domingo, 3 de noviembre de 2024

UN PULSO A LAS FORMAS DEL PROYECTO DE SOCIEDAD EN VENEZUELA

                                                    Country Club de Caracas  

                                                       A las memorias de los queridos profesores

                                                                    Simón Sáez Mérida 

                                                                             y Alberto Gruson

 Monición: el presente texto es relativo a la presentación del Opúsculo del Proyecto de Sociedad, que recoge los capítulos focales de nuestras tres investigaciones sobre la sociedad como proyecto, incluido en ello el llamado proyecto de país. Es una presentación que plantea el problema e insinúa su método de demostración, ubicada ésta en las obras de investigación larga. Su resumen lo podemos considerar de la siguiente forma:

El opúsculo del proyecto societal muestra formas del proyecto de sociedad. Si la sociedad no existe sino como proyecto, el problema en Venezuela se dirige a calificar la forma donde no hay proyecto. El resultado es una formalidad: forma sin contenido. Se describen tres formas como formalidad. En la societalidad, lo social debe contenerse en la forma lógica de racionalidad de las estructuras, social y cultural. La forma nacional, según la sociología histórica de los ferrocarriles; la forma moderna, según la etnopsiquiatría de cómo la cultura debe trabajar lo social como proyecto; la forma urbana, según una posible urbanología sobre Caracas en cuanto ciudad que debe comportarse con proyecto de sociedad. Tres formas ausentes en las realidades venezolanas, que con su negativismo social, no ostentan los contenidos nacional, moderno, urbano; en afirmativo moldearían realidades del proyecto de sociedad.

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¿Cómo y desde dónde alimentar el pulso que se plastifique en forma para pensar con el símil de proyecto?

Lo original del opúsculo reside en conjuntar, para verse entre sí, tres obras como momentos del ascenso a la montaña del considerar a la sociedad como proyecto. Este camino del dicho ascenso no se trazó desde un comienzo bien imaginado, no fue ni como personal, ni como idea, proyecto alguno. Si hubo algún germen de éste es que se fue haciendo camino en la medida que entramos y nos internamos como actor, primero, y seguido después, como autor, en la vida y realidad venezolanas. Y veíamos y observábamos, y fuimos tomado posición y posiciones, puntos de mira y de vista, hasta apuntes de impresión y notas. Y como todo en esta tierra, y tratamos que sea buena tierra, y aun la mejor tierra, todo fue madurando en plan de maceración productiva.

Las estaciones que marcan el plan realizado se refieren a tres obras de investigación, tal como cada una titula la visita sucesiva en el tiempo a las tres escalas en que se divide el índice del opúsculo. La idea de las formas ya nos la sugirió la revisión de la obra de Ferrocarriles con ocasión de digitalizar el viejo texto publicado, y nos lo reconfirmó la idea estética de Jorge Guillén en el poema que flanquea la entrada al opúsculo ‘impulso hacia forma”. Pero el lleno de la intuición se nos produce en la obra de Élite Venezolana, porque el motivo de trabajar con el punto de vista de la cultura (como forma de producción) genera provocaciones de sentido, y por lo tanto de desafíos. Así el proyecto personal, en la trayectoria de investigación, de estudiar la sociedad como proyecto, se produce de lleno cuando llegamos, según el ascenso a la montaña, a su cumbre. Y ahí está la razón de entresacar para esta presentación algunos prolegómenos que explican nuestro presupuesto que como pulso impulsa hacia la forma de entender la manera de trabajar produciendo los sentidos de sociedad, y así tomarle el pulso a Venezuela al examinar si el conglomerado poblacional da la talla de sociedad o no y cuanto dista de ese camino que como en viaje debiera emprender desde la familia (cultura) a la sociedad (Lévi-Strauss, 1975).

Es preciso mostrar nuestro punto de vista u orientación del concepto de proyecto apuntando a entender y ver la sociedad, y de aquí el cómo remozar el vocablo tan gastado por el uso y manipulación de social, y formularlo como societal. De este neologismo hemos obtenido el de societalidad con el que hemos trabajado la crítica a nuestro también concepto de matrisocialidad en la obra La Fiesta Interminable (2019)

Otros detalles importantes para la orientación de la lectura del opúsculo es que hemos estampado orden de los capítulos con el número referido en los libros, y además que con el fin de ayudar a entender las conclusiones o introducir las teorías de los constructos, se expone el extracto inicial del capítulo o del planteamiento del libro, constructos elaborados precisamente con el símil de proyecto.

