El poeta venezolano se confronta
consigo mismo para que nosotros a su vez nos confrontemos con nuestra verdad. Este
poder de sincerarnos personalmente es la motivación profunda para movilizar la
base de la sociedad. Se trata de nuestra INTEMPERIE, de un territorio
fundamental para la actuación de los LÍDERES Y MINORÍAS ACTIVAS. La actuación
de éstos es la señal de nuestra esperanza para la recuperación de nuestro
señorío histórico y cultural, aquél que en la geografía de la PROVINCIA (no
colonia) se nos otorgó y adquirimos de derecho a partir de la confrontación de
una sociedad popular a la que aspiramos llegar.
(INTEMPERIE)
Que cada palabra lleve lo que
dice.
Que sea como el temblor que la
sostiene.
Que se mantenga como un latido.
No he de proferir adornada
falsedad ni poner tinta
dudosa ni añadir brillos a lo que es.
Esto me obliga a oírme. Pero
estamos aquí para
decir la verdad.
Seamos reales.
Quiero exactitudes aterradoras.
Tiemblo cuando creo que me
falsifico. Debo llevar en
peso mis palabras. Me poseen
tanto como yo a ellas.
Si no veo bien, dime tú, tú que
conoces mi mentira,
señálame la impostura,
restriégame la estafa. Te lo
agradeceré, en serio. Enloquezco
por corresponderte.
Sé mi ojo, espérame en la noche
y divísame, escrú-
tame, sacúdeme.
Rafael CADENAS: del poemario
Intemperie.
Poemas selectos, Caracas: bid & co. Editor, 2004, 72.
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