jueves, 23 de octubre de 2014

BIBLIOTECA DE AUTOR



La biblioteca es un invento social para el estudio y conocimiento de obras de autor. Hay bibliotecas públicas que contienen obras de muchos autores, que se guardan en sitios públicos y acceden a ellas personas interesadas. Hay bibliotecas privadas que recopilan libros de muchos autores y su disposición está restringida al propietario y su gente afín. Y hay bibliotecas de autor que se van formando con las obras que publica un autor: merced a la sucesión de libros publicados se van sumando hasta conseguir llenar al menos un pequeño anaquel, metáfora de una biblioteca personalísima, pues concentra el sentido de una línea o proyecto largo de búsquedas, de propósitos y aún de sueños, del autor.

La que aquí se presenta muestra lo que el usuario del blog, quiere que él sea: un repertorio, un inventario, un elenco, una demostración…Nunca un cierre por inventario o liquidación por cierre. Lejos, muy lejos, estamos de la dinámica del negocio y sus productos. Es de obras y de auroras de creación de que se trata. No son obras de filosofía, ni de poemas, sino de ciencia, pero se propone su literatura avistar de cerca, o al menos a su servicio, al pensamiento, a la imaginación y al concepto en su fabricación explicativa. Su presentación proviene del cumplimiento de una meta: la publicación del libro quince (15) del inventario este mes de octubre del año 14 del siglo XXI. Es un motivo para sentarse a la sombra tropical de un enorme samán en Los Llanos de Venezuela, para en ese remanso mirar hacia atrás y exponer rápidamente, como en conclusión, la demostración del camino recorrido.

Si se precisa el tiempo y el espacio es nombrado con el sabor de los lugares, nuestra biblioteca pretende la construcción de una etnografía que dibuje y sea pregnante de una imagen del pensamiento sobre Venezuela. Si la historia debiera ser la memoria del homo sapiens, por el submundo de esta biblioteca de autor hay un trazado de historia. Porque la historia proyecta los significados del mito. Por eso, la historia es memoria necesitada de conexión mítica. Ni los historiadores, ni los sociólogos, hacen caso a la demanda mítica de la historia: la historia sigue con sus cuentos y la sociología con sus cuentas y sus cálculos. Eso es lo que hemos tratado de evitar a una antropología venezolana, país que a borbotones se alimenta de “cultura contra la sociedad”, para dar la razón a Pierre Clastres, autor del libro “société contre l ‘etat”. Nuestro esfuerzo procede de un tesonero propósito de dar alcance al mito venezolano, y obtener el sentido de la historia y la orientación de la acción sociológica.  

Este dar a la caza (mito) alcance (San Juan de la Cruz) impregna de satisfacción el mapa de los caminos andados y vividos. En un sitio se abren brechas en la selva de las ideas, en otro se remontan los páramos de los propósitos, y se aprovechan las vegas con haciendas que invitan a cosechar los frutos obtenidos. Mi obra no es de “todero”, ni trabajo de “conuquero”. Se parece más bien a una fábrica dedicada a productos agro-industriales, a un proyecto de industrialización de “aguas abajo” si usamos la metáfora del proceso petrolero.


Un autor, y su autoría, se inscriben en un ámbito de autoridad. Porque toda obra poéticamente establece por sí misma una autoridad, que a su vez funda y proyecta una autenticidad ética. Si fuera suficiente la cita de Borges apoyándose en Plinio sería con un mínimo del testimonio. Twirl “había invocado a Plinio el Joven, según el cual no hay libro tan malo que no encierre algo de bueno, y había propuesto la compra indiscriminada de colecciones de La Prensa, de tres mil cuatrocientos ejemplares de Don Quijote, en diversos formatos, del epistolario de Balmes, de tesis universitarias, de cuentos, de boletines y de programas de teatro. Todo es un testimonio, había dicho” (Borges, “El Congreso”, en El libro de arena, Emecé, Buenos Aires, 1975, p. 57). Aspiramos a mucho más con esta biblioteca de autor, en cuanto que pretende dejar sentada una crítica de la cultura y sociedad venezolanas. Porque sin crítica no hay transformación del mundo. Tal es el bien y la dignidad de los textos que dan el empaque a la autoridad (del autor y sus obras).


¿Qué implica la autoridad del escritor científico? Autoridad proviene del verbo latino augeo (aumentar, del participio auctum), es decir, es augescente como la constitución del derecho en el siglo II, del emperador Caracalla: significaba cualitativamente asumir al imperio todo como un mundo, un orbe. La operación implicaba aumentar el mundo social no sólo en volumen, sino sobre todo en cualidad: por derecho todo habitante del imperio se convertía en ciudadano romano. Al aumentar el mundo se reinventó todo el orbe social. Con su autoridad, el autor y su biblioteca de obras científicas hace mundo cuando asume la realidad en sus puntos de vista teóricos, en sus metáforas conceptuales y las explica empíricamente. Porque no sólo inventa conjeturas, axiomas, inferencias o crea significados, propósitos, proyectos, sino que también aumenta cualitativamente el mundo y su visión del mismo, la rehace y coloca a la sociedad y la cultura a mirarse sobre sí mismas, y a una mirarse en la otra y con la otra, sea que una y otra se encuentren en situación de selva, de pantano o de erial, de finca, de ciudad o de urbano.     