He aquí los extractos del libro de Élite Venezolana y Proyecto de Modernidad: En esta atmósfera que aviesamente quisiera monopolizar la razón del mercado (globalización), Venezuela llama la atención como un caso que tuvo y aún tiene inmensas oportunidades, pero que cierta producción de las relaciones sociales se contradice con dichas oportunidades, de suerte que no en balde se ocasionan las crisis y se reproducen como tales y a muchos niveles. La cultura como modo de producción de las significaciones sobre la realidad, es también productora de las significaciones de las que deben surgir un sujeto y una racionalidad modernos. Pero no toda cultura está interesada en esto, y aunque quisiera, los dispositivos de la significación no le funcionan en aquella dirección. El pensar que si nos proponemos fácilmente lo conseguimos cuando en realidad difícilmente nos lo proponemos o ni siquiera nos lo proponemos porque supone mucho esfuerzo y trabajo, focaliza la problematización del proyecto de modernidad en Venezuela. ¿Cómo llevamos a cabo el planteamiento de esta problematización? (pp. 12-13).

1) Asumimos La cultura (el etnos) en cuanto ámbito general humano como modo de producción del sentido de interpretación del mundo de las cosas y de la vida que tiene un colectivo. El etnos de un colectivo dispone de un aparato productor de significados que en cuanto persistente origina un proceso de trabajo estilizado de un producto. Por eso decimos que el funcionamiento del etnos origina o es la cultura en su acepción etimológica de cultivo de algo. El cultivo indica que su esencia o forma de cultivar se imprime en lo cultivado y le da la marca. Los impactos culturales sobre las cosas constituyen creaciones y transformaciones de las mismas, que tienen que ver con lo que se tiene entre manos del mundo y de la vida, para hacerlo al menos, materia prima de lo social. 

Ya hemos estudiado cómo se produce la cultura en Venezuela, especialmente en nuestras investigaciones anteriores (Hurtado, 1995a; 1998a; 1998b), donde la hemos especificado con el concepto de matrisocialidad. Ahora nos interesa inspeccionar cómo se produce sentido en torno a una realidad que, como desafío sociohistórico, la rodea por todas partes, esto es, cómo se las va a ver con la modernidad. Al tratarse de lo objetivable de la cultura, el etnopsicoanálisis como disciplina donde se complementan la sociología antropológica y el psicoanálisis freudiano, nos permitirá las alternativas de una operación de carácter sociológico. De ninguna manera, se compagina ésta con el relativismo cultural, el psicoanálisis junguiano, la biosociología (Fox, 1990), ni la psicología del desarrollo personal (Santosuosso, 1992), ni mental (Fericgla, 1989).

2) Cuando colocamos a la modernidad como especie de una cultura, hablamos de una búsqueda de racionalidades que se deben articular para producir un proyecto societal. Como objeto de evaluación del trabajo del etnos venezolano, el proyecto societal no se refiere a una comunidad cuyas relaciones son de tipo sociocultural (las sociabilidades), ni a una convivencia cuyas relaciones las puede elaborar la puericultura (las urbanidades). Las relaciones sociales propiamente se originan en la socialización, que tiene que ver con la capacidad de los dispositivos para la actuación del deber societario, esto es, de las solidaridades, las impugnaciones y los acuerdos de sociedad. Cierto postmodernismo acusa la dificultad o agotamiento de aceptar este ‘deber’ societal, precisamente cuando a finales del siglo XX comienza a plantearse su realización como tal (Touraine, 1992, 216-217, 230).

Cuando hablamos de elaborar sociedad nos encontramos dentro del criterio de pertenencia de lo que hablamos. Lo societal se inscribe dentro de una realidad objetivable. Para demostrar lo objetivable, operamos con el criterio de las proposiciones lingüísticas, de los juicios y su ética; es decir, podemos hablar de lo normativo de las reglas de juego en lo atinente a cómo conducirnos en las prácticas. Que los reconocimientos impersona­les atestigüen que estas reglas funcionen bien, se va a convertir en un deber de llegar a un acuerdo sin hacer trampas. Hay un  trasfondo ético de comunicación auténtica que se torna regla del pensar. Los asuntos societales y su ética no son alcanzables por la community o gemeinschaft, ni por la mera convivencialidad interactiva. Lo societario en cuanto material, objetivable, demanda fundamentalmente un proyecto, un laborioso esfuerzo por crear relaciones sociales instituidas. En breve, la modernidad es una cultura cuyo objetivo consiste en elaborar relaciones sociales que tienen que ver con un proyecto societario. En esta dirección es que se orienta nuestro planteamiento etnológico (Cf. Touraine, 1992, 96 y 102).

