sábado, 31 de mayo de 2025

ANIVERSARIO EN PREPARACIÓN. RETO DE AUTOR EN ETNOLOGÍA MODERNA

 

A modo de admonición. Se planteaba un potpurrí de textos para celebrar el aniversario del blog siempre en mayo, este año toca el 15 aniversario. Pero inconvenientes en la elaboración del texto cumbre del “Loco de la Torre. Genealogía de ‘la mirada desde lejos’”, han retrasado el cohecho del potpurrí. Lo dejamos para el mes de junio como una plusvalía del avance textual científico del acto del pensar que incluye el objeto etnográfico en centrífuga, es decir, como de regreso centrífugo del lugar (locus) apropiado para situarnos desde la ética en su objetividad del proyecto de sociedad. En el día último del mes de mayo, día de la “virgen medianera”, agotado en el quehacer cotidiano colocamos dos textos de ‘autor’ como preparación a la ‘mirada desde lejos’ del loco de la torre. “El autor frente a su episteme autobiográfica” y “De la institución social a la cultura étnica. Un regreso y hondura necesarios   

EL AUTOR FRENTE A SU EPISTEME AUTOBIOLGRÁFICA

 

Planteamiento inicial de un proyecto de investigación, donde se trata de encarar a un autor frente al diseño de su autobiografía, y ello como desafío de su configuración científica en la cultura venezolana.

Hemos encontrado que dentro de los conceptos sobre la familia venezolana, ‘matricentrada’ (Moreno, 1993) y/o ‘matrisocial’ (Hurtado, 1998), la posibilidad de que la constitución de un sujeto, como autor, tiene dificultades de realización. Moreno describe una situación epistémica en Venezuela, donde, en clave de bóveda, se encuentra la afirmación de un sujeto popular originario como base social (Cf. Zambrano, 1988: 136-142) y, por lo tanto, virginal, según Palacios (2001), que llevándolo a la ideología angelical nos toparíamos con el ‘buen salvaje’ del pietismo de Rousseau. Allí, Moreno detecta la posibilidad de una ciencia popular (bajo una ‘episteme popular’). Desde esta referencia pre-societaria y su ilusión etnológica (Bueno, 1987: 26-31) niega en su verdad a la ciencia moderna, debido a que ésta se encuentra bajo una episteme monádica y en consecuencia, de subjetivación individualista por su estructura cerrada. El yo estaría enclaustrado en su realidad, por oposición al individuo, aunque singular también, pero abierto en la comunidad afectiva a partir del comunitarismo materno. Se hace caso omiso al individual singular socialmente abierto, representado por el concepto y realidad de la persona como realidad histórica y trascendente  (Zambrano, 1988: 114ss). El de Moreno se trata de un desarrollo intelectual en perspectiva filosófica unilateral, bajo el prejuicio de la bondad maternal que resulta la clave de bóveda de la etnocultura venezolana.

En cambio, Hurtado sostiene que la ‘episteme popular’ es una aporía; en su perspectiva sociológica de carácter matrisocial, lo popular se queda en relaciones primarias, con las cuales apenas llegan a constituir lo comunitario simple de la vida del barrio. Para este autor, la familia matricentrada de Alejandro Moreno, caracterizada como popular en su reducto de la clase baja que autentica (debe autenticar) a la realidad nacional, conduce a un camino sin salida, a una aporía. Pues, Hurtado sostiene que el concepto de familia matrisocial se proyecta a toda la cultura venezolana y la afecta como un todo complejo. Según esto toda la estructura social venezolana es psicodinamizada con esa energía de una personalidad invertebrada que origina esa familia-tipo o institución total del colectivo social venezolano. Si la familia la conforma el grupo de la madre y sus hijos(as), todo el sentido de hacia los asuntos sociales (el quehacer científico es uno de éstos), se encuentran maternizados. Encontramos así el complejo matrisocial donde el yo real (identidad) se halla fuertemente intervenido por el yo ideal, resultando una hiperrealidad que hace pensarnos como lo que no somos, interviniendo con ello la descripción ética de la realidad, empezando por la suya propia.

No es el sujeto popular (genérico), sino el sujeto matrisocial (específico), el que no logra identificarse con verdad, y sin identidad auténtica es difícil que se genere la responsabilidad y lo societario. La regresión etnopsíquica que produce el polivalente arquetipo de la madre generatriz, de la madre virgen (la abuela) y la madre mártir como hembra despreciadora del marido, se corresponde con un fuerte pánico a la realidad y con el negativismo social.

El problema no es sostener la imposibilidad de una episteme popular, sino plantear que las condiciones de posibilidad, referidas a la etnocultura, para conformar una episteme, que no puede no ser sino científica de acuerdo a un estatuto ético-societario, se encuentra por estos motivos en problemas en Venezuela. ¿Construir ese sujeto ético para establecer una episteme, cuando los principios de la cultura no son reconocidos como tropiezos desde la misma consideración epistémica? Hurtado justifica todo este proceso en sus obras de la década de 1990: Cultura matrisocial y sociedad popular en América Latina (1995) y La sociedad tomada por la familia (1999).

