viernes, 22 de octubre de 2021

CONTRATIEMPOS ENTRE CULTURA Y SOCIEDAD

 

(Contraportada)

“Hasta donde el destino nos alcance” puede implicar que ya el destino nos alcanzó y lo que nos queda es ya caminar con él o que estamos alcanzados por el destino. Tal es la meta de la cultura étnica: fabricarnos bien lo que somos como seres naturales o morales. Pero de la etnología a la etología hay un breve paso si el homo sapiens no se inventa la sociedad. En el “robo de los bienes culturales” se exponen por primera vez en Venezuela los orígenes culturales del invento de la sociedad. Al avistar fenómenos problemáticos generados en la relación de cultura y sociedad, se aprovecha la serie de capítulos para presentar y explicar diversos problemas socio-culturales que ocurren en Venezuela.

La clave explicativa es el concepto de cultura, y en particular para Venezuela, el concepto de cultura matrisocial, como lo hemos construido nosotros en otras investigaciones. Los primeros capítulos responden a tal demanda conceptual de la matrisocialidad con base en dos problemas de la estructura familiar, el de niños y jóvenes, y el de la participación en la familia. A continuación en dicha clave matrisocial, se interpretan los asuntos de la educación, y en particular la “educación petrolera”, la reflexión intelectual, la planificación local, la nueva ciudad que al construirla los pobladores ad-vienen ciudadanos, y el aprendizaje social con motivo de la inmigración. Al final en la solución de cada problemática, damos alcance a nuestro destino, acompañados por un “ángel de la guarda”, imagen de la cultura étnica.

El destino, como un descanso placentero, nos detiene frente  a los desafíos del viaje (a proseguir) que representa la sociedad en la medida que la ideamos o la proyectamos. El desarrollo sin identidad es falso, pero la identidad sin desarrollo (social) resulta enclenque. Entre el ser cultural y el deber ser social se entrampa la imaginación del colectivo que aspira a “mejorar el presente”. Las “mejoras” siempre son proyecto, con el que pretendemos dominar el futuro en la medida que el proyecto (con recursos, no utópico) logra materializarse y puede cumplirse lo proyectado. La educación grafica claramente los “contratiempos”: su objetivo es la lucha contra el destino, en Venezuela contra el destino matrisocial, el de la indómita llanura venezolana, argumento que Rómulo Gallegos fantaseó tan magistralmente en Doña Bárbara.    

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