3) Si hablamos de proyecto, no se corresponde que sólo hablemos de capacidad de maniobra para adaptarse (sin voz, ni discusión) o sólo para impugnar (criticar por criticar sin dar soluciones) al proyecto. Tampoco podemos hablar sólo de cultura, ni de proposiciones de la cultura, como si el hombre no existiese (Devereux, 1975: 21) o como si la sociedad fuera únicamente una ampliación de la cultura (una comunidad). Un proyecto exige siempre tanto de la existencia de un sujeto que lo produzca o diseñe siendo el responsable de la obra hecha, como de la constitución de las racionalidades en cuanto un stock de recursos o existencias para llevar a cabo la obra ideada. La configuración de subjetividades responde a la lógica de análisis crítico de la modernidad; para ello es preciso observar niveles de compromiso subjetivo en el proyecto. Se busca ubicar el foco de las iniciativas emprendedoras, de las ideas del diseño, de las atribuciones de la propiedad o reconocimiento de la obra; así se introducen las revisiones, impugnaciones, legitimaciones de dichos procesos. La configuración de las racionalidades señala la detección de las orientaciones y de los recursos en términos no sólo de las existencias, sino también de las destrezas para la ejecución del proyecto por parte de los sujetos: es el "trabajo de la razón" como dice Touraine (1992: 224).

No basta portar el proyecto como mero sujeto o agente, o disponer de materias brutas o simples materias primas. Es necesario actuar o activarlo como sujeto ejecutante para transformar las materias primas culturales en productos de relaciones sociales. El sujeto tiene que reconocerse en su acción mediante su incorporación a los objetivos del diseño de la acción o trabajo. Por lo tanto también se precisa que haya un dueño de la obra, el que la expone como propietario diseñador, pues la ha concebido y la introyecta como esencia. Estos tres pliegues de subjetividad indican que el sujeto no es algo que existe como uno que está constituido de una vez por todas. Se le puede evocar como aspiración, ilusión, y aún hacerle parte de un proyecto; es un trabajo por hacer permanente si miramos al proyecto societal.

Al proponernos observar el proyecto moderno en Venezuela, es necesario tener en cuenta estos tres pliegues de subjetividades: el artífice o creador, el actor o ejecutante y el agente o portador que no necesariamente tiene conciencia total de la obra proyectada. Sin embargo, introducir así el problema, escamotea todo lo que constituye la dinámica social. La explicación de un  sujeto plural con respecto a un proyecto (transcendental a  cada sujeto) se presenta como un esquema de rendimiento cognitivo, que puede desviarse y esconder el peligro de una falsa conciencia: es posible preparar el camino para que se crea que la historia está hecha por hombres preclaros: sabios, santos, explotadores (Touraine, 1992: 412), o también la imagen historicista de que el mundo y la vida los dirigen las grandes ideas o unas pocas ideas que se van realizando en el tiempo, según Hegel y Comte. Los sabios y santos suscitan discípulos que trabajan con entusiasmo; los explotadores reclutan a esclavos que si no trabajan se mueren de hambre. La dinámica social procede de otra manera: el conjunto de las interacciones, principalmente las conflictivas, ponen en juego orientaciones y sentidos que no están en la mente de los que interactúan, es decir, que la conciencia de los que se encuentran para interactuar no es previsiva de lo que resultará lo puesto en juego por el hecho de su interacción: son actores o eventualmente agentes dentro del proyecto.