El planteamiento de Hurtado nos parece más acorde con el problema de constituirse un autor de cara a su autobiografía tanto por su análisis e interpretación sociológica, como por su capacidad de contrastar en la vía de la criticidad científica al sujeto matrisocial (venezolano) y al sujeto moderno (autor de autobiografía). Es necesario que desde esta hipótesis histórico-cultural produzcamos el conocimiento científico que pueda conducirnos a la conformación de un autor en su autobiografía y dar con el pensamiento de la solución venezolana misma.             

 Bibliografía:

Bueno, Gustavo (1987). Etnología y Utopía. Madrid: Ediciones 

            Júcar.

Hurtado, Samuel (1995). Cultura Matrisocial y Sociedad 

Popular en América Latina. Caracas: Ed. Trópykos.

Hurtado, Samuel (1998). Matrisocialidad. Exploración en la 

estructura Psicodinámica de la familia venezolana

Caracas: Ediciones de La Biblioteca, Universidad 

Central de Venezuela.

Hurtado, Samuel (1999). La Sociedad tomada por la Familia

 Caracas: Ediciones de La Biblioteca, Universidad 

Central de Venezuela.

Moreno, Alejandro (1993). El Aro y la Trama. Episteme,

modernidad y pueblo. Caracas: Centro de 

Investigaciones Populares y Universidad de 

Carabobo. 

Palacios, María Fernanda (2001). Ifigenia. Mitología 

de la Doncella Criolla. Caracas: Ediciones Angria.

Zambrano, María (1988). Persona y Democracia. La 

historia sacrificial. Barcelona: Ed. Anthropos.

DE LA INSTITUCIÓN SOCIAL A LA CULTURA ÉTNICA.UN REGRESO Y HONDURA NECESARIOS

 

En Noticiero Digital, 07 de abril de 2019, nos viene con el título: El problema del venezolano no es cultural. “El economista, Asdrúbal Oliveros, director de EcoAnalítica cuestionó la teoría según la cual el problema del venezolano tiene un origen cultural. Su posición es otra son las instituciones venezolanas que generan (y han generado) ‘incentivos perversos’. Así  el problema no sería cultural sino institucional. Dentro del foro en el que intervenía, Olivares, para su proposición se apoya en el libro de Los Efectos Perversos del Petróleo, del sociólogo venezolano, Roberto Briceño León.

Ambos autores operan con el supuesto de la ruptura o desconexión entre cultura e institución, de suerte que no se influencian ni se afectan mutuamente de un modo sustancial. Desde una visión sociologista colocan a la cultura como mera circunstancia de la estructura social, donde la institución funciona como el lugar del principio donde va a tener explicación conceptual la observación de lo social. Pero no tienen en cuenta el sentido del fenómeno de la ‘perversión’ en su hondura y raigambre que proporciona la cultura en su entendido antropológico social.

Ambos confunden la circunstancia histórico-social que ocurre en el manejo de las instituciones de acuerdo al talante de enfrentar la realidad los actores sociales, con el principio conceptual que se genera en el ethos cultural y que tiene con infraestructura del sentido originado en la experiencia perceptiva. Si se coloca el principio de explicación en el nivel de la raigambre cultural se puede entender el por qué las instituciones (o desde las instituciones) se produce como circunstancia histórica el problema del venezolano. El problema del venezolano está más allá de la institución económica y se ubica más hondo, en el inconsciente cultural que con su energía conceptual orienta el actor social de la institución petrolera. Dejamos de lado para otra ocasión, la discusión del pietismo y del pesimismo protestante para los que la historia y la institución son esencialmente perversas, sin darse una vuelta en retroceso por los actores que las portan como infraestructura previa a la explicación de las mismas.   

¿Por qué la ‘perversión’ institucional? y ¿Dónde está la hondura cultural en Venezuela? En los actores sociales de Venezuela que portan el complejo de la cultura matrisocial venezolana (Hurtado, 2022).

El complejo cultural no debe confundirse con el estereotipo. El complejo indica un problema que hay que solucionar a partir de la(s) contradicción(es) que muestra (u oculta) para justificar la coexistencia de las relaciones en sus términos; dicha solución pasa por un análisis de dichos términos para conseguir a éstos en su limpieza de realidad. El estereotipo consiste en una imagen o forma fija que puede mostrar un problema invariable a extraer, de la imagen o forma, mediante un comentario o una reflexión sobre su manifestación simbólica.

