Lo que imaginan humoristas, pintores, poetas, novelistas
y cineastas venezolanos como fabulación de lo que nos acontece y se revela hoy en
2017, como dura crisis de nuestra realidad social, nos lleva a expresar con sorpresa
aquella frase que se escucha con frecuencia en calles y medios de comunicación del
país:
¿Qué nos está pasando?
Desde nuestra perspectiva antropológica,
no tenemos sino la réplica explicativa:
Que nos salió nuestra caverna.
Dicho en términos
etnopsicoanalíticos: nos salió nuestra madre mala, el pecho malo, en un momento
de nuestra historia. No es la primera vez. Porque el mito, lo más profundo de
nosotros mismos, lo portamos como sentido de vida, bueno o malo, según nos
apliquemos a hacer nuestra historia. Ese mito se incrusta en el inconsciente
colectivo y actúa de un modo inmisericorde, agazapado en nuestra cueva
inconsciente.
Tuve que navegar durante muchas
lunas para dar con la cueva del inconsciente venezolano. Fue arduo el viaje. Su
tiempo acumuló 28 años. Sus resultados se publicaron en 1995. Había llegado, al
fin, pero me faltaba remendar las velas de mi barca, un tanto maltrecha por el
tiempo pero vibrante con el sol de frente y las velas hinchadas. El falucho
tuvo que resistir muchas nieblas y algunas tormentas a babor, con contravientos
a estribor.
Como el viaje a Ítaca de Kavafis, tenía siempre delante de mí aquella
promesa incandescente, aquella que sí hice que se cumpliera como una esperanza.
¿Por qué había atravesado el
océano Atlántico? ¿Para qué me había internado en las selvas venezolanas,
aquellas donde mora el pueblo, donde se hacen conucos y se gritan las
guacharacas?
¿Para qué acudí al Pastor de
Nubes y me recibí bajo las Nubes de Calder, allí donde el arquitecto Carlos
Raúl Villanueva soñó con una universidad dentro de un bosque de ensueños?
Tropecé con mi pensamiento, y lo
retorcí cada vez que llegaba a un peñasco irreversible. Tengo en mi cartografía
mental aquellos trabajos de promoción social, investigaciones etnográficas
recorriendo el país, teorías y concepto que me impulsaban hacia adelante en el
entendimiento del país, libros, artículos científicos, ensayos de trayectorias,
poemas sensibles de pensamiento, para llegar adentro del pensamiento mismo.
Toda esa cartografía tenía un diseño a lo largo de playas, a veces de descanso,
otras veces de refugio frente a los temporales.
Playas conceptuales para el avance de la
comprensión, pero aún de búsqueda mayor, la de la explicación ¿Por qué esto y
desde donde arranca, cuál es su base o raíz en tierra? Playas que tenían por
nombre conceptos como el de Articulación Social, Proyecto Nacional, Gerencias Campesinas,
Tortura del Parentesco, Cultura Popular, MATRISOCIALIDAD, La Sociedad tomada
por la Familia, La Idea del Rico Honrado, Tierra nuestra que estás en el Cielo
(siempre mirando al cielo: nuestra magia), Proyecto de Modernidad (¡ay, de nuestra
élite!), Etnología para Divagantes, El conuco (la playa del conuquero), Reconversión
Cultural, Innovación Cultural, Agresividad Escolar, Belleza Femenina en Venezuela, El Animal Urbano (la ciudad de
Caracas en la mira).
Siempre con los inconvenientes de
la llegada a las playas y encontrarme con Contratiempos entre Cultura y Sociedad y Los Elogios y Miserias de la Familia Venezolana.
Pero uno salía tomándole la delantera a los inconvenientes que se producían en
los encontronazos con los naturales de aquellas islas.
Al fin había llegado a una playa
segura, señera de sí misma, dibujada en simbólico concepto: MATRISOCIALIDAD, como lugar e instrumento del
trabajo, guía conceptual que me iba a llevar a la cueva, y describir su diseño
posible. Era el año 1992, defensa de la tesis doctoral: la familia, la cultura,
la sociedad.
Con ello le puse una sordina a mi
concepto a lo afirmativo de pueblo en Venezuela mediante la implosión etnopsicoanalítica de 1995
que me dió la entrada al diseño del Edipo. Era la implosión matrisocial.
¿Cómo era, de fondo, el ser
familiar, el ser cultural, el ser societal en Venezuela?
Con camino forzado fui
desprendiendo los repuestos que iba a llevar a la cadena de montaje. Armé todo
el escenario en aquella década de 1990. Era el año 1998 cuando terminé de
armarlo, es decir, de comprender el problema venezoano. El resultado se publica en el 2000: Élite Venezolana y Proyecto de Modernidad: ¿qué pasa
con el otro polo de pueblo, que es la élite?
