Migbelis Castellanos, Miss Venezuela 2013 |
Mes de Julio, mes de
vacaciones,
recordando a mis
hermanos Guillermo y Maribel, junto a sus nietos: Íñigo y Sofía, Javier, Samuel
e Isabel.
Entre concursos de belleza,
incertidumbres (ansiedades) y la búsqueda reflexiva por enfocar la innovación
social, se encuentra la sociedad venezolana. ¿En qué lugar se ubica la cultura
matrisocial venezolana, si se examina la “Mitología de la doncella criolla” (texto de María
Fernanda Palacios) desde la ciencia antropológica con el título OBSESIÓN POR LA
BELLEZA FEMENINA EN VENEZUELA? Ante ese aire del triunfo femenino vivido como
un Reality Show, un espectáculo
nacional, la colectividad social prosigue hoy día, obsesionada por sus
incertidumbres permanentes y por sus ansiedades económicas y políticas,
interrogándose por la solución de sus problemas cotidianos. Solución que tiene
que venir de sus mismas entrañas etno-culturales, de su mismo ser como pueblo.
Tal idea la proclama el Corifeo a capella:
INCERTIDUMBRE Y MINORÍAS ACTIVAS ¿Cómo vislumbrar ese camino de salvación
social si no existe un programa dentro de los grupos que tienen el deber de
pensar, siquiera pensar, en las opciones posibles, una de ellas inspirada en el
concepto de innovación? Tal es el programa doctoral que desarrollaremos en la
Universidad Central de Venezuela el
próximo semestre: LA COMUNIDAD INNOVADA.
OBSESIÓN POR LA BELLEZA FEMENINA EN VENEZUELA
Misses Universo Venezolanas |
La obsesión por la belleza
femenina venezolana se ha convertido en tópico generalizado. Los aspectos
varios de su estudio mostraría un complicada temática. Aquí tematizamos la
cultura para plantear el excelente preparado natural que como campo de cultivo
social tiene la Organización de Miss Venezuela. El punto fenoménico y de
ocasión explicativa se ubican en la pauta del machismo, originado en el modelo
de madre/macho inscrito a su vez en el concepto de matrisocialidad, como conceptualizamos
la matriz de sentido en la cultura mayoritaria de Venezuela. El argumento procede
de la obsesión machista que incluye el reverso del hembrismo, cuyo símbolo lo porta
una mujer primitiva, sensual y sexualizante. Como obsesión se vincula con un
desorden étnico: el infantilismo pueril; como primitiva se asocia a lo virginal;
como sensual sexualizante genera lo placentero. La belleza femenina se vive
como un don natural que contiene la idea de perfección como norma de saberse y
practicarse lo femenino. La función dual del varón constituye una adoración por
lo femenino reforzando la autocontemplación de la mujer sobre su propia
apariencia corporal. Exhibicionismo, vanidad narcisista, competencia inter-femenina,
autoestima que impulsa al permanente arreglo, ostentación de pureza briosa y
desenvoltura moral, recorren y preservan su autoevaluación sensible cuando se
mira a sí misma. Cultivar su belleza le servirá para sobreponerse en la escena
social y hasta subir en la escala social y aún de poder. Más que encantar,
procura cautivar al hombre. Sus
triunfos internacionales como miss, vividos como espectáculo histriónico,
sostienen al yo ideal como compensación a la disminución del ideal del yo que expresando un complejo de
inferioridad constituyen el ser nacional.
Palabras claves: obsesión,
belleza femenina, machismo, virginal, narcisismo.
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Resumen presentado al 1° Congreso
de Antropología de la Asociación de Antropólogos Iberoamericanos en Red (AIBR),
Madrid, 7 al 10 de julio de 2015. La ponencia (artículo) se encuentra en
publicación.
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