sábado, 31 de agosto de 2024

CÓMO SE HACE UNA 'MATRIZ DE 0PINIÓN'

Un asunto que tiene hoy interés, y cada vez más importancia en los medios de comunicación de masas, se refiere a la génesis, producción y realización de la opinión en las sociedades. En un breve bosquejo, vamos a tratar en un primer momento, el proceso genético, en cuyo desarrollo se produce la opinión con sus fuerzas de producción social, y en un segundo momento, el proceso de realización en su consumo de las masas sociales. Este conjunto de procesos lo vamos a colocar bajo la figura de una ‘matriz’, que se crea y después se auto-desarrolla bajo el concepto de la ‘matriz de opinión’. Esto nos permite formular la perspectiva de búsqueda que supone de la idea de opinar a la matriz de opinión. 

A/ Desarrollo de la Matriz en sí misma 

 1. Todo puede comenzar con una ocurrencia, en un rumor, tras una imaginación, por un deseo…que termina por expresarse como idea al vuelo de la buena suerte, asociada a un acontecimiento sentido que está bullendo en el colectivo social, a que queremos empujar para que hierva al fin en la masa de la sociedad. Esta idea todavía no es un concepto. 

2. Si pretende llegar al concepto, la idea toma la orientación de una preocupación por fijar el sentido de una explicación, es decir, que cunda ese sentido como un entendimiento del hecho acontecido que demanda fijar una comunicación con una audiencia en cuanto destinatario de su realización crítica. Con lo conceptual de la idea comienza a organizarse el fenómeno opinático y su aparato de reproducción, imaginado como una ‘matriz’, figura que nos indica la intención de su desarrollo de elaboración así como su trascendencia en la masa social supuesta. La idea de opinar que exigió casi desde el principio la marca con un vocablo para concretizar ya en la sensibilidad del decir, impacta en la existencia de algo opinable; ahora la preocupación es fijar dicho vocablo en la imaginación de la audiencia, para que aquél se abra camino en la selva de la comunicación, hasta lograr que llegue a estereotiparse y tenga así su carácter propio y adquiera su consistencia; pero además, para que su crecimiento de sentido obtenga la firmeza y fuerza de luchar contra los rivales en la difusión de las opiniones. Debe hacerse competente en el ámbito de los intercambios con otros concurrentes en la comunicación con miras a la audiencia masiva. En breve, de la ocurrencia inicial privada se ingresa, con la marca estereotipada del vocablo de difusión, a la concurrencia en desarrollo pública como acontecer de una sociedad. 

3. En este presentar caras en la concurrencia pública, la producción de la matriz de opinión, tendrá que abrirse espacio de diversas maneras: ninguneando a la matriz de opinión de la competencia, o silenciando el sonido de ésta o reduciéndola a puro ruido, desactivándola y/o desactualizando su contenido, y aún voltear la realidad para sobrevivir a costa de los otros, siempre los rivales. Al fin, la repetición publicitaria de la opinión hará, de su matriz productiva, lograr la posibilidad de ser y aparecer como la verdad entre un público o audiencia al que se espera que crezca en número y aceptación. En este límite a cruzar se encuentra el contexto en que vive, siente e interpreta el público que, siendo también contexto, está dominado por una cultura en su etnicidad y con su socialización, como ocurre en Venezuela. Así tendrá que sortear los complejos y los embrollos culturales en la vida social, que a veces son fáciles de manejar colocándolos a favor de la matriz de opinión, pero esta facilidad (como facilismo) y seducción atenida a la flojera en remar a favor de la corriente social, pueden indicar una rápida también de desintegración de la aceptación facilona que otorga la masa venezolana. ¡No es fácil mantener una matriz de opinión en el contexto del país venezolano, debido a su etnocultura! 

B/ Realización de la Matriz: la masa social. 