No es nuestro objetivo relatar las acciones de investigación, sus descansos, encrucijadas, los saltos de mata y remontar los ríos y caños con un bongo venezolano. Esos avatares que condujeron a obras de publicación las tiene bien vivenciadas el autor. Ahora simplemente se expone el repertorio de las mismas en el orden del año de publicación, consignando el estado de disposición, de un modo especial si están agotadas o son incunables. La dinámica de la exposición está animada con ambientación de los poetas: Jorge Luis Borges y Jorge Guillén. Vamos a verlo (curucuteando) en el siguiente cuadro del blog.       

LA BIBLIOTECA Y EL AUTOR (S. Hurtado S.)



 
Toma como dechado de escritura,
oh joven,
un río bien revuelto.
¿Monólogo interior? Sin fin el chorro
de una charla con chispa de borracho
que no ha bebido, lúcido,
y componiendo páginas compactas
acumula un tropel de intensa boza.
Sea profundo el fárrago.
(Ser genial convendría)                              

   Jorge GUILLÉN: Aire Nuestro y otros poemas,
    Barral Editores, Barcelona 1979, 209.

-Ferrocarriles y Proyecto Nacional en Venezuela,
1870-1925, Ediciones de la Facultad de Ciencias
Económicas y Sociales, Universidad Central de
Venezuela, Caracas, 1990, 386 pp. (incunable).
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Durante muchos años, yo creí haberme criado
en un suburbio de Buenos Aires, un suburbio de
calles aventuradas y ocasos visibles. Lo cierto es
que me crié en un jardín, detrás de un largo muro,
y en una biblioteca de ilimitados libros ingleses…
suelo pensar que, esencialmente, nunca he salido
de esa biblioteca y de ese jardín.   
      
     Jorge Luis BORGES, Revista Sur, N° 129.

-Dinámicas Comunales y Procesos de Articulación
Social: las organizaciones populares, ed. Trópikos,
Caracas, 1991, 190 pp. (incunable).
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Se han declarado en huelga las palabras
de los libros y escupen al lingüista.
buscan analfabetos sentenciosos.
¿Todo es palabrería en las palabras? 
  
Jorge GUILLÉN: Aire Nuestro y otros poemas,
   Barral Editores, Barcelona 1979, 210.

-Gerencias Campesinas en Venezuela, ediciones
del Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico,
Universidad Central de Venezuela, Caracas, 1993,
333 pp., coautor, Alberto Gruson.
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Las aventuras de nuestro autor realmente son
las de sus libros. El libro en Borges ha sido la
espada del caballero o el antifaz del villano, su
posibilidad de ser un hombre de acción, un
héroe o un cuchillero de arrabal. “Yo sigo jugando
a no ser ciego, yo sigo comprando libros, yo sigo
llenando mi casa de libros”. Se interesó, desde
luego, el conseguir el origen de la veneración al
libro; ese objeto que se lee para la memoria y no
para el olvido, que nos transforma y asimila en
cada página.
               
     Stefanía Mosca: Jorge Luis Borges: Utopía y
     Realidad, Monte Ávila Editores, Caracas 1983,
     147-148.

-Cultura Matrisocial y Sociedad Popular en América
Latina, Editorial Trópikos, Caracas, 1995, 217 pp.
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Sabe mi lengua. Sabe mi tiempo.
Hizo algunos estudios. Es sensible
con alma abierta al convivir humano.
Es un lector bien hecho. -¡Tanto gusto!
               
   Jorge GUILLÉN: Aires Nuestro y otros poemas,
   Barral Editores, Barcelona 1979, 210.

-Trabajo Femenino, Fecundidad y Sociedad
Popular-Urbana, Consejo de Desarrollo
Científico y Humanístico, Universidad Central
de Venezuela, Caracas 1995, 213 pp. (incunable).
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Los libros de los anaqueles de la biblioteca, su
universo, y los libros de Jorge Luis Borges están
hechos de palabras. Las lenguas resultan
incompetentes para expresar la totalidad de
ciertas experiencias…Pero paradójicamente, el
lenguaje es el único instrumento que traduce
y dispone el orden de las cosas. Su estructura
implica, a la vez, la estructura del pensamiento
que da forma y separa y mide el mundo.

    Stefanía Mosca: Jorge Luis Borges, Utopía y
    Realidad, Monte Ávila Editores, Caracas 1983,
     148.

-La Tele- Radio- Foto-Novela o La Tortura del
Parentesco, Ediciones de la Facultad de Ciencias
Económicas y Sociales, Universidad Central de
Venezuela, Caracas 1995, 123 pp. (incunable).
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Cuando Borges crea su utopía no la consigue
en una isla o por el azar de un naufragio o
emprendiendo el desafío de un viaje: consigue
a Tlön en un libro, entre los símbolos que le
rodean a su literatura: los espejos, la noche,
los amigos…, allí descubre un tomo que refleja
por oposición, no a una inteligencia divina sino
a una obra formulada por una dinastía, por el
conocimiento de propagados sujetos.
               
