Presentación:
Se
dificulta la gran tarea de los proyectos.
Recibían el nombre de corega
o corego los ciudadanos ricos de los
estados griegos, los cuales tenían que aportar recursos de organización,
equipamiento y favorecer la enseñanza en los coros de danza y canto con
referencia a los concursos dramáticos y musicales. Khorein era el baile que asocia la disposición del conjunto de
personas ejecutantes; el sufijo de ga o go proviene del verbo agein, en latín ago: conducir, accionar, agenciar. Corega se identificaba con el
agente que a sus expensas ejecutaba ideas, proyectos, recursos, como logística
de las actividades artísticas que deben
tener lugar. El trasfondo de ese deber en el corega se vinculaba con la
prescripción cultural del sector social alto.
Para desarrollar su deber, el corega tenía que organizar las
actuaciones no sólo con sus propios recursos, sino también aportar su
experiencia en desarrollo de proyectos. Si en la actual diferenciación del
desempeño económico se separan las ideas, los proyectos, los recursos
financieros y los implementos de ejecución de las obras, el corega en una sociedad
capitalista suele ser el designado para que aporte los recursos financieros: este
papel resultante aparece como el de un agente exterior y pasivo respecto de la
ejecución artística. Pero en una sociedad con intención creativa, el corega
implica al inventor de cosas; en este caso, sería un agente involucrado de
cerca e interior en la ejecución artística, pues además de los recursos
económicos entra en el proceso del aporte de ideas, proyectos, organización, a
partir de su experiencia en asuntos que va viendo en el trayecto de vida.
En el presente libro, se trata de un corega que ostenta entre sus
manos los temas como motivos a inspirar y desarrollar, obtenidos en la
etnografía venezolana, actuada como una experiencia de ver cosas en el viaje de
la investigación científica. La ocasión lo representa el montaje del blog cuya
dirección es http://pensamientosantropologicos.blogspot.com
Son temas de carácter sociocultural, diferenciados como especie de los
problemas que dirigen los corifeos turgentes de carácter sociopolítico. La
diferencia se basa en que el corega impone un contexto de enseñanza/aprendizaje
para motivar como intelectual una cultura de sociedad. El período que el blog
desarrolla se identifica con el segundo decenio del siglo XXI, en el que el
criterio de la paradoja que se cierne entre la profundización de la revolución
bolivariana y el declive optimista de la misma en la sociedad venezolana. El
período concluye con la instalación de una asamblea constituyente de un modo
ilegítimo e ilegal el 30 de julio de 2017. Este hecho por su pretensión de
asumir el poder absoluto como definitivamente totalitario, marca un antes y un
después en el trayecto de la cultura política venezolana y ello afecta al modo
de plantear de nuevo los problemas de la contraofensiva desde la sociedad, y de
la sociedad misma.
En torno a la contradicción conjetural existe un fondo cultural y
se generan procesos sociales que hay que prever en la dinámica de la estructura
social para resituar los criterios no sólo de la reflexión, sino también de la
argumentación ética y de la aplicación mayéutica. Si una medida de intervenir
por parte de los corifeos resulta directa, brusca y de repente fracasada pese a
lo ingenioso del momento, orientarse por los márgenes puede auspiciar mejores
resultados para la enseñanza/aprendizaje por ser una medida indirecta, oblicua,
proporcionada por el tema cultural. Porque el contenido de los resultados implica
a la enseñanza alternativa de una cultura social de carácter afirmativo. Ello
exige la invención de ideas frescas, proyectos actuales, tanto en torno al
trasfondo cultural como en torno a la dinámica social. Trasfondo y dinámica que
están incrustados en realidades de familia, en ficciones de sociedad,
pensamientos e ideologías (mentalidades), ética de la ciencia y estética de la
amistad, valores de contemplación y valores de la diáspora densificada en todas
las direcciones como experiencia de adquirir el plusvalor del que actúa
desplazándose en otras realidades.
