bajo la inspiración de la antropología del mediterráneo de Pitt-Rivers. He aquí el resultado de la construcción de los datos: el concepto de la idea del rico honrado que aspira a una investigación mayor. Como esfuerzo método-lógico representa una primera maduración del pensamiento y una panorámica a desarrollar sobre la vida, costumbres y pensamiento en torno al trabajo en Venezuela, su crítica inmanente y su trascendentalidad posible.

El capítulo 2, constituye la exposición argumentativa sobre cómo se hacen (se trabajan) las cosas en Venezuela, con su talante de significación que lleva consigo la acción, y por lo tanto, hasta dónde llega su realidad construida. El motivo de una ‘disciplina impulsiva’ va a indicar esfuerzo, empeño también, pero no reflexión, ni cuidados o consecuencias, en el hacer de las cosas en la sociedad venezolana. Las ideas y representaciones de la realidad se quedan a medio camino, como pensando hasta la mitad, y por lo tanto, suelen hacerse a medias o abandonarse. Y si llegan al final, quedan defectuosas o destruidas sin tener conciencia de ello como es la educación escolar de parte de una maestra consentidora.

En medio de estos capítulos ocurre un entreacto, el N°1, vinculando dramáticamente el trabajo con la libertad. La posibilidad de fundamentar que haya libertad en el cuerpo social se debe a la economía no a la política, y la clave económica es el trabajo libre, como conquista de la lucha de los grupos en los tiempos inaugurales de la llamada Modernidad. Así comenzó a inaugurarse también la idea del proyecto de la sociedad con la seriedad que compete a la dignidad humana.

El capítulo 3 nos sumerge ya en la atmósfera de lo sustantivo del trabajo en Venezuela, porque le adosamos, para su precisión de cómo existe, el concepto de cultura. El capítulo anterior nos ha colocado ya en la pista de cómo es esa realidad, por lo que no debe extrañar que el trabajo no llegue a ser cultura (cultivo, dedicación). Para percatarnos de que la ‘cultura del trabajo’ como fenómeno está ausente, nos remontamos por su concepto (o concepción) para confirmar la ausencia del trabajo en la sociedad venezolana: ¿Cómo se ocupa de o se dedica a la tierra el venezolano? Acudimos a su sentido de recolección (recoger donde no se ha sembrado) de suerte que en ese menester agota y desgasta tierra y cada vez más tierra hasta llegar al finisterre agrícola, como constatamos en la obra de Ecología, Agricultura y Comunidad. El acicate de modernidad, se siente como algo que ocurre por encima a la gente venezolana, ya no sólo campesina, sino también urbana y hasta la elitesca (Véase El Animal Urbano, 2009) [2005], y Élite Venezolana y Proyecto d Modernidad, 2000).

En el capítulo 4, esta falta de cultura del trabajo, que representa la estructura social, se funda en la cultura matrisocial, y es ésta la que hace de referencia, la que nos permite evitar el “circulo vicioso” metodológico o autorreferencia demostrativa. Tal es así que de la falta de cultura del trabajo se pasa o se conecta con la tenencia de una cultura de la pobreza, considerada como producto inmediato de la cultura matrisocial. Si ésta es una especie del concepto general de la antropología, la matrilinealidad, ahora la convertimos en una especie del clásico concepto de la “cultura de la pobreza” de Oscar Lewis. Se comienza con el desvío del enfrentamiento o trabajo de la realidad originado en el consentimiento materno, uno de cuyos efectos negativistas de la realidad consiste en no aguantar a la víctima o a los que se hacen la víctima, efectos negativistas que llevan a confundir los conocimientos, tal es pensar al buhonero como un empresario en acto o al conuquero como burguesía agraria. El abandono de la realidad, como desidia compulsiva con respecto a la misma, no puede sino generar una pobreza que se realiza a sí misma, como si fuera una promesa que se auto-cumple automáticamente por sí misma.

Hay de nuevo un alto entre los capítulo, porque se anuncia el entreacto N° 2. Ahora el drama, evitando que sea una malanga a la venezolana, consiste en la relación del trabajo con la fiesta. El marco es el país en fiesta de diciembre-enero (Navidad y Año Nuevo). No es posible una fiesta de verdad que no sea culminación del trabajo, es decir, celebrando el fin de una etapa anual del trabajo, se está celebrando como objetivo el trabajo mismo. Timbrar esa relación y hacerla teoría y sensibilidad (estética como belleza) es el objetivo del texto para la divulgación de ideas y orientación de la sociedad que debe habitar un país, y para que éste sea un auténtico país. Hay que trabajar al país y en dirección a la libertad.

Finalmente el capítulo 5 trata de una propuesta de taller para la idea de reflexión, no ya en el inveterado ambiente agrario y campesino, sino de una empresa industrial, donde el terreno está más hecho para la reflexión y la conciencia de obreros, empleados y gerentes. Allí se proporcionan los elementos teóricos para una aplicación y su consecuencia de cambio no sólo social, sino también cultural. Se apela de entrada a la responsabilidad individual, de suerte que si antes no se ha tocado de lleno el proyecto de sociedad (modernidad, en sentido noble), ahora se colocan las bases para ello. Así la propuesta de taller es toda una elaboración teórica de los puntos del programa que se dictan en el aula según pueden verse en el Apéndice. En el contenido programático nos ha interesado mostrar el tejido en que está inmerso el contenido en el nivel del entendimiento teórico para que no se desvíe el sentido de la propuesta.          

Textos citados

S. Hurtado y A. Gruson (1993) [1983]. Gerencias campesinas

 en Venezuela. Caracas: Consejo de Desarrollo Científico y 

Humanístico, UCV.

S. Hurtado (1995) [1985]. Trabajo femenino, fecundidad y

 familia popular-urbana. Caracas: Consejo de Desarrollo 

Científico y Humanístico, UCV.

S. Hurtado (2008) [1988]. Ecología, Agricultura y

 Comunidad. Caracas:Ediciones de La Biblioteca 

(EBUC), UCV.

S. Hurtado (2000). Élite Venezolana y Proyecto de

 Modernidad. Caracas:Ediciones del Rectorado, 

Universidad Central de Venezuela.

S. Hurtado (2009) [2006]. “El Animal Urbano. Ensayo sobre la

 ciudad de Caracas en tiempos de extravío”. Revista 

Venezolana de Análisis de Coyuntura, Vol. XV /Nº 2, 

Jul-Dic, 199-218. Reproducido en Revista Comunicación,

 Facultad de Humanidades y Educación, UCV, pp. 8-18.


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Presentación del Opúsculo del Trabajo desde Venezuela, de Samuel Hurtado, Caracas: Doctorado en Ciencias Sociales, Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, Universidad Central de Venezuela, Opúsculo/1, marzo de 2020, 198. 

Como presentación del opúsculo/1, se inicia con el motivo de la iniciación de la serie de Opúsculos, respecto de la trayectoria de investigación del autor.

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