Aquí tenemos el segundo momento del trabajo de la matriz de opinión, el de su realización en la audiencia, esto es, el oyente, el lector, el investigador, en esta nuestra reflexión, la masa social destinataria. Tal es el objetivo final de la matriz de opinión, referida a su meta. En esta relación con el otro, que juega como el polo alterno de la comunicación, se mostrará la “verdad” de la matriz de opinión; “verdad”, porque la opinión y su manejo (uso y abuso) termina siendo un instrumento para otra cosa distinta, sea social, económica (el mercado) sea un asunto político. Otro elemento atinente a la acción de la matriz, es el contexto al que acabamos de aludir, que también juega con una matriz otra de sentido reactivo, y que a veces se presenta como una contra-matriz, de la que estamos tratando. La opinión como material histórico, existencial, suele tener una desventura rápida en la lucha agónica con las competencias; al contrario que el mito que el colocarlo en un tiempo también existencial pero a-histórico, puede tener mejor ventura en la aceptación del público debido a que las competencias no presentan una lucha a muerte, son del mismo signo, es decir, son de un tiempo sin historia, atemporal. Así el negativismo social venezolano permite jugar mejor en/con el mito que en/con la opinión. 

1. El problema es que mientras la opinión no tenga consumo positivo, es decir, aceptación afirmativa en el público, su matriz no logrará su verdadera realización. Podemos decir como entrada, que en el hecho de la audiencia que catalogamos como masa social, siempre ocurre un proceso de aceptación: la asistencia del público representa la verdad con que cuenta la matriz de opinión, es decir, es la verdad de la gente en acción. Es una aceptación socialmente libre, la de una masa abierta a crecer como masa mediática, y, por lo tanto, dispuesta a escuchar el contenido de la opinión, y a la posibilidad de incorporarse a ella, de pertenecer y seguir a la marcha de la opinión. Pero este primer acercamiento no es suficiente para aquilatar la consistencia de la matriz. 

2. El sentimiento de pertenencia a una masa social protege al individuo del peligro de ser diferente a la masa (de los iguales), y, por lo tanto, de ser un extraño como negatividad en el encuentro con los iguales, es decir, activo ante una opinión de interés público, como miembro masivo. De esta forma el individuo se salva en la masa que lo iguala y uniformiza, como ideal de la masa social. Este segundo acercamiento ya otorga firmeza a la matriz de opinión. 

3. La matriz de opinión llega al tope de realización existencial, cuando consigue su impugnación por la masa social y de esta forma obtiene a ésta con competencia rival, pues la permite jugar a fondo en la difusión de la opinión que comanda. De lo contrario, sin competencia se desintegra sin pena ni gloria, bajo una banalización en la que pierde fuerza en su afán comunicativo con respecto a una audiencia atascada por falta de crecimiento. 

Por otra parte, y como último punto, el único camino de su sobrevivencia reside en la existencia de una matriz ajena similar para la competencia, donde las masas dobles hacen que una matriz mida su potencia con la otra matriz, confrontándose. En la confrontación pueden ocurrir muchos aspavientos en que termine la matriz de opinión operando de un modo antisocial, de suerte que en Venezuela se va a encontrar con el negativismo social de la etnocultura, y todavía queda su inserción en los modelos de la modernidad y la postmodernidad como sus contextos de la globalización. 

En la modernidad, que nos viene con la entrada de la civilización, la matriz de opinión está signada por las promesas con el objeto de seducir a las masas por el poder sociopolítico y económico. En lo político se coloniza a las masas con la ideología del mesianismo. En la postmodernidad, se pretende que el mesías juegue el papel del anticristo: la colonización de ideología humanitarista se pretende que sea el bulo, que repetido constituya una construcción de la verdad

Este tercer acercamiento exige del individuo amasado, sin embargo, ser crítico, con capacidad de impugnación, del sistema de acción de las matrices de opinión, pues en la selva de las opiniones, las matrices discursivas pretenden imponer su verdad particular. Sin dicha impugnación por parte de la audiencia masiva, no se llegará a mantener la consistencia auténtica de la matriz de opinión más allá de una simple sobrevivencia de la(s) matiz (ces) de opinión en una sociedad ética. 

El abuso o la unilateralidad de la matriz, en imponer una opinión sin suficiencia moral (social), serán las tentaciones del cada día por parte de las matrices de opinión despachándose en los digitales medios de comunicación masiva. 

 

Samuel Hurtado 

Caracas, 29 jueves de agosto de 2024-08-27 

Introducción al ForoChat de El Pitazo, 6:00-7:30 p.m. (redes sociales). 

Rena Camacho, coordinadora