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corro y torre de San Juan (Paredes de Nava) |
Mes de mayo, mes de aniversario del blog. El aliciente lo alimenta el motivo de la justa que implica una celebración. Este año ocurre la publicación del libro BAJO LA ENSEÑA DE MI PADRE. Un antropólogo en la vía de la fe y la ciencia. Al fin se ha expresado el proyecto de vida en los quehaceres de la misma vida. Todo comienza en el lugar de la etnicidad inicial: en el corro presidido por una de las torres del pueblo. Ventana y puerta se ven entre la arboleda que adorna el monumento a la madre de Sanmartin, libertador de Argentina. Después echa a correr la vida como un río según el poeta del pueblo Jorge Manrique, impegnado del arte del Renacimiento de los pintores y escultores del pueblo, los Berruguete, discípulos de Miguel Angel Buonarroti. El libro muestra que esa carga estética hace converger la fe y la ciencia y darles sentido con fundamento científico.
El resumen del libro presenta ya la autogiografía como objetivo etnográfico. El autor se coloca ante su memoria y como su espejo, siente la figura del padre asociada a su tiempo de fe católica; ambos marcos le impulsan a enfrentar a la gente real y cómo organizarla en los barrios de Caracas. El salto a Venezuela se le macera como remanso: su vida en el barrio marginal signó otro comenzar que se curtió como tema universal al pensarse desde la vida en la universidad. Conceptos como matrisocialidad, modelos de análisis tricotómicos, las obras sobre el mito y la historia venezolanos le llevan a un empeño de pensamiento y valentía sobre el país. Mientras, la fe asiste entre bastidores a sus obras de ciencia y a su desvelo de hacer sociedad en Venezuela
Más tarde se encuentra un addenda breve con metódica científica y en forma de monición. Se trata de indicar el sentido del argumento del texto para que el lector lea con ojos de la tierra lo que subyace o se sobrepone, como quiera, a los movimientos del cielo o lo invisible de los datos de la fe. Pasos metódicos:
1) El subtítulo de Tiempo de la fe tiene el rol indicativo de la tematización; es el que da la entrada del argumento y expresa el modelo genérico: lo que se va a trabajar y cuyo territorio debe ubicar el punto de vista o principio a priori. No se expone un tratado teórico de la fe, sino sus referencias vivenciales como fidelidad a Jesús, el diputado o ungido de Dios que está presente como defensor de la realidad humana.
2) La demostración de la fe (fidelidad) se hace sub specie scientiae como modelo específico. La fe toma carne (encarna) de realidad humana en el dato a posteriori vivido sensiblemente en la actividad científica del sujeto-objeto de la fe, el autor del texto.
3) Para mostrar la ilación sustancial de reversa de los datos a posteriori hacia los datos a priori, se alude a momentos de la fe y a escenas de aplicación analógica de la vida o práctica de Jesús de Nazaret con el objetivo esencial de tener presente el tema del que estamos tratando, pero también para decir que cuando uno lleva a cabo sus actos de vida, éstos son la encarnación de la fe que lo guía y da sentido, y que es metódicamente justificable hacer referencia (conciencia) al fundamento último de la vida como proyecto que es la fe en Cristo Jesús.
4) Para reafirmar y mostrar en síntesis conclusivas las aplicaciones dispersas en el relato de los datos a posteriori y su sentido metódico, se remansa la interpretación demostrativa en el acápite último (XX) y en la conclusión. Las obras del quehacer de la vida son las que demuestran la obra radical de la fe, obras en la afectación trasformadora de la vida del alumnado y obras científicas en torno al país venezolano, objeto de la misión de la fe. En breve, los datos a posteriori son hechos de vida construidos conceptualmente que explican al mostrarse el principio del dato de la fe.
5) Conclusivo: ¿Cómo hubiera sido construido el argumento y la redacción del texto si el tema de entrada hubiera sido o fuera la ciencia expuesta sub specie fidei?… Se deja a la imaginación del lector el vuelco en la colocación situada de los datos. Pudiéramos fabricar un lector in scientiis fidei, en el que la consideración de la ciencia en términos del lente de la fe ocupara un lugar sagrado o teologúmeno, justificado por la razón de la fe (Guardini, 1958) y su misterio del tiempo (Mouroux, 1965).
Referencias:
Guardini, Romano (1958). El ocaso de la edad moderna.
Un intento de orientación. Madrid: Guadarrama.
Mouroux, Jean (1965). El misterio del tiempo.
Barcelona: Estela.
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Proyecto y autobiografía
Un proyecto es una idea, una irrealidad, a la que una vez constituida, dejamos que nos impulse, nos guíe, nos sugiera o nos obligue a invertir en ella tiempo, recursos, atenciones. Un proyecto dista de ser una utopía, o un plan, programa o diseño. Es una pauta que ayuda a buscar metas, planes, a encontrar objetos, a lograr cumplirlos, y a inspirar ocurrencias que desarrollen la creatividad y la creación de lo proyectado. Es un pro, un adelanto que nos proponemos de lo que vamos a hacer, esto es, un favor o protección que nos damos por adelantado.
La utopía no exige inversión de tiempo, ni de inversión otra, porque no está orientada al quehacer de la acción, ni a transformar laboriosamente la realidad; obliga a permanecer en una espera trascendente, en una contemplación que pudiera indirectamente desencadenar una eclosión social, pero no la pretende porque no emplea las racionalidades o recursos que la procurarían. En la utopía no se encuentra el deseo de actuar por parte del sujeto que la porta, sino que éste espera que la acción venga de fuera, que sea trascendente.
En el proyecto hay control de la acción, en la utopía no. Pero antes de entregar el control al proyecto, hubo posibilidades de elección, y, después, aún bajo las pautas del control proyectivo, el sujeto conserva su libertad en la conducción misma del proyecto, en el fondo del cual se expresan sus gustos, sus emociones, sus luchas y negociaciones, es decir, las expectativas de una creación de realidad, de mundo, y esto le hace al proyecto diferenciarse también del plan, del programa, del diseño.
Éstos proceden de una representación descriptiva que explicita una guía o procedimiento para obtener un objetivo o realizar una tarea. El proyecto es anterior a estos procedimientos, pues antes hay que saber lo que se va a hacer, y entonces comenzamos a imaginarnos cosas, y a ponerlas delante de nosotros, y así hacerlas problemas, crearlas como objetos. Plantear un problema es un acto creador de realidad. Ya el mismo proyecto es una misma invención como problema de realidad, de mundo a ver y crear. Hacer un proyecto es crear, y específicamente con ello, crearse problemas. Pero también el cómo se formula el proyecto es una demostración (previa, y también posterior) de la acción proyectada y emprendida.
He aquí, cómo de la formulación del problema al emprendimiento de su acción resolutiva, tiene lugar la gestación del proyecto.
En nuestras investigaciones de la organización social venezolana, encontramos que la existencia de lo público presenta verdaderas dificultades en las representaciones colectivas. Si decimos como conclusión desganada que lo público es un problema, puede inspirarnos un proyecto de investigación si lo canalizamos en una teoría en cuanto una pretensión de su explicación.
CODA: a diferencia del plan, programa, idea al aire u ocurrencia, que se asocian con lo artesanal y el conocimiento (no epistémico), el proyecto participa, se resuelve como un arte, un concepto, porque se vincula con el pensamiento, esto es, con una episteme productora de pensamiento.