Para todos los que enseñan
Enseñarás a volar,
pero no volarán tu vuelo.
Enseñarás a soñar,
pero no soñarán tu sueño.
Enseñarás a vivir,
pero no vivirán tu vida.
Sin embargo…
en cada vuelo,
en cada sueño,
en cada vida,
perdurará siempre la huella
del camino enseñado.
(Anónimo)
Enseñarás a volar,
pero no volarán tu vuelo.
Enseñarás a soñar,
pero no soñarán tu sueño.
Enseñarás a vivir,
pero no vivirán tu vida.
Sin embargo…
en cada vuelo,
en cada sueño,
en cada vida,
perdurará siempre la huella
del camino enseñado.
(Anónimo)
I
Me cuesta morir.
A quién no,
si a bronces de multitud
dice el campanario que le toca
Morirá en los alcores el véspero
derrumbado Leviatán herrumbriento.
Afilado silencio, tibias letras de sangre
sobre párpados de mar naufragantes.
Inocencia del morir. Vengo del trigal,
del trigal o del agotamiento. Fructifico.
Trigo candeal, turgente de destinos,
respigado para memorial de renuevos.
Inercia de averno: erial
por siempre, mismidad del tiempo.
O extensión suplicante, cambio de suertes: rastrojo
reluciente trocha de muchos a campo traviesa
vino de origen en degustación para jubileo
pronto barbecho doliente de cielo.
II
Cuesta, sobreelevarse a su única desnudez que le arropa,
encaramarse a su talanquerada soledad en producción
divisar la palabra de infinitudes: morir.
¿a manos de qué suaves aguijones?
Vengo viviendo cien amaneceres con el otro, peregrino de sí
hecho hito en mi delirante tierra labrantía,
tierra de lo inmenso mientras se sopesa el leve recuerdo de una flor.
Cuesta, hay que morir
viernes santo en ascenso
edades de la cumbre cada vez más cerca
y bajo ansiedades, a borbollones, agraces, más lejos.
Tampoco sabe el otro que te está muriendo
viernes santo redoblado
Buen ladrón
Buena muerte para la tierra prometida
la cosecha aún en su verdor.
No lo sabe,
mejor,
hilvanará su propio vuelo en surcos de ternura aprendida.
Hoy me cuesta morir, dejar de volar
el otro, los otros ya zarparon ausencias
vientre abajo de un río espectral.
Para consumarse sumando
queda ir muriendo
en lontananza con los ojos desnudos.
Me cuesta morir.
A quién no,
si a bronces de multitud
dice el campanario que le toca
Morirá en los alcores el véspero
derrumbado Leviatán herrumbriento.
Afilado silencio, tibias letras de sangre
sobre párpados de mar naufragantes.
Inocencia del morir. Vengo del trigal,
del trigal o del agotamiento. Fructifico.
Trigo candeal, turgente de destinos,
respigado para memorial de renuevos.
Inercia de averno: erial
por siempre, mismidad del tiempo.
O extensión suplicante, cambio de suertes: rastrojo
reluciente trocha de muchos a campo traviesa
vino de origen en degustación para jubileo
pronto barbecho doliente de cielo.
II
Cuesta, sobreelevarse a su única desnudez que le arropa,
encaramarse a su talanquerada soledad en producción
divisar la palabra de infinitudes: morir.
¿a manos de qué suaves aguijones?
Vengo viviendo cien amaneceres con el otro, peregrino de sí
hecho hito en mi delirante tierra labrantía,
tierra de lo inmenso mientras se sopesa el leve recuerdo de una flor.
Cuesta, hay que morir
viernes santo en ascenso
edades de la cumbre cada vez más cerca
y bajo ansiedades, a borbollones, agraces, más lejos.
Tampoco sabe el otro que te está muriendo
viernes santo redoblado
Buen ladrón
Buena muerte para la tierra prometida
la cosecha aún en su verdor.
No lo sabe,
mejor,
hilvanará su propio vuelo en surcos de ternura aprendida.
Hoy me cuesta morir, dejar de volar
el otro, los otros ya zarparon ausencias
vientre abajo de un río espectral.
Para consumarse sumando
queda ir muriendo
en lontananza con los ojos desnudos.
La Caranta, Pampatar, Isla Margarita,
23 de febrero de 2011
Publicado en Imágenes de Villorido.
23 de febrero de 2011
Publicado en Imágenes de Villorido.
Admonición en Coda: El tema de la consumación refiere que se ha cumplido con el proyecto; su resultado constituye el ingreso a espacios de libertad, de las infinitudes. En panóptico se observa que el ser humano suspira por la consolación respecto de sus sufrimientos padecidos en la vida, consolación que se realiza (=se consuma) como liberación. Sin dolor no hay logro de libertad alguna: quiere decir que el dolor autentica la libertad, esfuerzo doloroso que cada quién y cada colectivo debe cumplir como desafío de la historia.
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