4) Camino del proyecto de la modernidad, es notable cómo se ha venido abriendo paso una pretensión (aspiración o, mejor, ilusión), que los post-modernos llaman espejismo, de entender la sociedad como proyecto. Esto es muy diferente de entenderla como sistema (cibernética sin cibernauta), o como organismo. Hay que señalar en todo esto que la sociedad, como no es un sistema, ni un cuerpo, tampoco es un proyecto. La sociedad es sólo un conjunto de relaciones sociales cuya producción es susceptible de ser entendida de múltiples maneras. De ser entendida como sistema, cuerpo o proyecto, de alguna forma la sociedad al producirse adquiere parecidos de sistema, cuerpo o proyecto, según las intencionalidades cognoscitivas y las prácticas intervinientes en la producción inspiradas por aquellos símiles. Nos interesa la consideración del símil de ‘proyecto’, porque permite introducir la idea del sujeto, y con esto, por una parte, enmendar la crítica de la modernidad como exclusivo triunfo de la racionalidad instrumental (o modernización), y, por otra parte, hacer rendir el conocimiento sobre determinada producción de las relaciones sociales al infundir en éstas aspectos del proyecto.

El proyecto como refiguración de lo social (Geertz, 1994) permite pensar de un cierto modo la sociedad y en consecuencia situarse en una hermenéutica coherente. La refiguración cibernética debe suponer el liberalismo, no la democracia en el sentido de la discusión pública (habermasiana) de los asuntos societales. La democracia está a tono naturalmente con el símil  o refiguración del proyecto, con tal de que no se vierta en esta idea analógica una idea historicista: la historia hecha por "héroes culturales" o prohombres (sabios o explotadores), sino la de las relaciones sociales a las que se quiere asistir y ser interpelado por ellas. Desde luego que hay que contar con una autorreferencia del proyecto hermenéutico dentro de un mundo de significaciones, que constituyen la figura del círculo hermenéutico; pero aun cuando se interpreta, se insiste en el proceso de investigación, pues lo que se interpreta es hechos objetivables. La hermenéutica no es una esquizofrenia. (pp. 19-23).

La referencia a las obras de investigación publicadas en libro: la primera parte está señalada con Ferrocarriles y Proyecto Nacional en Venezuela, 1870-1925. Caracas: Ediciones de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, Universidad Central de Venezuela (UCV), 1990; 2ª edición digital, 2020. Fue defendida como Trabajo de Ascenso para Profesor Asistente en 1984.; la segunda parte, la identifica Elite Venezolana y Proyecto de Modernidad. Caracas: Ediciones del Rectorado de UCV, 2000 (disponible en digital). Fue defendida como Trabajo de Ascenso para Profesor Titular de la UCV en 1998; la tercera parte, la ocupa El Animal Urbano. Espacio y Proyecto de Sociedad en la Ciudad de Caracas. Saarbrücken (Alemania): Editorial Académica Española, 2017 (disponible en digital). Significó un gran desafío en el entendimiento de la ciudad, a la que había que dejar a lo lejos para apropiarnos de lo urbano. Sirva la exposición de este opúsculo/8 como parque temático para invitarles a disponer de dichas obras y disfrutar de su mundo de análisis e interpretaciones. 

 

Referencias

 

Devereux, Georges (1975). Etnopsicoanálisis complementarista. Buenos

Aires: Amorrotu.

Fericgla, J. M. (1989).”El sistema dinámico de la cultura y los diversos

estados de la mente humana”. Anthropos. Barcelona, N° 9.

Fox, Robin (1990). La lámpara roja del incesto. México: Fondo de Cultura

Económica.

Geertz, Clifford (1994). Conocimiento local. Barcelona: Paidós.

Hurtado, Samuel (1995a). Cultura matrisocial y sociedad popular en América

Latina. Caracas: Trópykos – CEAP, UCV.

Hurtado, Samuel (1998ª). Matrisocialidad. Exploración en la estructura

Psicodinámica básica de la familia venezolana. Caracas: coed. de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales y de La Biblioteca, UCV.

(Hay 2ª edición corregida y aumentada en Editorial Académica Española, Saarbrücken).

Hurtado, Samuel (1998b). La sociedad tomada por la familia. Caracas:

ediciones de La Biblioteca, UCV.

Hurtado, Samuel (2019). La fiesta interminable. Crítica inmanente y

transcendental al concepto de matrisocialidad. Caracas: ed. digitales de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, UCV.

Lévi-Strauss, Claude (1975). “La familia”. En H. L. Shapiro, Hombre, cultura

y sociedad. México: Fondo de Cultura Económica.

Santosuosso, G. (1992). Reinventar a Venezuela. Caracas: Galac.