     Stefanía Mosca: Jorge Luis Borges, Utopia y
     ealidad, Monte Ávila Editores, Caracas 1983,
     148.

-MATRISOCIALIDAD. Exploración en la estructura
básica de la familia venezolana, Ediciones de la
Facultad de Ciencias Económicas y Sociales,
Universidad Central de Venezuela, Caracas 1998,
338 pp. (agotándose en su única edición).
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Muere el autor. Cadáver evidente.
Se inicia la matanza del cadáver.
Y mientras, el autor –jovial- sonríe
por entre los renglones de su obra
a los ya muy simpáticos necrófilos.
               
   Jorge GUILLÉN: Aire Nuestro y otros poemas
   Barral Editores, Barcelona 1979, 213.
 
-La Sociedad tomada por la Familia, Ediciones de
La Biblioteca, Universidad Central de Venezuela,
Caracas 1999, 334.
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Palabra en concierto,
Copla, ritmo, rima.
Nada estará muerto
Si el lector lo anima.
Del lector depende:
Decisivo duende.
Siempre tan modesto,
Nada es el autor
Sin el buen lector,
¡Supremo es su puesto!
               
  Jorge Guillén: Aire Nuestro y otros poemas
   Barral Editores, Barcelona 1979, 212.

-Tierra Nuestra que estás en el Cielo,
Consejo de Desarrollo Científico y
Humanístico, Universidad Central de
Venezuela, Caracas, 1999, 238 pp.
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La sociedad, la sociedad danzante…
No adivino las nuevas estructuras
En tan múltiple cambio novedoso.
              …………..
¿Sólo televisión, sólo cartel?
Bibliotecas, museos:
Bosques, más bosques siempre son más libros.
Variedad, variedad civilizada.

 Jorge GUILLÉN: Aire Nuestro y otros poemas,
  Barral Editores, Barcelona 1979, 549.

-Élite Venezolana y Proyecto de Modernidad,
Ediciones del Rectorado y Vice-Rectorado
Administrativo, Universidad Central de
Venezuela, Caracas 2000, 359 pp.
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“Autor de calidad escribe poco”,
dijo el maestro, insigne con la obra
más finamente breve de su tiempo.
“El hombre es la medida de las cosas”
¡Nuestra escasez como categoría!
               
  Jorge GUILLÉN: Aire Nuestro y otros poemas
    Barral Editores, Barcelona 1979, 211.

-Etnología para Divagantes, Ediciones de la
Facultad de Ciencias Económicas y Sociales
y Dirección de Cooperación y Relaciones
Interinstitucionales, Universidad Central de
Venezuela, Caracas 2006, 199 pp. (agotada la
primera edición, segunda edición en CD).
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        Dice: “Yo escribo poco.
Más me habría gustado escribir menos”.
        Se lo sugiere el coco,
que de noche le asusta con sus truenos.
               
   Jorge GUILLÉN: Aire Nuestro y otros poemas
   Barral Editores, Barcelona 1979, 211.

-Ecología, Agricultura y Comunidad,
Ediciones La Biblioteca, Universidad
Central de Venezuela, Caracas 2008, 160 pp.
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El autor se relee
textos mal recordados.
Sí, funcionan exentos,
libres. No maravillas;
Criaturas. ¡Existen!
               
  Jorge GUILLÉN: Aire Nuestro y otros poemas,
  Barral Editores, Barcelona 1979, 204.
 
-Elogios y Miserias de la Familia en Venezuela,
editorial La Espada Rota, Caracas 2011, 152 pp.
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Dices que demasiado bien escribo,
        Según actuales modas.
Grata objeción que guardaré en mi archivo.
        ¡Ahí me las den todas!
               
   Jorge GUILLÉN: Aire Nuestro y otros poemas
   Barral Editores, Barcelona 1979, 209.

-Contratiempos entre Cultura y Sociedad,
Ediciones de la Facultad de Ciencias Económicas
y Sociales, Universidad Central de Venezuela,
Caracas 2013, 270 pp.
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En sus relatos se presentan con frecuencia
personajes que buscan el principio regulador
de la totalidad. Como en La Biblioteca de Babel,
donde la solución es encontrar al “hombre libro”
poseedor de la clave del universo, y obtener
mediante esa revelación la plenitud, la verdad,
para apartar definitivamente la incertidumbre
de la vida, con sus días, sus indefiniciones,
su inefable misterio, su desarreglo y este
obstinado devenir.

    Stefanía Mosca: Jorge Luis Borges, Utopía y
     Realidad, Monte Ávila Editores, Caracas
     1983, 145.

-Agresividad Escolar e Instalación del Edipo
Cultural en Venezuela, Consejo de Desarrollo
Científico y Humanístico y Ediciones de La
Biblioteca, Universidad Central de Venezuela,
Caracas 2014, 393 pp.


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