miércoles, 21 de marzo de 2018

LA DURA ENFERMEDAD POLÍTICA VENEZOLANA

El ton-ton de Santa Eulalia (Paredes de Nava)
  La Anormalidad es la Norma.



un sobre bomba

puño y letra de un alma desgastada

hizo estallar de júbilo

a los poetas del barrio.



en la ciudad encolerizada

            y en las noticias del mundo

                        hay que morir para pertenecer.

Manuel LLORENS: “yo maté a Andy Warhol, II”.
       En Poema para un lunes bancario. Caracas: 
                Fundación Centro de Estudios Latinoamericanos
             Rómulo Gallegos, 2006: 32.

La inflexión de la suspensión de los comicios del 28 de mayo es un punto muy sensible para detectar si las instituciones (del estado) funcionaron o se desplazaron sobre la inercia del eje de las significaciones (culturales). Este eje de los desplazamientos lo constituye el silencio de los “taitas democráticos” (presidentes del ejecutivo y del congresillo). Cuando los voceros menores de ese silencio presidencial se pronunciaban, se hacía solamente eco de las fallas técnicas, cuyos marcos se amplificaban en el ámbito internacional: los dueños de la técnica eran las empresas INDRA (española) y ES&S (estadounidense).



A la técnica se la concibe como una hipóstasis, que para bien o para mal, está “fuera” de los alcances políticos (racionalismo modernista). Cualquier estudiante de sociología sabe que en la técnica se cristaliza un conjunto de relaciones sociales constituido dentro de un contexto que le proporciona su inserción social. Ya desde el mes de enero de este mismo año las posibilidades técnicas se encuentran en entredicho por las denuncias de las agencias sociales: COFAVIC, Red de Veedores de la UCAB y Queremos Elegir8


Los marcos internacionales, bajo los criterios de un nacionalismo etnicista, son encarados como instrumentos políticamente sin rostro y  por lo tanto prescriptivamente leales al taita local con objeto de ser manejables por éste. Aparecen como otra hipóstasis de lo “foráneo”; su manejo arbitrario es otra oportunidad para dejar sanos y salvos de responsabilidad a los actores políticos implicados y a sus decisiones, indecisiones  o falta de decisiones, por un lado, y, por otro, dejar a la razón técnica y a la razón de extranjeridad que funcionen como exógenas  para avenirse muy bien con el modelo cultural: las causas del fracaso, de lo malo que nos ocurre, etc. siempre están fuera o vienen de fuera. 

Pero la “renuncia” del Consejo Nacional Electoral (CNE) pertenece al paliativo técnico y foráneo, mientras las responsabilidades auténticas se encuentran en el taita: su actitud de “lavarse las manos” ha dejado desactivado el proceso crítico sin que el colectivo reaccione exigiendo o tomando cuentas (políticas) al poder político en la figura  del presidente. Sin interpelación alguna, éste, por su parte ha venido apareciendo con la “cara muy bien lavada” (aquí no ha pasado nada) como la inercia productiva que caracteriza a la cultura matrisocial.


Cuando el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) perdió las elecciones en abril con notoria derrota, el candidato Almunia, secretario general del partido renunció “ipso facto” a su cargo. Al día siguiente, entre los comentarios de prensa de los otros países europeos, resaltaba el que procedía de Italia, el país de la teoría política desde Maquiavelo. El comentario en forma de juicio era: “ese (España) es un país normal”. Esta renuncia se inscribe en un sistema democrático, por lo que dista mucho de la abdicación del emperador Carlos V de Alemania y rey Carlos I de España, pese al juicio que le merece Montaigne (Cf. Cunill, 2000), se ubicaba en un plano personal, es decir, afectaba a un orden autocrático,  reducido a la Casa Real y al proceso de sucesión en el trono; el de Almunia implica a todo un sistema político democrático que como tal afecta a la vida de toda una sociedad en su proceso de sanidad (o normalidad) política. 

La sociedad comenzó a cuidar su salud, y no abandonarse a la suerte o destino. Para llegar a esto, recuérdese que en el tránsito al constitucionalismo, España ha sido el país prototipo de las guerras civiles durante casi dos siglos, asunto un tanto distinto de las montoneras latinoamericanas que han sido siempre regresivas con sus taitas a la cabeza.


La comparación permite calibrar la insanidad en que persiste Venezuela. Aquí ha ocurrido un descomunal desastre, el del fracaso de los comicios electorales, calificados de megaelecciones porque se pretendía relegitimar todo tipo de cargo público desde presidente hasta junta parroquial, el de las inmensas pérdidas no sólo dinerarias, sino también en trabajo, al mismo tiempo lo que representa el desvío de dichos recursos de la producción y lo que significa la espera o estancamiento de la economía y las decisiones sociales... y después de todo este desastre, la situación política y su perspectiva se encuentran en el mismo sitio, y aun en un punto regresivo porque lo que no avanza (se normaliza) se regresa. El caso es que la intención de voto a favor del taita, que de nuevo se postula como candidato, se mantiene alta. El análisis no se hace a partir de la “movida” de los candidatos, sino de la percepción y acción del colectivo9

En vez de un clamor general de “pedirle” la renuncia, la masa popular le “da” (infantilmente) otra oportunidad; en vez de tomarle cuentas, le consiente como una madre a su niño pequeño y mimado. Es así como el pueblo venezolano siempre perdonó todo al taita de suerte que este se cansa de gobernar: “El pueblo venezolano no está dispuesto a asumir la conquista de la libertad como mérito y sacrificio. Guzmán Blanco se canso de gobernar, Gómez se murió en la cama por largo rato, Pérez Jiménez se fue del país después de estar en el poder por un largo período” (Intelectual Ilustre en Hurtado, 2000).


Referencias


CUNILL, Pedro (2000): “El ocaso del Emperador”. EL UNIVERSAL. Caracas, 3 de junio.

HURTADO, Samuel (2000): Élite Venezolana y Proyecto de Modernidad. Caracas: ediciones del Rectorado y Vicerrectorado Administrativo, Universidad Central de Venezuela.





8 Son organizaciones de la sociedad civil. COFAVIC es el Comité de Familiares de las Víctimas. Fue constituido con ocasión de las víctimas del llamado “sacudón” o “caracazo”, la explosión social ocurrida en Caracas durante los días 27 y 28 de febrero de 1989. UCAB es la Universidad Católica Andrés Bello cuya sede se encuentra en Caracas. Queremos Elegir es una organización cuyo propósito es orientar a las comunidades (vecinales) en función de los valores de ciudadanía


9 Decimos “colectivo”, para no tildar de popular a la cultura matrisocial, porque esta cultura no es sólo del pueblo como clase baja, sino de toda la estructura social venezolana o colectivo social. Aunque dicha cultura contiene una dosis de esquizoparanoia étnica (desorden étnico), no la contiene en su proyección dentro de la estructura social (no es un desorden típico, en términos de Devereux, 1975).

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Texto tomado de Samuel Hurtado Salazar: “La democracia furtiva y el falso mito de la participación”. INTENTO. Revista del  Doctorado en Ciencias Sociales, Universidad Central de Venezuela, 2001, N| 1: 53-75. “La anormalidad es la norma” pp. 62-64.

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