Touraine, Alain (1992). Critique de la modernité. Paris: Fayard.

 

 

 

jueves, 3 de octubre de 2024

PENSAMIENTO VIANDANTE O EL PRÁCTICUM DE INVESTIGACIÓN



 Alberto Gruson, sociólogo, mi mentor, dictando cátedra en el actor de publicación en La Biblioteca de la Universidad Central de Vene-zuela, cuya insignia del camino del pensamiento es su emblemático reloj en su plaza rectoral.

 

 

 

 

 

 

Primer programa a dictar en el próximo semestre en el curso de Doctorado en la Facultad de Ciencias  Económicas y Sociales.

 

UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA

FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES

COMISIÓN DE ESTUDIOS DE AMPLIACIÓN Y POSTGRADO

POSTGRADO EN CIENCIAS SOCIALES

LÍNEA DE INVESTIGACIÓN: ANTROPOLOGÍA, CULTURA Y SOCIEDAD.

SEMINARIO DE INVESTIGACIÓN

PARTE II: PRÁCTICA

 

1.  EL PENSAMIENTO VIANDANTE

O EL PRÁCTICUM DE INVESTIGACIÓN

 

“La sociedad y la cultura son las dos caras

de una misma hoja de papel carbón” (Kroeber)

 

2. Justificación

 

Hecho el transcurso del Pensamiento teórico en la Parte I del Seminario de Investigación, entramos al transcurso del Pensamiento práctico con la imagen del viandante. Se trata de aprehender la teoría del Pensamiento en ejercitación de la investigación, mediante el propósito de elaborar en concreto el proyecto de investigación. Sin teoría, la práctica resulta vacía y extraviada. Siempre caminamos con la teoría y sobre el derrotero de la teoría. Presentamos un programa de investigación general, que está encuadrado en la metodología sociológica. Pero está especificado, además, para las ciencias sociales. Como programa, su diseño es profundamente analítico, es decir, aparecen recortadas en su exposición los apartados principales que deben componer un proyecto de investigación. Y también es hondamente hermenéutico; incorpora, a los puntos interiores de los apartados, una interpretación del significado teórico, que especifica aún más de sentido al programa.

Dos ideas claves aparecen en la hermenéutica, como orientación: el carácter operativo y el carácter literario. Es necesario que el proyecto de investigación se presente como diseñado en un laboratorio que se ubica dentro de un lugar de trabajo como debe ser la universidad. El alumno no sólo debe aprender cosas, debe aprender principalmente a trabajar, y de ello debe tener conciencia. Pero también aprender a que el texto de la investigación sea literariamente atractivo, que comunique ideas con imaginación, según una refiguración social (en lo que enfatiza Clifford Geertz, 1994) para ser expresada en “géneros literarios”. Hay un género literario general correspondiente al texto en su globalidad, el que a su vez es contetivo de géneros literarios particulares correspondientes a cada parcela o parte significativa del proceso de la argumentación demostrativa.

Finalmente, el programa tiene también el propósito de involucrar al investigador aprendiz en sus ideas epistémicas bajo una inspiración mayéutica. En la universidad no se trata sólo de producir conocimiento, como recurso instrumental, sino de generar o producir pensamiento como trasfondo primordial, foco por excelencia del incentivo intelectual de la investigación, en cuanto arte del pensar la realidad, y no sólo como una técnica cognitiva.

 

3. Meta.

           

La meta a la que se debe alcanzar constituye un fin primero para el aprendiz de investigador: que éste tenga un diseño programático como conjunto completo de las partes que debe llevar a cabo cuando se propone realizar una práctica científica. En ella se juega también la intelección analítica del mismo, así como una internalización para su manejo a la hora de la acción investigadora. La prueba de la intelección e internalización se consuma en la práctica concreta que debe ejercitar al mismo tiempo el alumno.

 

4. Objetivo Terminal.

 

            Si la teoría representa la adquisición de la idea de la investigación, la práctica coloca a la idea en su momento crítico. Ya no se trata sólo de entender, sino de ejercitarse para que el pensamiento se haga acción. La ejercitación en el desarrollo de un proyecto de investigación, presenta in actu la verdad  del aprendizaje del trabajo sobre la realidad, en este caso, de la realidad de la investigación. Por lo tanto, el alumno debe encontrarse con su propio trabajo subjetivo, pues está abocado a sembrar y producir desde sí mismo, con sus recursos teóricos ya dispuestos, la obra de investigación.