¿Qué motiva al corega en América Latina y en especial en la
Venezuela de la revolución bolivariana? La falta de ideas, propuestas y
proyectos, financiamientos e implementos para poder jugar en la sociedad y
poner a valer a ésta misma haciéndola. Por lo tanto la idea de una antropología
aplicada con motivo de los insumos que recoge como motivos este libro a partir
de la experiencia del montaje del blog y su trayecto a través de las
preocupaciones de la sociedad. Su inspiración ocurre a lo largo de la trayectoria por preguntarse sobre el problema de
identidad y proyección latinoamericana, y en especial venezolana; pero ocurre puntualmente a partir de la entrevista a
Roberto Mangabeira, ex ministro de Lula cuestionando el modelo de integración
regional: “El proyecto suramericano es una fantasía en la que prosperan
ilusiones retóricas” (El Nacional, Caracas, 24 de marzo de 2013).
En los textos de los coregas no se ingresa en concreto a los
modelos de integración regional, sino en lo que ocurre dentro de los márgenes
de ese problema y que Mangabeira considera condiciones sustanciales de por qué
no existe ese modelo y cuál sería el camino para obtenerlo. La crítica
inmanente arranca de que “hay toda una nueva sociedad mestiza que viene de
abajo, llena de energía y sin instrumentos. Ese es el drama y no puede ser
resuelto por ninguno de los caminos dados hoy en América del Sur”. Fantasías de
ilusionismo y proyectos de realidad son irrealidades o ficciones; los
diferencia lo ilusorio de una parte y lo real confrontado por otra. Con lo
ilusorio no se puede trabajar la realidad y por lo tanto llevarla a su
transformación; cuestión contraria ocurre con el proyecto levantado sobre lo
real y para llevar a cabo su transformación; esta es su verdad, que es
necesario aplicar.
¿Qué ha venido pasando en Venezuela con la revolución bolivariana?
“La muerte de Chávez no cambia nada sustancial. Es muy importante
para el pueblo venezolano pero el problema de fondo de América del Sur es el
mismo antes y después de su muerte: la falta de un modelo de desarrollo que
abra el camino para el futuro”…“En América del Sur hay muchas buenas
intenciones, pero pocos proyectos de cambio estructural. Vivimos aún bajo un
colonialismo mental. Nuestras instituciones son todas importadas”
¿Qué hacer? Mangabeira no duda: “La gran tarea sería
instrumentalizar con oportunidades económicas y equipamiento educativo
adecuado, ese torrente de energía que se está perdiendo y generar una democracia
que no necesite de la crisis para permitir el cambio”
¿Cómo se genera la raíz de esa gran tarea?
Con una rebeldía intelectual al servicio de la innovación
institucional, es la conclusión sintética de Mangabeira. Esta rebeldía de lo
social debe atacar y perforar el cerco impuesto por el poder, de un lado, el
del Estado, y de otro, el de las ideas insertas en el imaginario popular. Ante ese cerco, Mangabeira termina proponiendo,
para América del Sur, una insurrección
intelectual. Nos interesa el cerco instalado por la costumbre matrisocial
al pensamiento de la cultura social, aunque lo matrisocial recubre también al
modo de hacer el Estado.
¿Qué es lo que impide la formulación de proyectos en América del
Sur, y en especial en Venezuela debido al trasfondo cultural tejido por el
imaginario popular? Arriba se han indicado los temas del margen como la familia
y el edipo infantilizado, el de una sociedad sin padre, la fiesta y la
felicidad cultural pero no social, la propuesta de la amistad y la tarea de la
ciencia con miras ejemplares, siguiendo con este propósito las ideas del avance
del transitar en el afuera nacional como génesis de un plusvalor universal
tanto en el reconciliado con América Latina como en el exiliado con proyección
internacional. Dichas propuestas tienen el objetivo de propiciar respuestas en
la enseñanza de lo social en Venezuela.
