miércoles, 27 de agosto de 2014

REMORDIMIENTO POR CUALQUIER MUERTE


Libre de la memoria y de la esperanza,
ilimitado, abstracto, casi futuro,
el muerto no es un muerto: es la muerte.
Como el Dios de los místicos,
de Quien deben negarse todos los predicados,
el muerto ubicuamente ajeno
no es sino la perdición y ausencia del mundo.
Todo se lo robamos,
no le dejamos ni un color ni una sílaba:
aquí está el patio que ya no comparten sus ojos,
allí la acera donde acechó su esperanza.
Hasta lo que pensamos podría estar pensando él también;
nos hemos repartido como ladrones
el caudal de las noches y los días.

Jorge Luis BORGES: “Remordimiento por cualquier muerte”.
En Obras Completas, tomo I, p. 33.





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