Una comunidad política |
Admonición General del mes abril.
Como en las películas de suspenso que comienzan por la escena final,
para después llevarnos a averiguar cómo es que se llegó a ese final tan
extraño, es cómo vamos a proceder por unos meses en el blog. La función final se presenta como solución de
llegada, pero también como una fechoría en películas y telenovelas, y en la
vida sociopolítica como un problema.
En este caso la
representación se va a mover en dos planos:
1
.
-El
plano sociopolítico con las escenas por entregas de un artículo nuestro: La
democracia furtiva y el falso mito de la participación[1].
2.
-El
plano del pensamiento poético de Antonio Gamoneda, que nuestro monitoreo lo
elevará a una teología política.
La cultura étnica (matrisocial) hará la convergencia de los dos planos en cuanto a que a nuestros
pueblos les gusta estacionarse en la celebración del dolor y la muerte, cuando
su fe teologal y su deseo de sociedad les apuntan a sobrepasarse a sí mismos
con sus ideales de libertad, y de salir de su postración ancestral a elevarse a
la acción en la plaza pública, a su resurrección.
El trasfondo de la representación lo ocupa el tiempo del mito
antropológico, que es el mejor foco, detector de sentido de lo que somos.
Porque es el tiempo etnológico que reúne con vez única y total, lo que el
tiempo histórico nos obliga a recorrer por los tramos del pasado, del presente
y del futuro. En el tiempo del mito, estamos siempre expuestos a un permanente
presente vivido. Si se logra una transformación de lo que somos, no por eso
desaparece nuestro ser; se incorpora transfigurándose en la nueva acción de
sentido.
El artículo del año 2001 puede tener una aplicación en la historia
política venezolana, y en el día de hoy el terreno político se presta a su
mejor cosecha de resultados.
Por su parte, en el tiempo de Pascua de Resurrección que corre después
de la Semana Santa en nuestro mundo cristiano, el poderoso pensamiento del
poeta Antonio Gamoneda ofrece la acción de liberación de la muerte, al
contemplar al Cristo Yacente de Gregorio Fernández[2].
La furia del Dios de la tierra sella la derrota del dios en su muerte; para, en
otro poema, decir que no está vencido cuando los hombres en una profundidad divinal, la del proyecto silente aprenden
el arte de vivir juntos cuando edifican el tejido social de la comunidad.
[1]
En el año 2001, el Doctorado en Ciencias Sociales de la Universidad Central de
Venezuela, editó la revista INTENTO con el tema La democracia. Acaba de tener
lugar la asamblea constituyente, con la formulación de una nueva constitución y
el eslogan de la democracia participativa y protagónica. Comenzaba el gobierno
de Hugo Rafael Chávez Frías. Nuestro artículo aparecía en dicha revista
INTENTO, n° 1, 2001: 53-75. Existe una versión corta titulada: Animación
totémica y desasosiego comunitario, En Ángel B. Espina Barrios (Dir.),
Conflicto y cooperación. Antropología en Castilla y León e Iberoamérica, VIII.
Salamanca: Diputación de Salamanca e Instituto de Investigaciones
antropológicas de Castilla y León, 2005: 327-336.
[2]
Es uno de los Cristo Yacentes, el de 1627, que expone en el Museo Nacional de
Escultura de la ciudad de Valladolid, capital de Castilla y León. Pertenece a
la escultura barroca y a la especie de policromía.
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