Con mis ayudantes ocasionales para la
etnografía fui puliendo las piezas del rompecabezas edípico. Ya tenía el taller: la etnopsiquiatría; tenía
la herramienta especializada: el concepto de matrisocialidad. Era cuestión de
desarrollar ese concepto como epistémico para que me ayudara a ir explicándome
todo el entramado de la cueva venezolana. Los tiempos del siglo XXI han sido
dedicados a demostrar la utilidad del concepto de matrisocialidad para explicar
a Venezuela, similar al tono que le dio Kant al concepto de razón para explicar
la modernidad.
¡La matrisocialidad!:
-En la estructura familiar se
refiere a un profundo complejo de
dependencia que ocurre en la relación mutua de madre y niño. El consentimiento
materno para con el hijo constituye el despegue de la psicodinámica libidinal
que cruzará el ámbito de las relaciones familiares.
-En la dinámica de la cultura se
refiere a la producción de significados de realidad en clave del placer. El
mito de la sobreprotección materna no dejará al hijo ver bien la realidad. El
consentimiento al nieto por parte de la madre virginal colocará dicha visión en
un camino regresivo de la realidad. El rechazo o aborrecimiento al varón por la
madre mártir llevará a una fatalidad trágica a la relación maternal que
afectará a toda la estructura machista de la cultura.
-En la construcción de la
sociedad la matrisocialidad se fabrica como la metáfora conceptual explicativa
del problema contenido en la fenomenología contradictoria de la “sociedad
familiar” en que vive el venezolano. La sociedad no puede nunca, por lógica,
comportarse con relaciones cálidas, emotivas, como una familia; a su vez, la
familia (una madre en Venezuela), tampoco puede nunca, por lógica, comportarse
fríamente, con relaciones impersonales como una sociedad. Pero cómo explicar eso
que no puede ser por lógica que pero que existe como tal en el sentir cultural
venezolano de una “sociedad familiar” en la quela gente venezolana vive,
disfruta, sufre, donde luchan sus discursos minotáuricos, sus complejos culturales
esquizoparanoicos, anarcoides, de bravilabia, puerilidad, de doble código moral,
etc.
La breve presentación del modelo
conceptual de Matrisocialidad debe servir para entender y descifrar la esencia
del edipo venezolano, expuesto en los trazos fuertes, inmisericordes, que se
imponen desde el taller de la etnopsiquiatría. Con este motivo se presenta
también el segundo título de este día, referido al programa de la asignatura
doctoral: la segunda Introducción a la Etnopsiquiatría que dictamos en la
Universidad Central de Venezuela.
He aquí cómo trabajé la obra del
edipo: el psíquico (consentimiento) y el cultural (autoritarismo caciquil). Es
la cueva del inconsciente que recorre al aire libre el Bulevar de Sabana
Grande, se explaya en la Redoma de Petare, se sienta en el Paseo de Los
Ilustres. Todo entre escenario y bastidores, de Caracas.
EL EDIPO EN DOS SOCIEDADES: ATENAS Y CARACAS.
PATRILINEAL Y
MATRISOCIAL.
Carácter ATENAS (Sófocles) CARACAS
Clave
-Significación -Destino
Social
Función -Prevista
por -Imprevista
completa la
cultura por la cultura
Metáfora
-Padre/Tirano -Amante
(marido)/
Aborrecido
Estructura -Amor/Odio -Consentimiento/
simbólica
Resentimiento
Acción
-Parricidio/
-Amanticidio/
estructural
Tiranicidio Autoritarismo
caciquil
Retórica -Drama -Farsa
social
trágico
burlesca
Transfor-
-Resurrección -Sumersión
mación del
Padre del Padre
simbólica como ley como ley
Reacciones -Temor
(castigo) -Descaro (impunidad)
sociales -Internalización
-Externalidad
a la Ley: -Cumplimiento -Infracción (desacato)
al Contrato -Institución -Ocasión eventual
Social de la sociedad de la sociedad.
Democracia - la ley y
autoridad -i-legal y autoritaria
Resultados 1.
anti-tiránica - pro-tiránica
tribalesca
estructurales (héroes de
mamá) (hijos de mamá)
2. ciudadanos de -la Polis
la Polis sin
ciudadanos
Lógica del -Afirmación
-Negativismo
Orden étnico
social social
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[Tomado de Hurtado: Cultura
Matrisocial y Sociedad
Popular en América Latina,
Trópikos, Caracas, 1995, 187,
con algunas correcciones precisas
en 2013 y 2016]
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