Oteando de lado al hombre-macho-alfa |
COREGAS DE VARIACIONES SOCIOCULTURALES.
Temas de ida y vuelta a las condiciones de los proyectos sociales en
América Latina[1]
Se exponen los textos de lo motivos emblemáticos del libro a partir de
reflexiones de tres autores, y se completan con el texto de los párrafos
terminales del planteamiento de la presentación del libro.
A.
Textos
Motivacionales.
Y aquí, en Venezuela, me gustó Cantaclaro, para mí, la mejor obra de
Gallegos, porque muestra un llanero cuyo problema fundamental no es un hurto de
ganado, sino un Edipo no resuelto
(menudo paso de la sabana llanera al diván de los psicoanalistas) (Oswaldo
Barreto en Notas a Lapas, novela de Doménico Chiappe, S&D, Lecturas, 22
/06/2001).
Porque también hay una América Latina iletrada, la que no conoce la ficción sino sólo la dura realidad del
hambre, esporádicamente quebrada por algún signo de esperanza, puntualmente
aprovechado por el político populista (María Fernanda Guevara, El Nacional,
24/11/2002)
Era un mundo que yo conocía, que tenía
mucha relación con mi propia historia, mi memoria, con lo que yo he
vivido…Gracias a la novela de Teresa de la Parra me di cuenta de cómo esa
inconformidad, esa rebeldía, esa montonera que vemos afuera, en la calle, en la
Historia nuestra, dentro de la casa, en el ámbito íntimo, se expresa como
quejadera y como sacrificio…
Quiero decir que no son ámbitos
contradictorios, sino los dos polos de un mismo complejo: lo virginal
alimentando una incapacidad para cargar con la vida…Y los que se identifican
con eso piensan que esto contradice y excluye el otro ámbito, el de esa cosa
desalmada el país, la política, los
héroes, lo maluco. Pero, mientras más leía a Ifigenia, más claro me hacía el
horror que le espera a César Leal (el denigrado novio de la protagonista) cuando después de vencer y casarse, se encuentre en su casa con una mujer sacrificada y resentida, casada con un
hombre a quien desprecia…detrás de lo cual hay algo tremendamente desalmado,
donde se ve la parte más oscura y cruel de lo femenino (María Fernanda
Palacios, El Universal (Verbigracia), Caracas, 23/02/2002, entrevista con M.
Socorro).
B.
Texto
de presentación (párrafos terminales).
Los problemas expuestos en los temas se
refieren a diagnósticos sobre las dificultades de la tarea de generar y seguir
proyectos porque impiden perforar el cerco del poder que ostenta el imaginario
popular: la cultura matrisocial atenta contra el surgimiento de instituciones
sociales, le sigue que una sociedad sin el símbolo paterno aparece dominada por
el símbolo absoluto y regresivo de la madre, allí puede haber mucha patria pero
a costa de no tener país ni futuro, y, por lo tanto, ni la patria, ni el
pasado, ni las instituciones están garantizadas debido a las arbitrariedades
del ser cultural sin medidas.
Resaltan dos problemas: el político y el
etnopsiquiátrico, el de un pueblo debilitado políticamente y el de la madre
mártir junto a un edipo no desarrollado. Los dos problemas se conjugan
mutuamente y se explican en la noción de una sociedad familiar (J. Ignacio Cabrujas)[2],
noción conceptuada por nosotros como matrisocial. En la sociedad venezolana
todo queda en familia. El pueblo venezolano porta una sociedad (natural), pero
no la ejecuta socialmente, porque no la ha pensado, elaborado y argumentado como
un acuerdo instituido. Por eso es un pueblo difícil de dirigir, pero fácil de
dominar. Sin resolver esto, el pueblo venezolano aparece como un pueblo
desamparado. Así la revolución bolivariana sigue repitiendo el esquema
populista, y lo profundiza: no gobierna (administra), sino que domina y lo hace
con facilidad pese a la rebeldía con que choca el plan chavista.
¿Por qué? Por el abandono de sí mismo que
carga con fatalidad etnopsiquiátrica el pueblo venezolano. María Fernanda
Palacios ofrece el texto sobre la madre mártir (otro texto lo tenemos en Rómulo
Gallegos, el autor de Doña Bárbara).
Ese texto está colocado en la entrada de este libro. Lo que avanza de
circunstancia etnográfica el texto María Fernanda es el de una experiencia
propia vivida en el estudio de otra novela, Ifigenia,
escrita por otra mujer venezolana, Teresa de la Parra. Las dos novelas son ya
clásicas en la literatura venezolana. ¿De qué se trata? Del desprecio (Gallegos
dice aborrecimiento) del varón en Venezuela por parte de la mujer, desprecio
conjugado con el supuesto sacrificio que ésta vive como una carga que debe
soportar (un marido) o una madre sacrificada o mártir ante un hijo, no por hijo
sino por varón; desprecio que remata
con resentimiento de hembra, no por mujer encantadora (Ver corega del edipo).
Esta fatalidad de ser un abandonado en el mundo, pesa
profundamente dentro del ser varón para que no entorpezca sustancialmente el
hacer sociedad en Venezuela. El conglomerado social en este país es el de una
sociedad femenina, que esconde en su raíz “algo tremendamente desalmado, donde
se ve la parte más oscura y cruel de lo femenino” (Palacios). Lo novelístico
enmascara con ficción la realidad, tarea que asume Rómulo Gallegos, pero que la
ensayística devela en María Fernanda Palacios. Empero, ambos, novelista y
ensayista, aportan una tremenda verdad a la etnografía venezolana: que el
abandono matrisocial de la realidad proporciona un blindaje ideológico-cultural
que dificulta la perforación del poder del imaginario popular, opuesto
regresivamente a admitir algo nuevo o extraño en su ser, como suele ser el
argumento de proyectos de sociedad en política y economía.
Los coregas muestran algo de lo ya
desarrollado en el pensamiento antropológico venezolano. Lo han seleccionado en
los temas de la biblioteca de autor y otros temas asociados como el de la tarea
de la ciencia, del plusvalor en los motivos del transitar como el exilio, y de
la buena nueva de animación de la fe
y la reconciliación latinoamericana.
[1] Se
trata del título de un libro a publicar de Samuel Hurtado.
[2]
Véase la interpretación de Tulio Hernández sobre José Ignacio Cabrujas y su
desazón de relamido con el pueblo venezolano, así como la solución que se dio
cuando constató su modelo de análisis, el de una cultura cerrada, y por tanto,
destructiva del sí mismo: “La ciudad (y el país) según Cabrujas”. T. Hernández
(comp.) Ciudad, espacio público y cultura urbana. Caracas: Fundación para la
Cultura Urbana, 2010, 361-378.
Hola Dr. Hurtado, mi admiración por su persona y trabajo.
ResponderEliminar¿Como puedo ser seguidor del Blog?
gonzalog3@gmail.com
gracias
Gonzalo González Giráldez
Prof: Facultad de Farmacia , UCV
Disculpe ya vi el vinculo para seguir el Blog.
Eliminarsaludos
Gonzalo Gonzalez G
Me alegro que al fin consiguieras el vínculo. Feliz día de la amistad
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