 

5. Objetivo General.

 

Desde el primer momento, la puesta en práctica coloca en primer plano al alumno. La explicación teórica debe asociarse inmediatamente al ejercicio práctico que cada alumno tiene entre manos con miras a la obra de la tesis doctoral. Así, se persigue la idea del tema, la idea del problema y la idea de su solución conceptual. El alumno debe entender que esta entrada de triple escalada, constituye la inicial sustantiva de un proyecto de investigación. Por lo tanto, el objetivo fundamental consiste en que el alumno construya estos tres tramos concretos de su proyecto. Sin ello, no se puede avanzar en el desarrollo metodológico. 

 

6. Contenido Programático.

 

I. Introducción: El tema y sus contornos.

    A. Fenoménica:

         1. La búsqueda del tema.

         2. Los intereses personales y sociales.

         3. La tematización: movilización y orientación del tema.

    B. Conceptuálida.

         1. La proto-epistemología: el marco ético.

         2. La orientación aplicada: modelos pro-activos.

    C. Genérica Literaria.

         1. valor en sí.

         2. Valor para sí.

II. El problema: la basal de la investigación.

A.    Aprendizaje del planteamiento.

B.     Búsqueda del malestar en las relaciones sociales: su praxis y su significado.

C.     La “herida” conflictual en las relaciones sociales y su objetivación como terapéutica social.

D.    El género literario del pensamiento dialéctico relacional.

E.     Lo que autentica la investigación o la poética del pensamiento.

III. La solución del problema: el constructo.

A.    Inspiración y explicación.

B.     Modelo conceptual: paradigmático generativo.

C.     Construcción del modelo: metáfora o símil de realidad.

D.    El género literario del pensamiento reflexivo.

IV. Desarrollo conceptual de la prueba resolutiva (subjetivante).

A.    Modelo conceptual: operativo histórico.

B.     Campos semánticos del conocimiento y sus indicadores.

C.     Género literario del pensamiento lento o extensivo del desarrollo conceptual.

V. Desarrollo técnico de la prueba resolutiva (objetivante).

     A. Diseño y Corpus.

     B. Las técnicas y sus teorías.

     C. Género literario del pensamiento lento o extensivo del desarrollo técnico.

VI: Conclusión: reunificación de las secuencias investigadoras.

A.    Objetivo: mostrar que se ha probado.

B.     Tejeduría de la demostración.

C.     Género literario del pensamiento rápido o intensivo de la demostración.

 

7. Estrategia Metodológica.

 

            El profesor ha desarrollado en textos correspondientes los recursos teóricos de puntos programáticos, con el fin de fijar la orientación de la idea de avance del ejercicio. Tal precisión pretende ayudar a que el alumno no encuentre ambivalencias, difuminaciones, ambigüedades, en cómo se debe realizar el ejercicio. Se trata de no dar nada por supuesto, como suele ocurrir en los cursos de metodología, tanto teóricamente, como sobre todo en la práctica. La estrategia de la enseñanza tiene una verdad, la que se muestra en la práctica, la cual concreta el proceso real que finalmente permite decir: “por fin entendí de qué se trata” lo que se explica teóricamente.

 

8. Criterios y modos de evaluación.

 

            El producto de la evaluación consiste en la elaboración de un texto con todos los ejercicios prácticos  que han tenido lugar en el curso, y fundamentarlos con la teoría que cada alumno viene adquiriendo para la formulación de su proyecto de investigación en otras asignaturas. Los criterios de la evaluación se refieren a que el texto debe ser conciso, es decir, corto pero claro, en la formulación de sus partes. Lo corto ayuda a que sea claro: en ello se juega la capacidad de síntesis conceptual del alumno, su intelección tanto de la teoría de la práctica como de la práctica como técnica.

 

9. Bibliografía sucinta.

 

Bourdieu. P. (2007): El sentido práctico, Siglo XXI de España editores.

Bourdieu, P., J.-C. Chamborendon y J.-C. Passeron (2008): El oficio de sociólogo, Siglo

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            de Análisis de Coyuntura,  FACES, UCV, Caracas, Vol. XI, Nº 2, julio-diciembre, 27-37.

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