Los problemas expuestos en los temas se refieren a diagnósticos
sobre las dificultades de la tarea de generar y seguir proyectos porque impiden
perforar el cerco del poder que ostenta el imaginario popular: la cultura
matrisocial atenta contra el surgimiento de instituciones sociales, le sigue
que una sociedad sin el símbolo paterno aparece dominada por el símbolo
absoluto y regresivo de la madre, allí puede haber mucha patria pero a costa de
no tener país ni futuro, y, por lo tanto, ni la patria, ni el pasado, ni las
instituciones están garantizadas debido a las arbitrariedades del ser cultural
sin medidas.
Resaltan dos problemas: el político y el etnopsiquiátrico, el de
un pueblo debilitado políticamente y el de la madre mártir junto a un edipo no
desarrollado. Los dos problemas se conjugan mutuamente y se explican en la
noción de una sociedad familiar (J.
Ignacio Cabrujas),
noción conceptuada por nosotros como matrisocial. En la sociedad venezolana
todo queda en familia. El pueblo venezolano porta una sociedad (natural), pero
no la ejecuta socialmente, porque no la ha pensado, elaborado y argumentado
como un acuerdo instituido. Por eso es un pueblo difícil de dirigir, pero fácil
de dominar. Sin resolver esto, el pueblo venezolano aparece como un pueblo
desamparado. Así la revolución bolivariana sigue repitiendo el esquema
populista, y lo profundiza: no gobierna (administra), sino que domina y lo hace
con facilidad pese a la rebeldía con que choca el plan chavista.
¿Por qué? Por el abandono de sí mismo que carga con fatalidad
etnopsiquiátrica el pueblo venezolano. María Fernanda Palacios ofrece el texto
sobre la madre mártir (otro texto lo tenemos en Rómulo Gallegos, el autor de Doña Bárbara). Ese texto está colocado
en la entrada de este libro. Lo que avanza de circunstancia etnográfica el
texto María Fernanda es el de una experiencia propia vivida en el estudio de
otra novela, Ifigenia, escrita por
otra mujer venezolana, Teresa de la Parra. Las dos novelas son ya clásicas en
la literatura venezolana. ¿De qué se trata? Del desprecio (Gallegos dice aborrecimiento)
del varón en Venezuela por parte de la mujer, desprecio conjugado con el
supuesto sacrificio que ésta vive como una carga que debe soportar (un marido)
o una madre sacrificada o mártir ante un hijo, no por hijo sino por varón; desprecio que remata con
resentimiento de hembra, no por mujer encantadora (Ver corega del edipo).
Esta fatalidad de ser un abandonado
en el mundo, pesa profundamente dentro del ser varón para que no entorpezca
sustancialmente el hacer sociedad en Venezuela. El conglomerado social en este
país es el de una sociedad femenina, que esconde en su raíz “algo tremendamente
desalmado, donde se ve la parte más oscura y cruel de lo femenino” (Palacios).
Lo novelístico enmascara con ficción la realidad, tarea que asume Rómulo
Gallegos, pero que la ensayística devela en María Fernanda Palacios. Empero, ambos,
novelista y ensayista, aportan una tremenda verdad a la etnografía venezolana:
que el abandono matrisocial de la realidad proporciona un blindaje ideológico-cultural
que dificulta la perforación del poder del imaginario popular, opuesto
regresivamente a admitir algo nuevo o extraño en su ser, como suele ser el argumento
de proyectos de sociedad en política y economía.
Los coregas muestran algo de lo ya desarrollado en el pensamiento
antropológico venezolano. Lo han seleccionado en los temas de la biblioteca de
autor y otros temas asociados como el de la tarea de la ciencia, del plusvalor en
los motivos del transitar como el exilio, y de la buena nueva de animación de la fe y la reconciliación
latinoamericana.
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