En el complejo matrisocial, señalamos el caso como problema etnológico apropiado, el de la proyección donde los arquetipos de la madre virgen y mártir, funcionan desde la perspectiva femenina en su carácter de hembra. La figura de la hembra comporta un rasgo  primitivo que dará lugar al hembrismo como la cara femenina del machismo. Pese a las críticas del machismo por parte de las mujeres, no saben que son ellas las que lo producen a partir de su comportamiento etnopsíquico hembrista. Aunque las mujeres contienen en su simbolismo femenino la prescripción de ser madres, lo hacen como hembras y desarrollando este carácter en conjunción de la maternidad, sea respecto a los hijos virginales (los nietos) sea respecto del marido con el que se unen y al que al despreciarlo (Cf. Ramos, 1984; ; Palacios, 2001) lo hacen como víctimas (sacrificadas como mártires en la cultura) a partir de que tienen que cargar con él pese a su infelicidad, según el dicho de la cultura: “No soy feliz pero tengo marido”. Y aquí radica una contradicción fuerte: la estructura familiar matrilineal implica importan varones para que las hembras lleguen a ser madres. Es una importación con el carácter de ‘captura’, según el simbolismo de la vagina dentada, no es ni siquiera con carácter seductor, sino de violación (Pitt-Rivers, 1979: 221, nota 50; Hurtado, 2022: 52-54), donde a su vez se origina en el varón la “obsesión por la belleza femenina” (Hurtado, 2022: 63-84); por lo tanto esta mujer ginecocrática está en el polo opuesto de la mujer encantadora cuya función es de liberación del varón para que despegue de ser machista y crezca en dirección a los roles sociales complejos de amante, esposo y padre.

El complejo matrisocial, al mantener a los actores sociales en situación etnopsíquica regresiva, termina no dejándoles crecer en su fortaleza social con la que puedan cumplir, como exigencia ética, la verdadera función social de las instituciones; empero lo que ocurre en la realidad venezolana constituye un verdadero problema social (institucional) a partir de que la raíz del mismo se produce en la etnocultura con la debilidad etnopsíquica de los individuos sociales que la portan, dando lugar a la proposición que formula Vethencourt (1974): “a individuos débiles instituciones inicuas”. De este modo como plantea este mismo médico psiquiatra venezolano en su texto de 1990, el ‘efecto Venezuela’ como principio donde debe buscarse la explicación cultural perdura permanentemente, de suerte que Venezuela no resuelve ninguno de sus problemas y cuando lo pretende el resultado es que los agranda (Vethencourt, 1990: 115-116)..      

   Vethencourt (1990) trata de curarse en salud con estilo de médico avezado al análisis de la sociedad venezolana al encarar sus problemas institucionales. ‘El Efecto Venezuela’ o ‘El Caso Venezuela’ se refiere a un estruendoso fracaso que tiene que ver mucho ‘con el lado negativo de la psicología de los venezolanos’ (p. 116). Después de su disquisición, donde el médico como oficio tiene que buscar los problemas que hay que solucionar, concluye de antemano, como psiquiatra, que el venezolano tiene cosas buenas, pero de ‘los órganos sanos no es conveniente hablar demasiado’ (p. 134), porque ya adelantó que ‘uno siente los órganos silenciosos del cuerpo sólo cuando andan mal (p. 116). Por mi parte, me apoyo en su justificación particular, pero como etnólogo consigo una fuerza más decisiva en la presentación del libro Anatomía del Miedo, por su autor, José  Antonio Marina. He tenido miedo y tengo miedo sobrecogedoramente al desembarcar todos los días en la realidad del ser (etnocultural) en Venezuela, y es en ese libro donde Marina acelera su tratado sobre la valentía. “La humanidad es un proyecto de liberación que brota de unos mecanismos neuronales, es un proyecto valeroso que nace de una naturaleza cobarde. Nos enfrentamos a un gran enigma de nuestra especie y al gran enigma de nosotros mismos” (Marina, 2006: 11-12). El desafío persiste en cuanto al miedo de decir las cosas sobre la Venezuela cobarde, debido a la no solución del complejo matrisocial, que además opera impunemente contra el desarrollo institucional en la sociedad venezolana causa de su verdadero problema.    

Bibliografía

Hurtado, Samuel (2022). Identidad a Contraluz. Complejos y

embrollos culturales en Venezuela, obsesión por la belleza

femenina, política y magia. Saarbrücken (Alemania):

Editorial Académica Española.

Marina, José Antonio (2006). Anatomía del Miedo. Un tratado

sobre la valentía. Barcelona: Editorial Anagrama.

Palacios, María Fernanda (2001). Ifigenia. Mitología de la

Doncella Criolla. Caracas: Ediciones Angria.

Pitt-Rivers, Julian (1979). Antropología de Honor o Política de

 los Sexos. Barcelona: Crítica.  

Ramos Calles, Raúl (1984). Los Personajes de Gallegos a través

del Psicoanálisis. Caracas: Monte Ávila editores

Vethencourt, José Luis (1974). “La Estructura Familiar

 Atípica y el Fracaso Histórico-Cultural en Venezuela”. 

Revista SIC, Caracas, febrero, 67-69.

Vethencourt, José Luis (1990). “En torno a la Psicología de

Venezolano”. Nuevo Mundo. Caracas, marzo-abril, 

115-134.